Global Risks 2033: Tomorrow´s Catastrophes

Cita: 

World Economic Forum [2023], The Global Risks Report 2023. 18th Edition, WEF, Ginebra,https://www3.weforum.org/docs/WEF_Global_Risks_Report_2023.pdf

Fuente: 
Libro
Fecha de publicación: 
2023
Tema: 
Principales riesgos existenciales para 2033, y posibles estrategias de mitigación
Idea principal: 

2.1 El mundo en 2023

Este capítulo aborda los riesgos que, de acuerdo con la Encuesta de Percepción de los Riesgos Globales (GRPS, por sus siglas en inglés), tendrán severos impactos en los siguientes diez años. De acuerdo con los resultados, buena parte de los principales riesgos en los siguientes diez años se relacionan con cuestiones climáticas y medioambientales, como el fracaso de la mitigación climática o la pérdida de biodiversidad (Dato Crucial 1).

Es notable que la preocupación de los riesgos medioambientales se incrementa en el largo plazo; pero la gravedad de los riesgos económicos se reduce levemente en el largo plazo (Dato Crucial 2). El capítulo se centra en cinco grupos de riesgos emergentes, se analiza lo que impulsa estos riesgos, las posibles consecuencias, y algunas estrategias que podrían prevenir y disminuir los riesgos. Los grupos de riesgos a tratar son:

  1. Ecosistemas naturales: perdida de capital natural, como el agua y la biodiversidad, sumado a los círculos viciosos causados por el cambio climático.
  2. Salud humana: Hay riesgos crónicos que están afectado los sistemas de salud, ya de por sí vulnerables por las consecuencias del COVID.
  3. Seguridad humana: Los riesgos incrementan por una inversión en la desmilitarización, la creciente vulnerabilidad de Estados con armas nucleares, las nuevas tecnologías militares y múltiples conflictos.
  4. Derechos digitales: La privacidad de las personas está en peligro por el potencial incremento de la inseguridad cibernética y de datos.
  5. Estabilidad económica: Hay riesgos de más crisis de deuda que impacten el sistema financiero y colapsen servicios públicos por un reajuste global de la deuda.

El análisis de los grupos de riesgos pretende proporcionar un análisis específico del tema, impulsar la atención y acciones preventivas, así como ser un ejemplo de análisis.

2.2 Ecosistemas naturales: más allá del punto de no retorno

La biodiversidad está disminuyendo más rápido que en cualquier otro momento de la historia de la humanidad, y los resultados de GRPS muestran que la pérdida de biodiversidad se percibe como un riesgo muy grave de los próximos diez años. La actividad humana ha dañado el complejo y frágil equilibrio del ecosistema mundial. En los siguientes diez años, se desarrollará una peligrosa combinación de pérdida de biodiversidad, contaminación, agotamiento de recursos naturales, cambio climático y diversos problemas socioeconómicos (Dato Crucial 3).

La pérdida de biodiversidad tendrá múltiples impactos negativos, desde aumento de enfermedades hasta devastación de los sistemas alimentarios (Dato Crucial 4). El papel de los ecosistemas en la economía global y en el equilibrio planetario es infravalorado; por tanto, persisten los daños a los ecosistemas. El centro de la potencial catástrofe se encuentra en el deterioro de los ecosistemas y los bucles de retroalimentación causados por las crisis actuales. Además, sin un cambio radical en la orientación de las políticas e inversiones, el colapso de los sistemas se acelerará.

Aceleramiento exponencial del cambio climático y perdida de la naturaleza

El cambio climático y la perdida de naturaleza están relacionadas. Por tanto, alcanzar las cero emisiones de carbono netas requiere medidas en ambos frentes. Si no se limita el alza de la temperatura por debajo de los 2°C, los desastres naturales y los efectos del cambio climático se convertirán en la principal causa de pérdida de biodiversidad (Dato Crucial 5). Además. los efectos del cambio climático en los ecosistemas complicarán las estrategias de mitigación climática. De hecho, desastres climáticos ya están destruyendo algunos proyectos de mitigación basados en la colaboración con la naturaleza, como los incendios de bosques utilizados para la compensación de carbono. Además, la desforestación y el deshielo devastan ecosistemas que absorben dióxido de carbono, y pueden volverlos en emisores de carbono y metano. El inminente colapso de Groenlandia y el deshielo de la Antártida aumentará el nivel del mar causando inundaciones, y la muerte de arrecifes de coral afectará suministros alimentarios.

Desbalance entre seguridad alimentaria y conservación de la naturaleza

La seguridad alimentaria y la restauración de la biodiversidad son antagónicas. La mayor amenaza para la naturaleza es el cambio de uso de suelo (Dato Crucial 5). Las estrategias de seguridad alimentaria que pueden ofrecer beneficios medioambientales difícilmente serán competitivas con relación a las prácticas agroindustriales. El apoyo estatal a la seguridad alimentaria nacional podría afectar la conservación de los ecosistemas, y el desarrollo tecnológico solo otorgará soluciones parciales (Dato Crucial 8). Además, los países en desarrollo podrían enfrentar problemas para financiar una agricultura con mayor productividad agrícola; por lo que se continuaría expandiendo la frontera agrícola y aumentando la presión sobre la biodiversidad.

La preservación de los ecosistemas podría impulsarse mediante financiamientos concesionales y con la reestructuración de deuda (Dato Crucial 9). El problema es que estos mecanismos podrían agravar la crisis alimentaria, aumentar el costo de vida, y mermar los ingresos de los gobiernos. Además, es necesario considerar un importante bucle de retroalimentación: la biodiversidad es crucial para la salud y resiliencia de suelos, plantas y animales, menos biodiversidad implica menos alimentos con valores nutricionales mermados; este problema alimentario puede impulsar la inflación de alimentos y la deforestación, amenazar la subsistencia de localidades, aumentar enfermedades y muertes relacionadas con mala alimentación; y provocar grandes migraciones forzadas.

Nuevos Frentes de Batalla entre energías verdes y ecosistemas

El problema de la transición energética es que la acelerada expansión de la infraestructura puede tener impactos muy negativos en diversos ecosistemas, como alteraciones de patrones migratorios y contaminación sonora. Además, las energías renovables dependen de metales y minerales no renovables. Este tipo de recursos usualmente se encuentran en países con deficientes leyes de minería y regulaciones socioambientales muy permisivas; en consecuencia, hay muchas probabilidades de que incremente la destrucción y devastación de la naturaleza, de comunidades locales y pueblos indígenas (Dato Crucial 10).

Además, llevar a cabo la transición energética en el tiempo y escala necesaria requiere nuevas tecnologías. El problema es que las nuevas tecnologías pueden tener consecuencias negativas para los ecosistemas, y la urgencia por mitigar el cambio climático está fomentando el desarrollo de tecnologías con regulaciones menos estrictas (Dato Crucial 11).

Actuando Hoy

Para evitar el punto de no retorno es necesario combinar los esfuerzos de preservación de ecosistemas, transformación del sistema alimentario, mitigación climática benéfica para la naturaleza, y cambiar los patrones de consumo y producción. Al mismo tiempo estos esfuerzos requieren mejorar la gobernanza y profundizar el análisis de las relaciones entre alimentos, clima, energía y ecosistemas. Actualmente ya hay acuerdos que se encaminan a realizar los esfuerzos necesarios (Dato Crucial 12), pero aún queda por ver la forma en que se implementaran.

Es probable que los vínculos entre clima y naturaleza generen bucles de retroalimentación devastadores e irreversibles; pero estos vínculos también podrían aprovecharse para aumentar la eficacia de las estrategias de mitigación de riesgos. Por tanto, las inversiones en resiliencia deben enfocarse en soluciones que aborden múltiples riesgos. Además, la preservación de la biodiversidad debe impulsar la adaptación y resiliencia de comunidades locales pues esto contribuirá a mitigar el cambio climático. Por ejemplo, ciertas prácticas de administración territorial como la aforestación promueven la resiliencia climática; mediante la restauración de la vida marina, la seguridad alimentaria y la protección a la biodiversidad podrían ser compatibles; finalmente, ampliar las prácticas de preservación biocultural, gestión comunitaria indígena, e integración de conocimientos tradicionales en la agricultura, podrían generar amplios beneficios socioeconómicos y medioambientales.

2.3 Salud humana: pandemias permanentes y capacidad de gestión constantemente desafiada

Los sistemas de salud pública del mundo sufren un constante asedio. La pandemia de coronavirus potenció los riesgos para la salud física y mental como la resistencia a los antibióticos. Además, parece haber un patrón en el que después del período de pánico se dejan de atender los sistemas de salud y de prepararlos para próximas pandemias. Actualmente los sistemas de salud están mermados y existe el riesgo de que los recursos se desvíen hacia otros destinos. La amenaza es que en un escenario que padece muchas enfermedades crónicas sea más frecuente el brote de enfermedades sumamente contagiosas, y que los debilitados sistemas de salud terminen colapsando en todo el mundo.

Las secuelas de la pandemia se entrelazan con silenciosas crisis de salud

La salud global se ha debilitado por las secuelas persistentes de la pandemia. Las evidencias apuntan a que dichas secuelas afectan la calidad de vida de las personas, provocando faltas laborales, jubilaciones anticipadas, reducción de los mercados laborales, y caída de la productividad (Dato Crucial 13). Además, la pandemia desvío recursos que se destinaban para atender otras enfermedades como el cáncer (Dato Crucial 14).

Sumado a los efectos persistentes del Covid-19, la salud se verá afectada por el cambio climático y la destrucción de la naturaleza. Diversos fenómenos como la contaminación, las sequías o la urbanización están propiciando la aparición y reaparición de diversas enfermedades, como las causadas por hongos; además, el cambio climático causará crisis alimentarias que exacerbarán la desnutrición; y el aumento de los niveles de dióxido de carbono puede disminuir los nutrientes de las plantas, y propiciar la absorción de metales pesados que se han relacionado con enfermedades como el cáncer.

Desde 2010, ha aumentado la frecuencia de enfermedades no transmisibles relacionadas con el envejecimiento de la población (Dato Crucial 15). Los avances médicos han hecho posible que las personas vivan más, pero con múltiples comorbilidades como la diabetes; y es posible que la esperanza de vida vuelva a caer por causas más allá de los efectos del COVID19.

Aunque la aparición de algunas enfermedades está en aumento, la percepción de los riesgos por enfermedades va a la baja. Es probable que esta baja en la percepción de riesgo se deba a la fatiga pandémica y la tendencia a enfocarse en nuevas crisis más visibles. El problema es que las crisis silenciosas, pueden ser sumamente destructivas (Dato Crucial 16).

Desafíos de gestión crónicos

Ante el crecimiento de las enfermedades y el alcance de las innovaciones médicas, la capacidad de atender la demanda de atención médica será constantemente desafiada. La pandemia Covid-19 afectó seriamente los servicios de prevención y tratamiento de enfermedades (Dato Crucial 17). Los sistemas de salud enfrentarán presiones financieras, recortes de presupuesto y menores ingresos; a la par, deberán enfrentar una inflación persistente en contextos de economías de lento crecimiento o estancadas en las que los gobiernos priorizaran las preocupaciones sociales y de seguridad más visibles (Dato Crucial 18). Además, el agotamiento, la preocupación por la seguridad personal, y la falta de infraestructura y herramientas adecuadas están mermando la productividad de los trabajadores de la salud más calificados.

Se espera que la inflación en el sector de la salud continué superando el crecimiento del PIB, aumentando las presiones financieras sobre la población económicamente activa (Dato Crucial 19). En consecuencia, se podría limitar la cobertura médica y, por tanto, disminuiría la accesibilidad de la atención médica. El rentable mercado privado de la atención médica podría atender a personas con bastantes recursos económicos, mientras las clases populares dependerán de sistemas de salud pública cada vez más decadentes.

La continua falta de suministros, respecto a los que son demandados, va disminuyendo la calidad y acceso de la atención médica. Un rápido colapso de los sistemas de salud podría ocurrir por diversos fenómenos como una guerra o desastres climáticos; en consecuencia, habría un drástico aumento de muertes por diversos factores. En contraste, un deterioro gradual de los sistemas de salud mermaría la salud general de la población, ensancharía la desigualdad sanitaria, ralentizaría la economía y afectaría la estabilidad social y política.

Sindemias socioeconómicas

También, existe el riesgo de que aumente la sindemia (que es la combinación de múltiples problemas de salud simultáneos que se combinan entre sí). Es probable que este fenómeno desarrolle un patrón sistémico en el que los problemas sociales, económicos y políticos potenciarán enfermedades y empeorarán la salud de ciertas comunidades.

Las desigualdades y conflictos sociales conducirán a cambios en diversos marcos regulatorios. Estos cambios podrían causar efectos combinados no deseados en comunidades específicas; por ejemplo, la poca atención a la comunidad LGBT les ha llevado a evitar la atención médica y esto ha causado malos resultados en el tratamiento del VIH. Además, las actuales crisis pueden potenciar los problemas en salud y equidad; por ejemplo, la poca confianza en las instituciones públicas y la desinformación afecta la capacidad de gestión de enfermedades. Además, estos patrones pueden potenciarse con el desgaste del tejido social. Incluso, las tensiones geopolíticas limitarán el desarrollo e intercambio de avances científicos, reduciendo la capacidad de hacer frente a nuevos y viejos riesgos. Mientras tanto, las desigualdades económicas ampliaran la brecha de acceso a la atención médica (Dato Crucial 20), y el aumento de la inestabilidad y conflictos políticos limitará, aún más, la atención médica.

Actuando Hoy

Buena parte de las enfermedades crónicas es prevenible, por tanto, un enfoque preventivo en las políticas de salud puede generar grandes beneficios. Para mejorar la salud pública es necesario que gobiernos y empresas promuevan condiciones de bienestar e impulsen estilos de vida saludables. La coordinación entre instituciones de salud pública y privada, así como financiadores, es clave para mejorar sustancialmente la salud de la población. Asimismo, es central que los gobiernos planifiquen a largo plazo para que gestionen de mejor manera los riesgos de salubridad.

Al mismo tiempo es necesario que los sistemas de salud nacionales y mundiales se fortalezcan. Para esto, deben implementarse nuevos modelos de atención y financiamiento; para que la atención y detección de enfermedades aumente su rentabilidad. Es posible que el sector de la salud aproveche las innovaciones tecnodigitales para reducir costos; y que la salud pública se fortaleza con la cooperación científica, médica, y farmacéutica internacional.

2.4 Seguridad Humana: nuevas armas, nuevos conflictos

La guerra económica y de información se perciben como amenazas graves en el largo plazo (Dato Crucial 2). En las décadas recientes, hasta 2022, no hubo enfrentamientos directos entre las grandes potencias. De hecho, en los 15 años anteriores a 2022 había una tendencia a la disminución de la militarización (Dato Crucial 21); pero, en ese mismo período el mundo se volvió más violento debido a intensos conflictos externos e internos. Volver a la tendencia de militarización aumenta el riesgo de conflictos a escalas más destructivas. La creciente desconfianza entre potencias está aumentando sus gastos militares, y la diseminación del poder militar entre varios países y actores, está impulsando una carrera armamentística. Las dinámicas de poder de la próxima década pueden estar marcadas por devastadores ataques de precisión y la expansión de conflictos.

Arquitectura y nuevos arquitectos militares

En 2022 el porcentaje del gasto militar aumentó respecto al crecimiento del PIB (Datos Cruciales 22 y 23). Un aumento generalizado del gasto militar potencia los riesgos de inseguridad y promueve una carrera armamentística. La industria privada está lista para impulsar el desarrollo de tecnología militar; pues, aunque sus avances tecnodigitales se orientan al mercado civil, en realidad son de uso dual y pueden potenciar equipos militares.

Los controles fronterizos que impongan los países para limitar el desarrollo de sus rivales provocarán una fragmentación tecnológica con grandes costos; pero el aumento del gasto global en investigación y desarrollo fomentaran las innovaciones (Dato Crucial 25). La influencia de los bloques crecerá mediante fuertes alianzas en diversos ámbitos como seguridad, comercio, e innovaciones. Si las economías en desarrollo buscasen mejorar su seguridad dentro de la nueva arquitectura militar serán absorbidas en la dinámica económica y de expansión militar de las grandes potencias.

Conflictos multidominio y tecnología de última generación

Las nuevas tecnologías modificarán las amenazas a la seguridad nacional e internacional, aumentaran los conflictos multidominio, y cambiaran la noción de guerra. La confrontación se expande a diversos territorios como el ciberespacio. Armas de nuevo tipo como las ultrasónicas han demostrado su efectividad, mientras que otras se encuentran en desarrollo y se espera que demuestren su efectividad durante la próxima década. La computación cuántica, la guerra cibernética e informática tendrán un papel crucial para el desarrollo de tecnologías militares. Muchas tecnologías están surgiendo simultáneamente, y se corre el riesgo de que tengan impactos combinados en la seguridad global.

La demostración de capacidades militares mejoradas puede desestabilizar las relaciones geopolíticas, acelerar la carrera armamentística, y desatar ataques nucleares. Además, una carrera armamentística debilitaría los protocolos de seguridad que regulan el uso de las tecnologías. Actualmente hay estrictos protocolos mundiales que restringen el uso de armas nucleares, pero la adquisición de destructivos armamentos no nucleares y mejores tecnologías de defensa militar aumentan la vulnerabilidad de los países con armas nucleares, y en conjunto a una acelerada carrera armamentística, puede provocar que los países con armas nucleares no acaten el principio de no atacar primero.

Las nuevas tecnologías militares están presionando a los mecanismos de gobernanza existentes. Los riesgos son que aumente el número de armas nucleares, y mayor propensión a enfrentamientos devastadores. Actualmente los países nucleares continúan modernizando y desarrollando sus arsenales (Dato Crucial 25). Al mismo tiempo, algunos Estados sin capacidad nuclear han planteado la posibilidad de compartir y comprar armas nucleares. Además, Estados Unidos y Rusia concentran casi todo el arsenal nuclear mundial (Dato Crucial 26).

Incrementan los actores deshonestos

La proliferación de nuevas tecnologías y equipos militares más destructivos posibilita inéditas formas de guerra asimétrica, en las que tanto potencias como otros sujetos tendrán mayor impacto a nivel nacional y mundial. Actualmente hay poca información sobre los alcances de las tecnologías de doble uso, pero podrían ser muy destructivas y con bajos costos; por ejemplo, los avances en biotecnología pueden facilitar que un pequeño grupo de personas desarrolle patógenos. Mientras tanto, datos recientes muestran que la exportación de armas de Estados Unidos y Europa va en aumento, mientras que la de China y Rusia decrece (Dato Crucial 27).

La propagación y reducción del costo de diverso tipo de armas erosiona el monopolio de la violencia del Estado. La vulnerabilidad de los Estados fomenta procesos transnacionales de migración, corrupción y violencia. Sujetos no estatales ya han usado las nuevas tecnologías para atacar a paramilitares y a fuerzas Estatales. Los gobiernos dependen, cada vez más, de grupos mercenarios para proteger sus activos e infraestructuras. El uso de ejércitos privados se ha relacionado con violaciones a derechos humanos y del derecho internacional.

La línea entre lo civil y lo militar se desdibuja pues las nuevas tecnologías pueden usarse para atacar a la población civil con el objetivo de destruir el orden social. Por ejemplo, se pueden interrumpir recursos y servicios críticos como el agua y la energía. El desarrollo de tecnologías de doble uso, especialmente en el campo de la computación cuántica, expone a las economías nacionales a problemas como los ciberataques.

Actuando Hoy

Para disminuir las posibilidades de conflictos potencialmente devastadores es necesario fortalecer acuerdos de desarme y de no proliferación de tecnologías militares. Este tipo de acuerdos disminuirían las posibilidades de que conflictos escalen involuntariamente. Es fundamental establecer normas que garanticen que el desarrollo tecnológico será usado para mejorar las condiciones socioeconómicas, y no para fines militares. El problema es que la regulación de armas será aún más complicada y precisará la participación de diversos sujetos, desde la academia hasta la industria privada. Una escalada en la carrera armamentística complicaría aún más la cooperación; pero la regulación de las tecnologías armamentísticas solo puede darse mediante la colaboración internacional. En un primer paso las potencias deben reconocer el valor estratégico de acuerdos para el control de armas. En el largo plazo será necesario que se experimenten nuevas formas de gobernanza global que puedan atenuar las preocupaciones y evitar una escalada de inestabilidad con conflictos devastadores.

