La economía en su laberinto: colapso climático y capitaloceno

Cita: 

Acosta, Alberto [2022], "La economía en su laberinto: colapso climático y capitaloceno", UAM, México, 25 de enero, https://www.cua.uam.mx/news/miscelanea/la-economia-en-su-laberinto-colap...

Fuente: 
Otra
Fecha de publicación: 
Miércoles, Enero 25, 2023
Tema: 
Colapso climático y capitaloceno
Idea principal: 
Alberto Acosta: Es economista, profesor-investigador de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO). En 2007 fue ministro de Energía y Minas del Ecuador, de 2007 a 2008 fue presidente de la Asamblea Constituyente y en 2013 candidato a la Presidencia de la República. Él es uno de los padres espirituales de la Iniciativa Yasuní-ITT.

Los problemas y retos que frecuentemente se tienen que resolver han hecho de la economía un fenómeno complejo por lo que se debe procurar solucionar lo que esta misma provoca.

Tenemos una gama de economías que, en su intento de arreglar los problemas ecológicos, se visten con muchos nombres y colores ya sea sustentables o circulares, sin embargo, éstas no atienden el problema de raíz.

Se requiere de una economía que sustente los derechos de la naturaleza junto con los derechos humanos además y de suma importancia que este estructurada para América. Consciente de que no estamos solos en este tan preocupante cambio climático, si no que tengamos el claro escenario de emergencia, y que de lo que se habla es de un colapso ambiental, un colapso que hoy se conoce como Antropoceno, y que se debería tratar como Capitaloceno por la obviedad de esta crisis.

Se maneja como una falacia disfrazada de ciencia que en el fondo solo protege la prepotencia y muchos privilegios, pero se tiene que construir una estrategia que pueda detener este colapso con acciones en todo el mundo.

Del desarrollo sustentable a la economía verde

Debido a las reflexiones en los años setenta, comenzó a nivel mundial una preocupación por el medio ambiente. Y para 1992 en la Conferencia de las naciones unidas sobre el medio ambiente y desarrollo con sede en Rio de Janeiro, hubo un modelo con parámetros en común por el ansiado crecimiento económico, incluyendo el bienestar social y el ambiental de la humanidad. Esto plasmado en el informe de Bruntland que comenzó en 1987 con el desarrollo de dichas demandas.

Se propuso satisfacer las necesidades del presente y que los recursos se puedan sostener en el tiempo además de evidenciar y revisar con urgencia que papel cumple la economía.

Ya planteada la reflexión y al sonar el desarrollo sustentable, se comenzó a buscar este equilibrio entre economía, sociedad y ecología. Con esto se ganó terreno, pero sin resolver los problemas de fondo; fue el inicio del capitalismo verde, intentando ayudar, pero mediante la vía de la mercantilización de la naturaleza.

Se introduce en la economía temas ambientales sin considerar los temas importantes. Además de no considerarse las herencias coloniales y el excesivo consumo de recursos por parte de pocos países industrializados, principales causantes de generación de gases efecto invernadero y contaminación por plástico.

El tema ambiental trajo consigo soluciones tecnológicas que lamentablemente marginan a los pueblos originarios y son vistos como enemigos del progreso. La economía verde respalda el crecimiento económico junto a la liberación del comercio, sin embargo ignora los conflictos entre la justicia social y la sostenibilidad ambiental.

Las imposibles promesas del capitalismo verde

Ya validados los principios para un equilibrio, la economía verde sigue asegurando un crecimiento económico permanente. Los retos ambientales que se pueden enfrentar con este instrumento económico comienzan con la aparición de políticas como: “el que contamina paga” y establece precios adecuados a las salidas de mercado para así poder dar resultados tanto de eficiencia como de sostenibilidad. También complementar con sus aliados, la ciencia y la tecnología.

El modo de vida imperial es una estructura que sofoca la vida de los pueblos y sobre todo la naturaleza con proyectos de extracción que destruyen territorios, esto por la transición energética, con el fin de seguir haciendo crecer la mancha urbana con vehículos eléctricos, la economía verde solo protege y acelera la mercantilización de la naturaleza y hace más profundos los desequilibrios ecológicos y sociales.

Los limites insalvables de la economía…

No hay coherencia en las medidas económicas, no hay juicios de valor. Son cuestiones imposibles lo que estas economías verdes o ambientales piden. La acumulación material desmedida que se asume como progreso, no tienen ningún futuro y es muy preocupante.

El consumismo y productivismo, tecnologías para acumular más capital, autoritarismo, ambición, egoísmo, individualismo que cae en la enfermedad social, hambre y no de alimentos, extractivismo, precarización laboral y destrucción de la biodiversidad es la crisis multifacética que se ocasiona por la codicia. Y desde una perspectiva ecológica estamos más pronto de llegar al agotamiento de los recursos disponibles que se acerca al primero de enero (dato crucial 1).

