Farewell, peace dividend. The cost of the global arms race

Cita: 

The Economist [2023], "Farewell, peace dividend. The cost of the global arms race", The Economist, London, 27 de mayo, https://www.economist.com/international/2023/05/23/the-cost-of-the-globa...

Fuente: 
The Economist
Fecha de publicación: 
Sábado, Mayo 27, 2023
Tema: 
El mundo se vuelve a rearmar con la industria tecnológica de su lado. La pregunta es si las demás crisis permitirán una guerra fría 2.0
Idea principal: 

En el tema de la guerra, los tiempos actuales nuevamente han entrado en un periodo de incertidumbre por el riesgo de conflictos latentes entre las principales potencias mundiales (Estados Unidos y la Organización del Tratado del Atlántico Norte [OTAN]) y sus detractores (China y Rusia, principalmente) que se ha manifestado por un incremento en el gasto y en la actividad militar a raíz de los atentados en Estados Unidos del 11 de septiembre de 2001 y los conflictos en Afganistán e Irak. Así la coyuntura (el conflicto ruso-ucraniano, las tensiones sino-estadounidenses y las ambiciones nucleares de Irán) ha terminado con aquel periodo de “estabilidad” iniciado con el fin de la Guerra Fría que se caracterizó por la disminución del gasto en defensa (dato crucial 1).

La invasión rusa a Ucrania ha sido el punto clave para volver a rearmar al mundo (datos cruciales 2-6). Occidente envía cada vez más armas y equipo miliar a Ucrania para defenderse de los ataques rusos y por el otro lado, China también comienza a fortalecer su ejercito lo cual ha sido visto por Estados Unidos como una manera de prepararse para invadir Taiwán en 2027 (dato crucial 7).

En el mundo contemporáneo, las rivalidades históricas y la inseguridad creciente plantean cuestiones sobre la capacidad de cada nación para hacer o mantener una guerra. Para tal cuestión, incluso Estados Unidos ha reducido desde 2012 su presupuesto militar 5% luego de la crisis financiera de 2007-2009, por otro lado, el gasto en defensa se está convirtiendo en un impuesto de guerra y determinar su cuantía será incierta (datos cruciales 8 y 9).

Además, el mundo ya no es el mismo de antes, y en tal caso Estados Unidos ya no se enfrenta a economías pequeñas (dato crucial 10), tal es el caso de China y su PIB que representa cerca de 80% de la estadounidense; aunado a esto, los tipos de cambio en naciones como Rusia y China no son las mismas que en Occidente (1 dólar dado de gasto militar puede pagar muchas armas y soldados) con lo que la adquisición de armas o equipo bélico puede resultar más favorable que para Occidente.

En términos de capacidad, si se considera a las tres principales potencias militares, el escenario es similar:

• Estados Unidos invierte cada vez más en investigación y desarrollo (I+D) en torno a armas (misiles hipersónicos, inteligencia artificial y robótica). Asimismo, está comprando tanto como puede en municiones puesto que el conflicto ruso-ucraniano ha develado la gran demanda y la incapacidad de las fábricas para satisfacer la demanda en tiempos de guerra. Por otro lado, está mejorando su triada de armas nucleares (tierra, aire y submarinos).

• China también está invirtiendo en I+D. Ya ha desarrollado armamento para ataques terrestres y marítimos, también tiene una ventaja en misiles supersónicos, incluso su armada ya es mayor que la de Estados Unidos. En el tema de armas nucleares la nación asiática pretende incrementar su arsenal hasta 1 500 para 2035.

• Rusia trabaja en el desarrollo de armas como el torpedo Poseidón de propulsión nuclear y de larga distancia (se dice que es capaz de provocar maremotos destructivos).

Un punto importante a considerar es el costo por armarse. Esto viene a relucir porque la industria de defensa se maneja a sus propios intereses y tiene una alta tendencia al soborno. Para tales cuestiones, se suma la incertidumbre sobre indicadores como la inflación o el crecimiento económico ya que peligran porque esta industria determina su diferencial por la vanguardia tecnológica, eso conlleva a un incremento de costos y precios que se traduciría en los gobiernos en un adelanto de gastos temporales con un incremento subsecuente en el costo de los préstamos y cuellos de botella que marcan un diferencial en la capacidad de adquirir la tecnología de punta, tomando en cuenta que los presupuestos están sujetos a las decisiones de los gobernantes.(dato crucial 11).

Expectativas de inflación

No obstante, los temores sobre la inflación en el sector militar pueden resultar en meras especulaciones ya que se dice que a menos que se produzca una guerra en caliente, el incremento del gasto en defensa puede volver a los niveles de los años sesenta o setenta (ni los más acérrimos desean que el gasto militar se incremente a dos dígitos del PIB). Aunado a esto, está más que comprobado que en Estados Unidos, el gasto militar no se ha incrementado a dos cifras de PIB, salvo en la guerra de Vietnam donde alcanzó brevemente 48% anual (dato crucial 12).

Otro factor a considerar es que actualmente la tecnología ha servido para disminuir el requerimiento de personal, es decir, se pueden realizar operaciones estratégicas más eficientes con el uso de las máquinas-herramientas (dato crucial 13). En suma, el gasto en defensa tiende a disminuir en relación con el PIB a causa de la tecnología cada vez más eficiente y sobre todo en tiempos de paz, inclusive se cree que se abaratará más porque ahora la preferencia hacia las importaciones de la industria militar predominan más a diferencia del pasado cuando los departamentos de defensa eran los que exportaban (dato crucial 14).

Trayectorias tecnológicas

Ya que se habla de la tecnología, este sector no se encuentra ajeno al tema de la “seguridad nacional” si no que ahora pretende involucrarse para llevar todos los beneficios del hardware y del software al equipo bélico, lógicamente bajo sus propios intereses y rompiendo con su eslogan “rehuir de la Defensa porque está moralmente contaminada”. Junto con eso, las consecuencias fiscales apenas y afectarían al presupuesto público si la industria militar en colusión con la industria tecnológica se vuelve aun más eficiente (datos cruciales 15-19).

Pero entonces, ¿destinar mayores recursos hacia la industria tecnológica militar podría ralentizar el crecimiento económico?

Aunque un sector considera que el gasto en seguridad es un lastre para la economía, los hechos históricos demuestran un escenario diverso dependiendo de cómo se administren los recursos bélicos. En este sentido, durante la segunda guerra mundial en Estados Unidos la productividad se ralentizó a causa de la merma de trabajadores, los cuales habían sido enviados a las fabricas de municiones y unidades militares; por el contrario, en Japón y Alemania Occidental la mejora en la productividad tuvo como explicación la limitación forzosa del gasto militar.

No obstante, en la actualidad, grandes economías como las de Israel o Corea del Sur conviven entre los sectores de defensa y sectores estratégicos lo que incita a decir que más armas no tienen porque socavar el crecimiento económico de un país, incluso más investigación y desarrollo (I+D) e inversión en capacidades de defensa pueden impulsar una innovación más amplia y traer efecto indirectos positivos para el resto de la economía.

De tanques e impuestos

Empero, también se tiene que analizar las deudas de liquidez que imperan alrededor del mundo como consecuencia de las crisis actuales o latentes, tal es el caso del envejecimiento de la población, el cambio climático y el pago de la deuda. De esta manera, los gobiernos se verán presionados a re-analizar sus consideraciones de incremento del gasto en defensa puesto que es incierto quien pagará por el rearme en el largo plazo (se dice que Justin Trudeau ha dicho a la OTAN que Canadá nunca destinará más de 2% de su PIB a la milicia).

Bajo esta vertiente, en el caso de Estados Unidos, los posicionamientos son 4 respecto al rearme: mantener la primacía y combatir a Rusia y China; recortar el apoyo a Ucrania y al Pentágono; centrar el gasto militar solo para China, y por último; gastar menos en defensa y destinarlo más a asuntos sociales.