2.5 Derechos Digitales: la privacidad en peligro

Las herramientas tecnodigitales sostienen el funcionamiento de las ciudades, de la infraestructura crítica, y serán claves para desarrollar estrategias de resiliencia para las próximas crisis. Al mismo tiempo, los Estados enfrentan el reto de administrar el mundo material y un mundo digital en constante expansión. La ciberdelincuencia y la inseguridad cibernética son de las mayores preocupaciones de la próxima década. La ciberdelincuencia está aumentando y se percibe como un impulsor de otros riesgos (Dato Crucial 29). Además, la expansión de sistemas de recopilación de datos y de inteligencias artificiales (IA) crea nuevas formas de control de las personas.

Hay un riesgo creciente por el mal manejo de datos. El sector público y el privado podrían usar los datos con fines ilícitos como desarrollar armas biológicas. Aunque, no toda amenaza a la autonomía digital es de carácter malicioso, puede haber mecanismos legales que vulneren la privacidad debido a preocupaciones como la seguridad pública. De hecho, la privacidad de datos personales es asediada por las preocupaciones de seguridad nacional, que buscan proteger al Estado-nación y obtener ventajas económicas y tecnológicas.

Privacidad Comercializada

El derecho a la privacidad implica el derecho a no ser vigilado, y, en caso de ser vigilado, controlar la información que se muestra. Debido al aumento de la recopilación de datos y el desarrollo tecnológico, en la próxima década el sector público y privado podrán ejercer un control y vigilancia sin precedentes. Las tecnologías de vigilancia, como las de identificación biométrica, son cada vez más sofisticadas; de hecho, se ha reconocido el potencial riesgo que estas tecnologías representan para la privacidad, y en la Unión Europea se prohibirá su uso en espacios públicos. Mientras tanto, múltiples formas de vigilancia se están generalizando; por ejemplo, el masivo movimiento al trabajo en casa durante pandemia permitió que prácticas de seguimiento y control laboral legalmente permitidas, como la grabación de audio, tuvieran alcances más profundos e íntimos.

La difusión datos en la red, está incrementando el potencial de vigilancia por parte de diversos actores tanto públicos como privados. Con la constante profundización de la digitalización, los detalles más íntimos y cotidianos serán registrados y comercializados. De hecho, la vigilancia digital ya está en marcha y se usa para crear perfiles. Normalmente, las personas han dado su consentimiento para la recopilación de sus datos para mejorar su experiencia con un servicio u objeto. El problema es que al juntar una gran cantidad de datos se revela mucha más información de la prevista, como la preferencia política de los usuarios, este efecto es conocido como mosaic effect.

Es posible que las organizaciones internacionales compartan datos con los gobiernos para mejorar la solución de problemáticas. Pero la combinación de múltiples conjuntos de datos posibilitaría identificar y vigilar a determinadas personas vulnerables, o poner en riesgo cadenas de suministros. De hecho, hay mercados donde legalmente pueden obtenerse datos como la raza, etnia, orientación sexual y estatus migratorio.

Anocracias al servicio de los datos

El derecho a la privacidad está limitado por la vigilancia gubernamental en nombre de la seguridad nacional, y el desarrollo de los sistemas de vigilancia facilita el acceso a datos sensibles sin el debido proceso. En muchos casos, las leyes de protección de la información no regulan la vigilancia de las ubicaciones y comunicaciones digitales; sumado a esto, hay una creciente presión por debilitar los mecanismos de encriptado usados por las empresas. El potencial uso indebido de los datos afectará más a los usuarios que viven en países con tendencias autoritarias y endebles derechos digitales. De hecho, se podrían reprimir protestas mediante formas de represión digital como el espionaje digital. Con la expansión de proyectos de ciudades inteligentes, la recopilación de datos personales podría causar riesgos adicionales en sociedades con problemas de privacidad y gobernanza.

Los gobiernos reconocen el uso indebido de datos personales como un problema de seguridad. Por tanto, algunos países han endurecido sus regulaciones y limitado el acceso de empresas extranjeras a ciertos mercados, con el objetivo de reducir la recopilación de datos por parte de países rivales. A pesar de esto, no se atienden adecuadamente los posibles abusos de los datos que pueden cometerse en nombre de la seguridad nacional. El gran problema es que el asedio a la soberanía digital de las personas puede tener efectos negativos en las democracias.

Crecientes desbalances entre la innovación y la seguridad

Los datos juegan un papel crucial para impulsar la productividad e innovaciones. Los usos más novedosos de las tecnologías emergentes precisarán de la centralización de los datos del sector público y el privado. La agrupación de algunos conjuntos de datos puede otorgar algunas ventajas competitivas; pero los gobiernos deberán equilibrar los potenciales riesgos de la pérdida de privacidad con los beneficios de acelerar el desarrollo tecnológico.

