Companies Flock to Biden's Climate Tax Breaks, