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Durante años la empresa canadiense Blackfire Exploration México extrajo barita de una mina en el ejido Grecia en Chicomuselo, Chiapas; sin embargo, fue clausurada hace tiempo. No fue hasta hace unos días que sujetos armados no identificados volvieron a ponerla en operación.

De igual manera, días antes llegaron a Nueva Morelia, comunidad vecina, haciendo uso de la violencia y bajo amenazas se llevaron el material; supuestamente, a la cabecera municipal.

La comunidad de Nueva Morelia se reunió en una asamblea en la que se acordó enviar una carta al presidente Andrés Manuel López Obrador, solicitando su apoyo para realizar una investigación.

La industria minera trae problemas ambientales a la comunidad, afecta el manantial que abastece a la comunidad. Hace 20 años la Compañía Minera Caracol comenzó la explotación de barita en la mina La Revancha en San Ramón, perteneciente a Grecia, Chiapas. Años después cayó en bancarrota por lo que vendió la mina a Blackfire Exploitation México que trabajó ahí por años, entre protestas ciudadanas. No fue hasta el asesinato del dirigente opositor a la explotación del yacimiento, Mariano Abarca Roblero, que la mina fue clausurada el 28 de noviembre de 2009. Nadie sabía de manera oficial quién había comprado los derechos de la concesión, incluso ahora que entran a trabajar a la mina, no se han identificado.

El año pasado aumentó el ingreso de supuestos representantes de la empresa dueña de los derechos; sin embargo, los campesinos los retuvieron y los liberaron hasta que les aseguraron que no regresaría. Evidentemente no cumplieron el acuerdo y esta vez volvieron con hombres armados, supuestamente miembros de grupos criminales de la frontera con Guatemala, pero aún así no se ha identificado el grupo minero que se hará cargo de los proyectos.