Angélica Enciso es reportera en el diario mexicano La Jornada. Es licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.

Hace 30 años, México declaró apertura comercial, esto permitió la industrialización; sin embargo, también generó aumentos significativos de residuos peligrosos en basureros, río y barrancos. Zonas a las que ahora organizaciones y fuentes académicas llaman "infiernos ambientales" (dato crucial 1).

No se tiene total certeza de la cantidad de precisa de desechos tóxicos (dato crucial 2), pero se delimitan más de 40 "infiernos". Entre ellos se encuentran los ríos Lerma y Tula, en Hidalgo, los corredores agroindustriales del Alto Santiago, Querétaro-San Juan del Río, Tlaxcala y Puebla; la zona agroindustrial del centro oriental de Puebla y el complejo petroquímico de Coatzacoalcos, Nanchital, Minatitlán, Cosoleacaque y Jáltipan.

En 2018, China dejó de recibir basura plástica para reciclaje, lo que ocasionó que México se convirtiera en receptor de estos residuos provenientes de Estados Unidos.

La Semarnat estima que en 2000, se reportaron 5.4 millones de toneladas de residuos peligrosos. Entre 2004 y 2011, esta cifra se redujo considerablemente a 237 mil, mientras que en 2017 aumentó a 2.4 millones de toneladas.

Incertidumbre

Aunque actualmente no se sabe cuántas toneladas son, sí podemos asegurar que no ha reducido en los últimos años; aunado a esto, tampoco podemos decir que la infraestructura para el manejo de este tipo de desechos es eficiente.

Los últimos datos oficiales con los que contamos son entre 2013 y 2018. En los que se reportaron 6 millones 887 mil 252 toneladas de residuos peligrosos importados, 36 veces más de lo que se exportó durante el mismo periodo, 188 mil toneladas.

Tan solo en 2018, según el Diagnóstico básico para la gestión integral de los residuos de 2020 publicado por la Semarnat, se importaron 910 mil 650 toneladas de las cuales 898 mil 950 provinieron de Estados Unidos, el resto; 11 mil 700, de Canadá.

Aunado a esto, el control legal sobre lo que sucede durante y después con este tipo de residuos es vago, no se le hace ningún tipo de seguimiento al cruzar la frontera ni sobre en dónde serán depositados. En 2018 y 2021 la compra de desechos plásticos y mezcla de residuos tóxicos de Estados Unidos aumentó considerablemente (dato crucial 3), una vez que cruzó la frontera, se perdió registro de en dónde fueron depositados aun sabiendo que son altamente contaminantes.

El Convenio de Basilea de 1989 regula el movimiento de desechos peligrosos y se encarga de verificar que las importaciones se realicen entre miembros del mismo. Sin embargo, Estados Unidos no es parte de él; por ende, las importaciones desde su territorio se hacen de manera ilegal, dando paso a la pérdida del control sobre dichos residuos en territorio, principalmente, mexicano.

Ríos y barrancas, dañados

La industrialización está ligada directamente al aumento de contaminación en ríos y barrancas gracias a las descargas industriales y agroindustriales. El uso de sustancias químicas es uno de los factores más importantes de esa contaminación. De acuerdo con el Inventario Nacional de Sustancias Químicas, en 2009 se identificaron 5 mil 582, en 2013 fueron 9 mil 489 y en 2020 6 mil 144, de modo que existe una gran cantidad de potenciales contaminantes en uso.

https://www.gob.mx/semarnat/articulos/inventario-nacional-de-sustancias-...

https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/191430/2014_Actualizaci_n...

En este punto, el deterioro sanitario ambiental en muchas regiones ya es irreversible.