Se prepara una contraofensiva para el gigante de telecomunicaciones mexicano América Móvil, propiedad del magnate Carlos Slim, por parte de otro grueso de las telecomunicaciones en México: Televisa (radiodifusión), AT&T (una transnacional estadounidense con grandes operaciones en el país) y la Cámara de Telecomunicaciones de México. Dicha acción pretende asegurarse de que la empresa de Slim no participe en el mercado de televisión de paga, un rubro en el que este gigante no puede participar por las regulaciones de la Ley Antimonopolio. En vísperas de una futura renovación de la dicha ley y ante un Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT, el regulador de este sector) desatendido por el actual gobierno, se teme que una posible inserción de América Móvil socave la competitividad en este mercado.

La Ley Antimonopolio fuera creada en 2014 y se actualiza cada tres años. Destaca el hecho de que bajo esta ley, las empresas con más de 50% de participación en este mercado tienen que someterse a estrictas regulaciones. En un principio, Telmex (la filial en México de América Móvil de banda ancha y telefonía fija) era obligada a compartir su infraestructura, hoy la ley es más laxa y le permite compartir pero cobrando un cuota. En este sentido, ante la nueva actualización de dicha ley puede que el IFT sea todavía más laxo.

En tal marco, la propuesta que ha presentado la contraofensiva pretende hacer que América Móvil se separe en empresas con dos grupos de accionistas argumentado que dicha iniciativa creará un mercado más competitivo ya que la Ley antimonopolio únicamente ha tenido éxito en la expansión de los servicios de telefonía fija y banda ancha tal es el caso de Megacable o Totalplay, las cuales además ofrecen televisión de paga como ventaja comparativa, por lo demás el monopolio de América Móvil continúa (dato crucial 1).

Dicha medida deriva del hecho de que las regulaciones y actualizaciones de la Ley Antimonopolio del IFT en realidad no han afectado en gran cuantía a América Móvil tal es el caso de Telcel, el brazo minorista de Telmex dedicado a la telefonía e internet móvil, y su preponderancia en el sector (dato crucial 2). Así, en el área de compartición de infraestructura, las empresas que quieren acceder a su red mencionan que Telmex—con una red de gran cobertura a nivel nacional—es muy reacia en la aprobación de solicitudes. Esto al final perjudica al consumidor ya que se le excluye de los beneficios de la gran cobertura del gigante de telecomunicaciones.

Al final la gran cobertura termina representando la ventaja absoluta de empresas tradicionales como América Móvil y sus trabas a la compartición de red terminan desincentivando a los competidores. Incluso se menciona que la Ley Antimonopolio también está perjudicando al sector de telecomunicaciones pues los competidores tampoco quieren aumentar su participación y ser catalogados como preponderantes.