Why China Didn’t Invent ChatGPT
Yuan, Li [2023], "Why China Didn’t Invent ChatGPT", The New York Times, New York, 17 de febrero, https://www.nytimes.com/2023/02/17/business/china-chatgpt-microsoft-open...
Antiguamente, hace años, China estaba a punto de desafiar el dominio de Estados Unidos en inteligencia artificial. Se estaban desarrollando condiciones favorables para la recopilación de abundantes datos, con empresarios ávidos, científicos cualificados y políticas de apoyo que fomentaban la innovación. Sin embargo, en la actualidad, China es un país completamente diferente, ya que se encuentra muy rezagado en comparación con la tecnología estadounidense en inteligencia artificial e innovación tecnológica. Además, las grandes empresas tecnológicas estadounidenses han llegado a acuerdos de colaboración en el desarrollo de un chatbot experimental llamado ChatGPT. Esto ha generado conmoción entre los empresarios chinos del sector tecnológico debido al escaso avance en innovación tecnológica.
En ese sentido, el entorno de innovación en China ha puesto de manifiesto varias cuestiones, como la brecha tecnológica entre Estados Unidos y China, las tensiones geopolíticas, la censura y el creciente control gubernamental sobre el sector privado, siendo factores que obstaculizan las condiciones propicias para la innovación. En otras palabras, según el investigador Xu Chenggang del Stanford Center on China's and Institutions, el nivel de desarrollo de cualquier producto tecnológico importante está fuertemente vinculado al entorno y al sistema en el que opera. Por lo tanto, las limitaciones impuestas por el gobierno en la industria hacen que el tipo de innovación necesario en el futuro sea insuficiente.
En los años 90, la mayoría de las empresas tecnológicas en China eran de propiedad privada y contaban con inversión extranjera, mientras que el gobierno chino ignoraba la industria al no comprender plenamente el desarrollo de Internet y su gran influencia. Sin embargo, a medida que avanzaba la década de 2010, China comenzó a mostrar un potencial significativo en la industria tecnológica, compitiendo directamente con Estados Unidos. Con lo anterior, algunas de las principales empresas de Internet chinas llegaron a cotizar a niveles similares a sus contrapartes estadounidenses, como la aplicación de mensajería WeChat y el servicio de pago Alipay, demostrando incluso un desempeño superior al de sus competidores (Dato Crucial 1).
No obstante, en los últimos años, la perspectiva en Pekín ha cambiado, ya que se ha llevado a cabo una persecución tanto de destacados empresarios como de algunas de las mayores empresas tecnológicas, esto con el objetivo principal de garantizar que ninguna institución o personaje público ejerza una influencia sobre la sociedad china que sea equiparable a la del Partido Comunista. Esta situación se ha evidenciado en el nivel de castigo impuesto a las empresas, por ejemplo, Duolingo, un servicio aparentemente dedicado a la enseñanza de idiomas, fue retirado de las tiendas de aplicaciones chinas durante casi un año para mejorar su regulación de contenidos.
Como resultado, el gobierno ha implementado un mecanismo de control mediante la adquisición de participaciones minoritarias y puestos en los consejos de administración de algunas empresas tecnológicas. De esta forma, se han limitado las ambiciones de la industria y ha restringido su carácter innovador, ya que la seriedad con la que se aplican las sanciones a las empresas demuestra el cumplimiento riguroso de los protocolos de censura.
Además, las empresas tecnológicas y los inversores se culparon a sí mismos por su retraso en comparación con sus contrapartes de Silicon Valley, pues se enfocaron en las ganancias inmediatas. Esto, sumado a las agresiones del gobierno, generó un ambiente aún menos propicio para las inversiones en proyectos a largo plazo. Además, debido a la censura del gobierno, ha sido difícil acceder a una amplia variedad de datos indispensables para el desarrollo de tecnologías como ChatGPT.
En ese sentido, el gobierno chino dirige y controla los proyectos de investigación más importantes con el objetivo de ser autosuficientes en tecnología en el país.
Por otro lado, según el Informe Anual 2022 del índice de inteligencia artificial de la Universidad de Stanford, en 2021 Estados Unidos lideraba la mayor participación en inversión privada total en inteligencia artificial y la creación de numerosas empresas en la industria, superando ampliamente a China. Del mismo modo, entre 2020 y 2021, el promedio de citas de patentes de inteligencia artificial en China se encontraba por detrás de Estados Unidos y muchos otros países desarrollados, por lo que se presenta como un indicador clave de la originalidad e importancia de las invenciones.
En este contexto, es importante destacar que en un ambiente sombrío han surgido ciertos chistes populares, como el siguiente: 'Tenemos que enseñar a las máquinas no solo a hablar, sino también a no hablar', de forma que los chistes son reflejo del clima de restricción y censura existente.
Además, las condiciones para los pequeños empresarios en la industria de Internet no han sido fáciles, pues al momento de crear un producto se encuentran limitaciones en cuanto a la información disponible y están sometidos a la censura, como resultado, la innovación se está viendo sofocada.
Asimismo, OpenAI no ha puesto a disposición de los usuarios chinos su desarrollo de ChatGPT, lo que ha llevado a que los usuarios en la región busquen alternativas, como el uso de redes privadas virtuales (VPN). Así, otros factores que aumentan aún más la brecha en inteligencia artificial es el acceso a los algoritmos, ya que algunos no están a disposición pública haciendo que las empresas chinas tarden más tiempo en su desarrollo. También, se especula que el poder de cálculo juega un papel relevante, ya que se cree que el gobierno estadounidense podría imponer restricciones a las exportaciones de chips clave, lo cual aún no ha ocurrido, como una medida para frenar el avance de China en herramientas de inteligencia artificial.
De acuerdo con el Instituto Mercator de Estudios sobre China de Berlín, las autoridades políticas chinas están tratando de dirigir e integrar sistemáticamente cada paso del proceso de innovación, por lo que, el gobierno de Pekín busca fomentar y apoyar a las grandes empresas tecnológicas para que desarrollen modelos lingüísticos como una forma de competir con ChatGPT. Sin embargo, el financiamiento destinado a la investigación de inteligencia artificial ha tenido resultados limitados y poco efectivos. A pesar de que la Academia de inteligencia artificial de Pekín presentó un producto similar al chatbot llamado Wu Dao, que se considera el modelo más grande del mundo, este no logró progresar.
De esta manera, el Partido Comunista ha ejercido una influencia significativa en la industria, pues el gobierno ha creado el Laboratorio Pengcheng como un centro de liderazgo en la mejora de la infraestructura informática nacional, generando un ambiente con fuertes elementos ideológicos y políticos que se orientan hacia la nueva era del socialismo con características chinas. En última instancia, el control centralizado en China sofoca el crecimiento y el fomento de la innovación tecnológica, según el investigador Xu de Stanford, quien sostiene que la innovación se produce cuando las personas persiguen sus intereses y piensan libremente.