Para combatir la concentración de datos en manos de un puñado de empresas privadas, los gobiernos podrían presionar para que tanto el sector público como el privado tengan políticas de datos abiertos, como un banco de datos públicos para la investigación. Este tipo de políticas pueden motivar innovaciones; pero, también podrían aumentar las violaciones a la privacidad. Otro problema es que los conjuntos de datos son susceptibles de ser des-anonimizados. Se desconoce a profundidad los riesgos de robos a gran escala de información biométrica, pero podría servir para el desarrollo y uso de armas biológicas de precisión.

Actuando Hoy

A nivel nacional es importante armonizar políticas de datos e información, superar la fragmentación local permitirá intercambios de datos que impulsen el desarrollo tecnocientífico sin comprometer la seguridad de las personas. A nivel mundial es importante fortalecer las definiciones legales sobre información sensible y personal. El diseño de los marcos legales debe tomar en cuenta que la sensibilidad de la información puede aumentar mediante el -mosaic effect-, la proliferación de redes sociales digitales, y la consolidación de ciudades inteligentes. La destrucción voluntaria de datos personales también puede ayudar, al tiempo que tiene beneficios ambientales al reducir las necesidades de almacenamiento de datos. Finalmente, los gobiernos deberán mejorar su capacidad para responder ante los malos usos de datos y las violaciones a la privacidad.

2.6 Estabilidad económica: el peligro de la deuda mundial

La amenaza de una crisis de deuda aumenta a medida que la deuda pública crece mientras las tasas de interés caen. Los gobiernos utilizaron el dinero barato para estabilizar sistemas financieros, apoyos fiscales masivos, y proteger a las personas y empresas de la crisis del costo de vida. La cuestión es que en un contexto económico más complicado no es posible sostener altos niveles de deuda. La estanflación mundial junto a altos niveles de deuda pública puede tener malas consecuencias. Incluso con un escenario no tan drástico, la trampa de la deuda y una reestructuración más complicada incrementan el riesgo de que el incumplimiento se extienda a otros mercados y paralice el sistema económico mundial. De hecho, aunque se lograra un sistema fiscal relativamente estable, es probable que se vea afectado el gasto en desarrollo y capital humano, por lo que la resiliencia de sociedades y economías se vería comprometida frente a la próxima crisis global.

El incremento del precio de la deuda

La deuda pública de las economías avanzadas está en aumento, mientras que las economías en desarrollo sufren los impactos de ajustes en las políticas monetarias y el deterioro del panorama económico (Dato Crucial 29). Una recesión global podría reducir la inflación y el alza de los tipos de interés, pero es más probable que se desencadene una crisis en la balanza de pagos en el corto plazo y que a largo plazo disminuya el crédito. Además, los bancos emergentes tienen una parte de la deuda pública interna, y los problemas podrían extenderse a otros bancos, personas y pensiones (Dato Crucial 31).

Otra impacto de escala global provocará un desorden económico más profundo y duradero. La estanflación, crisis como la guerra en Ucrania, las secuelas del Covid, son problemas persistentes que afectan elementos clave como los alimentos y el mercado laboral. La persistente falta de trabajadores en mercados laborales clave podría generar aumentos salariales que provoquen un aumento del desempleo para contener la inflación. Además, una inflación prolongada podría provocar altas tasas de interés, y generalizar fuertes problemas de deuda (Dato Crucial 32). Además, un mal ajuste entre la política fiscal y monetaria exacerbaría las problemáticas y podría afectar a mercados no previstos (Datos Cruciales 33).

La nueva geopolítica de la deuda

La brecha entre la de deuda pública no pagada y el total de deuda pública es baja respecto al estándar histórico; pero el total de la deuda pública ha aumentado. El temor al contagio del incumplimiento y la fuga de capitales afectaría la sostenibilidad de la deuda en muchos países pobres. Los niveles moratorios de deuda influirán en las posibilidades de reestructuración, y muchos países acreedores, debido a sus propias dificultades fiscales internas, no rescatarán a otros Estados; además, los subsidios para el desarrollo de otros países podrían convertirse en préstamos, incrementando el riesgo de incumplimientos de deuda.

Las posibilidades de contener los incumplimientos de pago de deuda estarán marcadas por la complejidad de la reestructuración y el nivel de cooperación internacional. Los acreedores abarcan múltiples sujetos que incluyen Estados y entes privados como comerciantes, esta ampliación de acreedores ha permitido nuevas vías de financiamiento; pero también complicará los intentos de reestructuración (Dato Crucial 34 y 35).

Las tensiones geopolíticas podrían aumentar pues las economías centrales están pugnando, cada vez más, por acuerdos bilaterales. El escenario es favorable para China, como el más grande acreedor global, y para los grandes exportadores de combustibles como Estados Unidos. Dichos sujetos podrían utilizar mecanismos de poder blando y la diplomacia de la trampa de la deuda para reconfigurar políticas regionales, impulsar bloques monetarios, y aumentar la presión sobre los países en desarrollo, al tiempo que las cadenas de suministro pasan a reflejar las alianzas económicas. El problema es que, si crecen los incumplimientos de pago de la deuda pública, países y empresas de importancia sistémica serán más vulnerables al contagio de la deuda. Un fenómeno de este tipo golpearía al sector público y privado de las grandes economías. El incumplimiento de pago de deuda por parte de una economía sistémica importante podría desatar una proliferación de incumplimientos con devastadores efectos a escala mundial.

