Agriculture in Asia. The global rice crisis

Cita: 

The Economist [2023], "Agriculture in Asia. The global rice crisis", The Economist, London, 1 de abril,https://www.economist.com/asia/2023/03/28/the-global-rice-crisis

Fuente: 
The Economist
Fecha de publicación: 
Sábado, Abril 1, 2023
Tema: 
El cultivo de arroz hacia el colapso
Idea principal: 

La oryza sativa, mejor conocida como arroz asiático, es el cultivo por excelencia de Asia. Además de su legado histórico, representa una fuente de ingresos importante para su población así como un cereal que es esencial en su dieta diaria (dato crucial 1). No obstante, la siembra de arroz en el continente asiático presenta dos contradicciones, por un lado está atravesando una crisis multifactorial traducida en pérdida de rendimiento y productividad, y por el otro, figura como un bucle de retroalimentación a la crisis climática.

Los efectos del cambio climático tales como inundaciones y sequías, el deterioro de la calidad de la tierra, así como la escasez de mano de obra están afectando a la oferta de arroz no solo en Asía sino en el resto del mundo debido a que países como Pakistan representan un gran grueso de las exportaciones (dato crucial 2). Pero la demanda no perdona la desaceleración de la producción de arroz puesto que se sigue incrementando su consumo (dato crucial 3) dejando a los países más pobres de la zona en un grave problema de autosuficiencia alimentaria, sobre todo en los países dependientes de las importaciones como Indonesia y Filipinas. Como era de esperarse, en el caso de los países ricos en Asia, como Japón y Corea del Sur, sustituir al arroz por bienes sustitutos (como el pan y la pasta) ha resultado más fácil.

Pero esta crisis del arroz no es de carácter coyuntural sino más bien la consecuencia de desatender a este sector económico en favor de la industrialización de la zona y el crecimiento económico. En 1960 gracias a la Revolución Verde y al Instituto Internacional de Investigación sobre el Arroz (IRRI, por su sigla en inglés), se introdujeron en Asia semillas genéticamente modificadas con el objetivo de incrementar el rendimiento y productividad del grano en un contexto en el que China e India tenían el problema de la hambruna. En tal sentido, la salvación fue el uso de la variedad de arroz IR8 que tenía la propiedad de nutrirse con el fertilizante y los sistemas de riego. De esta manera, la alta producción de arroz se mantuvo a la par con la demanda por muchos años.

No obstante, en la época contemporánea a pesar de que el IRRI ha desarrollado nuevas semillas con mayor resistencia al clima y menor requerimiento hídrico, la creciente demanda, la urbanización, la disminución en la parcelación junto con la crisis climática dificultan el aumento de la productividad (datos cruciales 4 y 5).

La disminución en la parcelación se debe principalmente a la degradación de la calidad de la tierra por el agotamiento de los suelos por el uso excesivo de fertilizantes y pesticidas aunado a la salinización de la tierra a causa de la intrusión de agua de mar debido al incremento de los océanos. También es importante considerar la escasez de mano de obra debido a que las dificultades climáticas y técnicas hacen que los asiáticos huyan de esta actividad y se concentren en sectores más dinámicos del continente.

Así como el arroz es altamente vulnerable al cambio climático (dato crucial 6), también es un gran contribuyente de gases de efecto invernadero. Cuando las plantas de arroz son regadas, privan de oxígeno al suelo lo que facilita la proliferación de bacterias emisoras de metano, un potente gas de efecto invernadero. Como se mencionó, esto es un bucle de retroalimentación a la crisis climática (datos cruciales 7 y 8).

Un culpable de carbono

Uno de los problemas relacionado con lo anterior descrito tiene que ver con la calidad nutricional del arroz ya que en Asia la diabetes y la malnutrición (obesidad) se deben al alto consumo de arroz, el cual contiene mucha glucosa y bajo contenido en nutrientes importantes como el hierro y el zinc. Esto indica que en la lucha contra la crisis del arroz, la producción también se debe de enfocar en mejores políticas arroceras y mejores variedades de semillas.

Como se puede notar esta crisis tiene varias vertientes y planear estrategias a nivel regional es la mejor solución. En Myanmar y Filipinas, los rendimientos del cultivo de arroz son bajos, esto se puede solucionar con el uso de pesticidas y fertilizantes en cantidades razonables para no causar daño al medio ambiente (dato crucial 9). En tal marco, el IRRI continua desarrollando semillas transgénicas incluso más nutritivas y que resisten a inundaciones y sequías. En ese sentido, el estado debe de ser un gran difusor del uso de variedades de arroz ya que se considera que una parte de la población en Asia desconoce estas semillas, o por el contrario se muestra escéptica a su uso; en tal caso, la labor del estado debe de ser promocionar a las semillas modificadas mostrando sus propiedades y ventajas (datos cruciales 10 y 11).

