Why tech giants want to strangle AI with red tape

Cita: 

The Economist [2023], "Why tech giants want to strangle AI with red tape", The Economist, London, 27 de mayo, https://www.economist.com/business/2023/05/25/why-tech-giants-want-to-st...

Fuente: 
The Economist
Fecha de publicación: 
Sábado, Mayo 27, 2023
Tema: 
La seguridad es el tema central para las grandes firmas de inteligencia artificial generativa
Idea principal: 

Un nuevo punto de inflexión ha surgido en la carrera por el dominio de la inteligencia artificial (IA) generativa, se trata de la seguridad. Este tema marca una posible alineación entre el estado y las empresas tecnológicas en un objetivo: perseguir la seguridad de los usuarios y asegurar un modelo lucrativo sin riesgos.

Los riesgos en torno al uso de IA generativa, como los grandes modelos de lenguaje (LLM, por su sigla en inglés), son el tema principal no solo para las empresas emergentes y grandes firmas tecnológicas como Google o Microsoft, sino también para el estado. La incertidumbre surge del contenido polémico que han arrojado LLMs, como ChatGPT —propiedad de OpenAI—, al suponer que en la medida que vayan adquiriendo más capacidades podrían ser un fuerte difusor de desinformación, manipulación electoral, terrorismo, perturbación del empleo, y un largo etcétera.

Los LLMs crean contenido a partir del análisis de textos y material audiovisual provenientes de bases de datos de internet. En tal caso, la preocupación de las grandes cabezas de las firmas tecnológicas, tanto emergentes como tradicionales, no se remite a futuros distópicos (máquinas más inteligentes que los humanos) sino más bien al peligro que puede derivar del contenido que arrojan. Así, algunos líderes tecnológicos de la IA como Sam Altman (CEO de OpenAI) y Jack Clark (CEO de Anthropic) han planteado la necesidad de gestionar estos generadores de contenido mediante un esfuerzo colectivo (dato crucial 1). Algunos de sus homólogos han mencionado que ya han entrado en contacto con personal del gobierno de Estados Unidos mientras que firmas como Inflection ai pretenden ofrecer recompensas a los hackers para descubrir vulnerabilidades en su LLM “Pi”. Estas empresas emergentes afirman que no pretenden sacrificar la seguridad de los usuarios a cambio de generar ganancias. Tampoco pretenden crear una competencia que terminaría en una destrucción creativa shumpeteriana, sino todo lo contrario: sus lazos con las grandes firmas tecnológicas de antaño son sólidas y de cooperación. En este sentido, empresas como Microsoft y Google también se han unido al movimiento por defender la seguridad de los usuarios a través de la regulación gubernamental y la cooperación internacional.

En tal marco, aumentar la seguridad significa un beneficio económico para las grandes firmas tecnológicas puesto que en la medida en que aparezcan regulaciones, estos titanes serán capaces de hacerles frente debido al gran capital que han amasado y para la preservación de sus productos principales (software en el caso de Microsoft y búsquedas en el caso de Google) por lo que la IA tendría que servir para mejorar sus productos y no para sustituirlos. Al final, las barreras de entrada al sector de la tecnología estarán presentes y esto demuestra que los titanes tecnológicos de antaño controlan el proceso de innovación (acumulación creativa). Bajo estos términos, la tecnología no tiene mucho de revolucionaria.

LlaMA en libertad

Finalmente, uno de los obstáculos a la regulación y seguridad tiene que ver con los LLM creados a partir de código abierto. Esto sucedió a raíz de la filtración en internet del código del LLM de Meta nombrado LlaMa; se dice que con esto los desarrolladores han podido crear este tipo de IA generativa a un menor costo y tan bueno como los LLM comerciales. El riesgo del que se habla por el código abierto es que puede caer en manos equivocadas, como un gobierno hostil. En este caso, la regulación será más fácil de llevar para las grandes firmas tecnológicas que cuentan con grandes recursos para hacer frente a las decisiones gubernamentales, que para los desarrolladores de código abierto.

Datos cruciales: 

1) Jack Clark trazó una analogía entre el Plan Baruch (un esfuerzo fallido en 1946 para poner las armas nucleares del mundo bajo control) y la necesidad de coordinación mundial para evitar el despliegue de inteligencia artificial (IA) peligrosa. Por su parte, Sam Altman declaró en mayo de 2023 en una audiencia del Congreso de Estados Unidos, que la regulación es fundamental para gestionar los riesgos cada vez más potentes de los grandes modelos de lenguaje (LLM, por su sigla en inglés).

2) OpenAI está alineada con Microsoft al ser uno de sus inversionistas principales y utilizar sus productos para mejorar su software y su motor de búsqueda. En el caso de Google (propiedad de Alphabet) tiene una participación considerable con Anthropic, esto se demostró el 23 de mayo de 2023, ya que la última ronda de financiación consiguió 450 millones de dólares, y Google incrementó su participación.

Nexo con el tema que estudiamos: 

La alineación de intereses entre los líderes de la IA generativa y el estado por la seguridad no representa una novedad. En el proceso de bifurcación del capitalismo, los gobiernos han entrado en una metamorfosis para alinearse a los intereses de las grandes corporaciones ya sea como partners in crime o medios para otorgar facilidades a las antes mencionadas (tómese el ejemplo de la industria minera o petrolera). Bajo esa lógica, lucrar en base a crisis latentes, es una vía para seguir con el proceso de acumulación de capital.

Otra parte importante, es la acumulación creativa. Nuevamente se observa como nuestro eje de estudio, las corporaciones transnacionales, se anteponen a los nuevos competidores pero ahora bajo un esquema de no hostilidad (como si sucede con la filial china de ByteDance, TikTok), creando relaciones económicas que aseguren una innovación para sus productos estrella pero que recuerdan al colonialismo y explotación de los antiguos imperios europeos, en tal sentido, las empresas emergentes tampoco pueden entrar en disputa a no ser que posean los medios (económicos y políticos) para hacerles frente a estos grandes titanes.