Un inminente déficit de inversión

Un tema importante es el impacto del sobreendeudamiento y la reestructuración en las inversiones. De acuerdo con GRPS, en el largo plazo disminuye la preocupación de la crisis de deuda; pero aumenta la preocupación por el colapso o escasez de infraestructura y servicios públicos. El financiamiento de la productividad y la resiliencia podría obstaculizarse por la dinámica económica y política tanto nacional como mundial.

Los países en desarrollo enfrentaran serios problemas de financiamiento, tendrán presiones de sus acreedores que provoquen una reducción del gasto público y social; los desastres naturales implicarán costos financieros crecientes; y, tendrán que invertir un mayor porcentaje del PIB en la transición energética con sus múltiples ramificaciones. En contraste, las economías centrales seguirán beneficiándose de financiamientos accesibles para fomentar su desarrollo económico, fortalecer su política industrial, y reforzar la transición energética. Por tanto, la brecha entre países se acrecentará, y, al interior de los países en desarrollo crecerá la desigualdad, la pobreza y los malestares sociopolíticos.

Aunque, en un escenario económico con bajos niveles de crecimiento e inversión hasta las economías desarrolladas tendrán limitaciones. El desempleo, el malestar social, la polarización política, y las tecnologías que sustituyen empleos, pueden causar que se priorice el gasto corriente sobre las inversiones a largo plazo. El riesgo potencial de dicho fenómeno es la disminución de la inversión y el paulatino deterioro de la infraestructura y los servicios públicos (Dato Crucial 36).

Los problemas económicos y sanitarios que persisten desde la pandemia continúan mermando la capacidad de los sistemas públicos que, además, enfrentan el crecimiento poblacional o el envejecimiento de ésta. Aunque el desarrollo de estos riesgos es paulatino, por su carácter acumulativo puede corroer severamente la capacidad de desarrollo y la fuerza del capital humano, ambos elementos centrales para la mitigación de otros impactos globales.

Actuando Hoy

Profundas amortizaciones de deuda podrían permitir que países pobres se reincorporen a la ruta del desarrollo, disminuyendo las probabilidades de incumplimiento de deuda. El sector privado debe participar en la reestructuración mediante mecanismos que otorguen beneficios del futuro desarrollo económico de los países deudores. Como mecanismo complementario a la reestructuración de deuda deben implementarse acuerdos relacionados con el desarrollo de proyectos de adaptación climática, de tal manera que se rompa la correlación entre vulnerabilidad a la deuda y exposición al cambio climático; aunque también deben tomarse en cuenta otros sectores como el de la salud y la educación.

La próxima crisis no podrá amortiguarse incrementado la deuda. Para mitigar el riesgo sistémico de contagio de incumplimientos de pago de la deuda pública es necesario que los países que no están al borde de la crisis de deuda tomen un papel proactivo. Es necesario que se desarrollen formas de financiamiento flexibles, e incluso subvenciones para los mercados vulnerables, y que se tome en cuenta la existencia de múltiples crisis simultáneas (deuda, cambio climático y seguridad alimentaria). El enfrentamiento de los riesgos de forma multilateral posibilitaría flujos de capital privado muy necesarios, mientras que la inversión en proyectos a largo plazo atraerá al capital privado.

Datos cruciales: 

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4.- Más de la mitad de la producción económica del mundo es altamente dependiente de la naturaleza.

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6.- En 2014, en un solo día las altas temperaturas mataron más de 45 000 zorros voladores en Australia.

7.- La agricultura y la ganadería ocupan más del 35% de la superficie terrestre y son las principales causas de la disminución de la biodiversidad.

8.- Se estima que el mercado mundial de agricultura vertical crecerá a una tasa anual de 26%, y alcanzará los 34 millones de dólares en 2033; estas técnicas pueden aumentar la producción agrícola con menos gasto de agua y biodiversidad, pero su huella de carbono podría exceder la huella de la agricultura de campo abierto de algunas regiones.

9.- Entre 58 países en desarrollo que son muy vulnerables a los efectos del cambio climático, pagan casi 500 mil millones de dólares en servicios de deuda. Estos pagos podrían orienarse a la conservación y restauración ecológica. De hecho, este tipo de reestructuración de deuda se esta realizando en Ecuador, Siri Lanka y Cabo Verde.

10.- En Myanmar y República Democrática del Congo la extracción de tierras raras ya provocó deforestaciones, destrucción de ecosistemas, y contaminación del agua en una escala sumamente grande; además, estos procesos se han relacionado con violaciones de derechos humanos y financiamiento a grupos paramilitares.

11.- Algunos desarrollos tecnocientifícos para combatir y adaptarse al cambio climático que plantean importantes riesgos, como sequías y reconversión en armas, son: la modificación genética para aumentar la captura de carbono de la naturaleza; y la geoingeniería para eliminación de carbono y para administrar la radiación solar.