La gravedad de esto en América Latina es latente, debido a la disminución del 89% de poblaciones de especies además de la destrucción de sus selvas y la pérdida y calidad del agua, así como la desaparición de biodiversidad, son situaciones que son de mucho cuidado. La enorme contaminación en el norte global ha ocasionado la perdida de permafrost en Siberia, deforestación en África y Asia, dejando daños en la Amazonia que se ven reflejados en el mundo entero.

Con todos estos problemas ambientales alarmantes, América Latina y el Caribe no deberían seguir el camino del crecimiento económico que son los causantes de los destrozos al medio ambiente, solo por alcanzar el deseado “desarrollo”.

Uno de los problemas que se disfrazan como solución son los avances tecnológicos que traen consigo la promesa de mejorar y traer soluciones que se reducen solo a espacios urbanos, los países del capitalismo metropolitano y solo lugares privilegiados que afectan el ambiente de otros territorios aumentando la inequidad social.

Esta brecha que se forma entre ricos y pobres afectan en alimentación, salud, educación y vivienda. Estos desequilibrios provocan cambios sociales que impactan fronteras nacionales y se reflejan en fenómenos como la migración. Esta formación de crisis social conlleva a una crisis de pensamiento por lo que termina socavando las grandes soluciones que el mundo realmente necesita.

La imperiosa necesidad de pensar en otra economía

Debemos comenzar a reconocer los límites ecológicos y cuestionar el sistema de reproducción de capital, asimismo examinar las inequidades socioeconómicas y culturales ya que si se sigue por ese camino será cada vez peor.

Hay muchos principios que se podrían implementar para no seguir e inmersos en ese sistema económico dominante. Existe la solidaridad en seguridad o prestaciones sociales además de diversas formas entre los pueblos y nacionalidades ancestrales por lo que se podrían expandir a los servicios de educación, salud y trasporte estos sin ningún afán de lucro. Se podría reformular y basarse en la suficiencia y solidaridad, comenzando por fortalecer las identidades culturales y poblaciones locales integrando a los movimientos populares para incorporarlos económica y socialmente. Con esto se podría pasar de ser una población marginada y pasiva a ser propulsores autónomos de dichos servicios impulsados desde lo más local y así asumir un reto para la comunidad.

Esto comenzaría por fortalecer instituciones locales, municipales y parroquiales, extendiéndose hasta cubrir un nivel nacional. La finalidad es renovar la lógica de mercado, hacer conciencia hacia una nueva convivencia social y crear pilares para la estrategia colectiva, mejorar la vida y conjuntamente crear un proyecto participativo y solidario.

La estrategia alternativa deja fuera a una economía extractivista que solo destruye todos los procesos socioambientales por lo que el logro dependerá de ese respaldo social donde no se sigan extrayendo recursos y se opte por dicha estrategia.

Una nueva civilización necesita de construcción y reconstrucción eliminando el fetiche del dinero, la ganancia y el crecimiento económico, haciendo cambios verdaderos.

Tenemos prácticas civilizatorias alternativas, pensamientos filosóficos, como el buen vivir o sumak kawsay o suma qamaña de comunidades andinas y amazónicas. Estas visiones compartirlas para nuestra América, de una vida armoniosa que incluyan a todos los continentes y superen ese efecto antropocéntrico y de modernidad vacía. Para América latina un regionalismo de integración y no volcado al mercado mundial. Se requiere una sociedad más igualitaria que funcione sin la necesidad de la economía. Y eso solo se podría lograr reformulando la esencia del Estado con prácticas de equidad, igualdad y plurinacionalidad.

No deben existir víctimas de marginación y explotación, y sí seres humanos con dignidad y sobre todo en armonía con el medio ambiente.

Datos cruciales: 
1) El día 28 de julio se agotaron los recursos disponibles en el 2021. El primer registro, en 1970, se ubicó el 29 de diciembre, en el 2019 fue el 29 de julio y en el 2020, el 22 de agosto. El retroceso del Día de la Sobrecapacidad de la Tierra en 2020 se debió a la pandemia del coronavirus. Se registró tres semanas más tarde que el año anterior, o sea el 22 de agosto, como resultado de la desaceleración económica, pero ya en el 2021 volvimos nuevamente a la senda de la normalidad, que era una verdadera anormalidad. Por cierto, hay una enorme desigualdad entre los países. Por ejemplo, Estados Unidos ya cumplieron su “cuota” el 14 de marzo. En Europa, España el 25 de mayo: así, si toda la humanidad adoptara un estilo de vida similar al del español promedio, necesitaría 2.5 planetas para mantenerse.
Nexo con el tema que estudiamos: 
La economía que debería ser capaz de distribuir los recursos de manera responsable y equitativa se ha transformado a través del tiempo en un destructor del ambiente y colaborador de un sistema que reproduce de manera alarmante y desigual, a este paso no importa como se nombren las economías para detener o minimizar el impacto. Todas están a favor del progreso, mismo que nos llevara a este colapso que hoy se está viviendo y que no solo afecta al ser humano si no que tiene consecuencias nefastas para todos los seres vivos.