Finalmente, Occidente cree que es mejor optar por la vía de la preparación, disuasión y gasto en defensa antes que iniciar una guerra (que podrían incluso perder pues) ya que en el pasado se considera esa táctica le funciono a Ronald Reagan para llevar a Unión Soviética hacia la bancarrota.

Datos cruciales: 
1) La gráfica 1 explica el gasto militar en Estados Unidos como porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB) para el periodo 1949-2022. En este sentido, el gobierno estadounidense pasó de gastar 6% de su PIB en defensa en 1989 a cerca de 3% en los siguientes diez años (hasta el año 2000).

2) De acuerdo con el Instituto Internacional de Estocolmo para la Investigación de la Paz, en 2022 el gasto mundial en defensa aumentó cerca de 4% en términos reales hasta superar los dos billones de dólares (bd). En tal marco, la gráfica 2 muestra la evolución del gasto militar para diferentes países donde la tendencia general ha sido incrementar este gasto a partir del año 2000 destacando la mayor participación de Estados Unidos.

3) La gráfica 3 señala el comportamiento del índice bursátil S&P 500 y el MSCI World Aerospace and Defence (un índice que muestra el precio de las acciones de las empresas de defensa) de 2022 a 2023. Se observa que el precio de las acciones de las empresa de defensa han superado en más de 50% al índice S&P 500.

4) Muchos aliados de la Organización del Tratado del Atlantico Norte (OTAN) pretenden alcanzar o superar el gasto en defensa —2 puntos porcentuales del PIB como regla para los miembros de la OTAN— en especial Alemania. De hecho, el número de países de la OTAN que destinan 2% o más pasó de tres a siete países en 2022; incluso Polonia quiere alcanzar 4% en 2023 y posteriormente duplicar su ejercito; en tal sentido, Japón tiene previsto aumentar sus gastos en defensa en dos tercios hasta 2027 (lo convertiría en el tercer país a nivel mundial que más gasta en defensa).

5) The Economist calcula que el total de nuevos compromisos de defensa y los aumentos de gastos previstos (si se llevan a cabo) generarán más de 200 mil millones de dólares (mdd) de gasto adicional en defensa mundialmente cada año. En un imaginario donde los países que gastan menos de 2% del PIB se unen a la tendencia de incrementar el gasto y los países que ya lo hacen lo aumentan medio punto porcentual, entonces el gasto mundial en defensa pasaría de 200 mil mdd a 700 mil mdd al año.

6) Taiwán está ampliando el servicio militar de cuatro meses a un año. Estados Unidos y Reino Unido ayudarán a suministrar a Australia submarinos de propulsión nuclear y tratarán de desarrollar otras armas como parte del Acuerdo Aukus (Alianza estratégica militar entre los tres países mencionados para la región indo-pacífico). Por otra parte, en la última década el presupuesto de defensa de India ha crecido cerca de 50% en términos reales, al igual que el de Pakistán. Asimismo, los países del Golfo Pérsico vuelven a hacer grandes compras en el bazar de armas.

7) El presupuesto de defensa de China ha crecido cerca de 75% en términos reales en los últimos 10 años. Asimismo, la nación asiática invierte en todos los frentes muestra de ello es el incremento del gasto en 4.2% en términos reales en 2022. Con todo esto, el gobierno chino pretende modernizar sus fuerzas para 2035 y convertirse en una potencia militar de “categoría mundial” para 2049.

8) En 2018, el Congreso de Estados Unidos recomendó aumentar el gasto de defensa de 3-5% en términos reales anualmente durante al menos 5 años.

9) Décadas posteriores a la guerra fría se pensaba que gastar menos en ejércitos significaba gastar más en infraestructura y servicios públicos, reducir la deuda o los impuestos. Así, desde los años 60 el mundo ha liberado a través de la reducción del gasto de defensa 4 billones de dólares anuales de gasto a precios de tendencia, lo que equivale al presupuesto público mundial para educación.