En el tema del estado, se considera que sus intervenciones hacia la producción de arroz han sido deficientes o anticuadas en muchos gobiernos asiáticos. Muchas políticas actuales aun siguen cimentándose en un escenario donde la satisfacción alimentaria era más importante que los problemas a la salud o el cambio climático, tal es el caso de India y su esquema de subvención a la producción y venta de arroz (como los precios de garantía) que están sujetas a las decisiones de los agricultores puesto que representan un banco de votos para los gobernantes (datos cruciales 12 y 13).

Una revolución más verde

Los gobiernos también deben de fomentar la reducción de la dependencia del arroz y reorientar su gasto público en la transmisión de conocimientos hacia otros agricultores en lugar de destinar subsidios que benefician a los más ricos y con mayor cantidad de tierras. En tal sentido, India pidió a la Organización de Naciones Unidas (ONU) que declarará 2023 como el año del mijo (un grano más nutritivo que el arroz y el trigo y con menos requerimientos hídricos) para fomentar el consumo de este grano (al cual Indonesia también se ha unido).

En suma, la labor de los países en Asia es producir más con menos pero cuidando del medio ambiente. Al final todas las propuestas expuestas deberían de ayudar a crear una producción de arroz más robusta, menos contaminante y más prospera, con beneficios no solo para Asia sino para resto del mundo.

Datos cruciales: 

1) Asia representa 90% de la producción mundial de arroz; más de 25% de sus calorías provienen del arroz. Los datos de la ONU estiman que el consumo per capita es de 77 kg al año (más que el africano, europeo o estadounidenses).

2) En Pakistan, cuarto exportador mundial de arroz, se produjeron en 2022 enormes inundaciones que destruyeron 15% de las cosechas.

3) La población sigue creciendo. Se estima que en 2050 habrá 5 300 millones de personas en Asia, frente a 4 700 millones de 2023, y 2 500 millones en África frente a los 1 400 millones. De acuerdo con la revista Nature Food este crecimiento supondrá un aumento de 305 de la demanda de arroz.

4) De acuerdo con la ONU, en el último decenio el rendimiento medio anual de arroz aumentó 0.9% frente a 1.3% del decenio anterior. En el caso del sudeste asiático, el rendimiento presentó una gran caída al pasar de 1.4% a 0.4%.

5) Entre 1971 y 2016, el tamaño de las exportaciones agrícolas en India se redujo en más de 50%, de 2.3 hectáreas a 1.1 hectáreas.

6) Un estudio realizado en 2004 determinó que un aumento de 1C en las temperaturas mínimas provoca una disminución de 10% del rendimiento de los cultivos de arroz.

7) La producción de arroz es responsable de 12% de las emisiones totales de metano y de 1.5% de las emisiones totales de gases de efecto invernadero (comparable con la aviación).

8) Los arrozales de Vietnam producen más carbono equivalente que el transporte en el país.

9) Según un estudio publicado en la revista Food Policy en 2021, los agricultores de Bangladesh que cultivan Sub1, una variedad de arroz tolerante a la sequía, obtienen 6% más de rendimiento y 55% más de beneficios. Una revisión de los ensayos de campo en Global Food Security sugiere que las variedades resistentes a la sequía tienen una ventaja de rendimiento de 0.8-1.2 toneladas por hectárea.

10) Vietnam está a la cabeza. Recientemente ha anunciado un ambicioso plan para cultivar arroz "bajo en carbono" en un millón de hectáreas. Lo promueve como medio para ahorrar trabajo y mejorar la eficiencia del grano.

11) Una encuesta nacional de agricultores de arroz en India realizada entre 2017-2018 encontró que solo 26% había adoptado variedades liberadas desde 2004.

12) El caso de Sandeep Singh, de Bassi Ak barpur (un pequeño pueblo del estado de Haryana, en el norte de India) representa la ineptitud del estado en la crisis del arroz. Aunque Sandeep cultiva arroz, prefiere comer roti, un pan hecho de trigo, un cultivo mucho más adecuado para el clima cálido y seco de Haryana. Sin embargo, los incentivos del gobierno han empujado a Singh a cultivar arroz y trigo.

13) El partido gobernante en India, el Bharatiya Janata Party, se vio obligado en 2021 a dar marcha atrás en las reformas agrícolas ante las protestas de los agricultores.

14) La grafica 1 explica el consumo medio anual por persona de arroz a nivel mundial. Como era de esperarse, Asia es el mayor consumidor.

15) La gráfica 2 presenta como los rendimientos de los cultivos de arroz han ido disminuyendo progresivamente a finales de la década de los noventa.

Nexo con el tema que estudiamos: 
La reciente nota refuerza la idea de la interdependencia de cada una de las crisis que se desarrollan en el contexto de la bifurcación del sistema (político, económico, ambiental y social). La crisis del arroz, es un problema que muestra la ineficacia de los gobiernos asiáticos para generar respuestas que no estén únicamente enfocadas en la eficiencia económica sino que respondan con los problemas actuales como la crisis climática y la degradación del suelo.