12.- En la 15° Conferencia de las Partes del Convenio sobre la Biodiversidad Biológica se llegó al acuerdo Montreal-Kumming que establece nuevos objetivos mundiales para 2030 como restaurar 30% de los ecosistemas degradados del planeta

13.- El impacto económico de las secuelas de la pandemia de coronavirus se estiman entre 140 y 600 mil millones de dólares; pero para Estados Unidos se calcula un costo arriba de 3.7 billones de dólares, y para Australia cerca de 5 mil millones de dólares anuales si las consecuencias actuales persisten.

14.- Las tasas de vacunación contra poliomelitis tuvieron en 2022 su nivel más bajo en 14 años.

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16.- Hasta el final del 2022 la pandemia de covid19 se ha relacionado con casi 6.6 millones de defunciones; y se estima que en 2019 murieron alrededor de 4.95 millones de personas por bacterias resistentes a antibiótico y 9 millones por la contaminación del aire

17.- En el Reino Unido, durante septiembre de 2022 más de 7 millones de personas esperaban recibir atención medica de carácter no urgente; mientras que 10% de los puestos laborales en salud permanecían vacantes y el Servicio Nacional de Salud luchaba por retener al personal.

18.- Antes de la pandemia de coronavirus la Organización Mundial de la Salud calculó un déficit global de 15 millones de trabajadores de la salud para 2030.

19.- Estados Unidos gasta casi 20% de su PIB en atención médica.

20.- Las terapias genéticas pueden costar más de 2 millones de dólares.

21.-

22.- En la década de 2010 el gasto militar creció en sintonía con el PIB, con un promedio de 5% del los presupuestos gubernamentales. En contraste, en la década de 1990 el presupuesto militar fue de 12% del presupuesto gubernamental.

23.- En mayo de 2022 Japón anunció una propuesta para duplicar su presupuesto de defensa, es decir 105 000 millones de dólares, equivalentes a 2% de su PIB. Desde 2010 Qatar amentó 434% su gasto militar. Con la guerra en Ucrania, se han impulsado las promesas de los miembros de la OTAN un gasto militar equivalente o superior a 2% de su PIB.

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25.- A finales de 2022 Estados Unidos dio a conocer un nuevo bombardero con capacidad nuclear. En 2021 entró en vigor el Tratado de Prohibición de las Armas Nucleares; pero sigue enfrentándose a la oposición de nueve países con armas nucleares. En 2022 Corea del Norte lanzó un número récord de misiles balísticos.

26.- Las reservas nucleares de Rusia y Estados Unidos representan 90% del total mundial de armas nucleares.

27.- Entre 2017 y 2021 Estados Unidos y Europa concentraron 87% del total mundial de exportaciones de armas.

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29.- La deuda pública en las economías avanzadas alcanzó 112% del PIB en 2022; en contraste, la deuda de las economías emergentes y en desarrollo representa 65% de su PIB.

30.- En 2022 Ghana llegó a un acuerdo con el FMI para un rescate de 3 000 millones de dólares. En 2023 Zambia intenta concluir la reestructuración de su deuda externa de 15 000 millones de dólares.

31.- Los países emergentes con mayor riesgo de incumplimiento de la deuda son Argentina, Egipto, Ghana, Kenia, Túnez, Pakistán y Turquía.

32.- Las economías emergentes de mayor importancia sistémica que podrían enfrentar dificultades en lo próximos años y aumentar el riesgo de contagio financiero son México, Sudáfrica y Polonia.

33.- Se espera que con el año fiscal que finalizó en marzo de 2023 los intereses de la deuda pública de Reino Unido alcancen 120 400 millones de libras esterlinas; antes de este año el nivel más alto había sido de 69 900 millones de libras. El Banco de Inglaterra elevó las tasas de interés que pasaron del 0.1% en diciembre de 2021 a 3.5% en diciembre de 2022.

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35.- Solamente la deuda Chad, Etiopía y Zambia se está reestructurando de acuerdo con el Marco Común del G20 para el tratamiento de deuda.

36.- Desde 2020 alrededor de dos quintas partes de los países con ingresos bajos recortaron un promedio de 13.5% del gasto en educación.

Cápitulos relevantes para el proyecto: 

Chapter 1: Global Risks 2023: Today’s Crisis.

Chapter 2: Global Risks 2033: Tomorrow’s Catastrophes.

Chapter 3: Resource Rivalries: Four Emerging Future.

Chapter 4: Conclusion: is preparedness possible?

Nexo con el tema que estudiamos: 

El texto capta una multiplicidad de relaciones y bucles de retroalimentación entre diversos riesgos globales, como cambio climático y perdida de la salud. Aunque el capítulo se divide en cinco grupos de riesgos, se capta la manera en que unos interactúan con otros, potenciando los procesos de colapso.

También son relevantes las propuestas para mitigar los diversos riesgos globales. Dada la perspectiva de la institución que diseña el informe, el Foro Económico Mundial, buena parte de las propuestas siguen atrapadas en la idea del crecimiento económico; a pesar de ello algunas propuestas, como un enfoque más fuerte en la prevención de la salud, con mejor alimentación y entornos ecológicos más amistosos, son bastante interesantes.