10) A efectos de comparación internacional, el gasto en defensa suele calcularse como porcentaje del PIB a tipos de cambio de mercado. En este sentido, el gasto militar parece cercano al mínimo de la posguerra fría (alrededor de 2.5%).

11) Mientras Estados Unidos basa su tecnología militar de acuerdo a sus intereses, Europa no sabe organizar adquisiciones a gran escala. La consultora McKinsey señala que Europa opera con muchos más modelos de armas que Estados Unidos: 15 carros de combate principales frente a uno en Estados Unidos; 20 aviones de combate frente a 7, y así sucesivamente.

12) Actualmente la inflación en el sector militar en Estados Unidos se encuentra en 5% anual. Esta cifra es la más alta en décadas, sin embargo en anteriores incursiones militares la tendencia siempre ha sido al incremento (no es exclusivo de la presente coyuntura), incluso bajo este escenario, en 1980, Ronald Reagan reforzó las capacidades militares de Estados Unidos sin derrumbar los precios del conjunto de la economía.

13) Brasil que actualmente gasta 78% de su presupuesto en personal en comparación con 50% de Occidente.

14) El precio de un misil ha caído en términos nominales alrededor de 30% desde finales de 1970. Una vez que se alcanzan todas las mejoras que se requieren, el precio ha tendido a caer.

15) La empresa Space X del magnate Elon Musk ha lanzado satélites militares estadounidenses, así los miliares ucranianos han utilizado ampliamente esta tecnología. Microsoft y Google ayudan en ciberseguridad, procesamiento de datos, inteligencia artificial y muchas otras tecnológicas ofrecen sus servicios de computación en la nube. Por otro lado, el Departamento de Defensa de Estados Unidos ha identificado 14 tecnologías críticas consideradas vitales para la seguridad nacional; quizás diez u once de estas áreas están siendo lideradas comercialmente.

16) El ecosistema tecnológico de defensa prolifera en todo el mundo. En Estados Unidos hay muchos expertos en ingeniería en Colorado, expertos en legislación en Washington, expertos del sector aeroespacial en Los Angeles, inversionistas de la industria militar en San Francisco y se considera que cerca de la mitad de las mayores empresas de defensa y aeroespaciales fundadas en la última década tienen su sede en varias partes del mundo.

17) La firma especializada en análisis de macrodatos, Palantir, acaba de lanzar una nueva plataforma de defensa basada en inteligencia artificial para acelerar la toma de decisiones. En este sentido, Defensa fue uno de los pocos sectores en los que hubo más operaciones de capital de riesgo en 2022 que en 2021.

18) En el tema de fabricación de aviones, la firma Lockheed Martin (el mayor contratista de defensa en el mundo) pretende imitar a Silicon Valley ofreciendo actualizaciones de software para mejorar el rendimiento de los aviones cada seis o doce meses, en lugar de producir nuevos aviones cada diez años.

19) La disyuntiva “Defensa contra todo lo demás” era aguda en décadas pasadas: en 1944 Estados Unidos gastaba 53% de su PIB en fuerzas militares. Sin embargo, en la actualidad se estima que, si el mundo duplicará su gasto militar de la noche a la mañana (suponiendo impuesto y deuda sin incrementos), habría que recortar solo 5% del gasto público para equilibrar las cuentas.

Nexo con el tema que estudiamos: 

Mientras el capital domine, la gente podrá ser utilizada a diestra y siniestra para luchar por los intereses geopolíticos y económicos de las grandes potencias en favor de la seguridad nacional.
En tal sentido, la colusión entre la industria de tecnologías avanzadas y el sector militar, muestran nuevamente la necesidad de seguir lucrando con las crisis e incluso crear nuevos conflictos con tal de regresar a la economía hacia los famosos años dorados y permitir que el sistema económico capitalista siga imperando alrededor del planeta.
No obstante, el cenit del capitalismo no tiene marcha atrás y The Economist da a entender que incluso una bonanza derivada de la investigación y desarrollo de la industria militar no sería suficiente para hacer frente o ignorar la presente crisis climática, las deudas soberanas o el envejecimiento de la población.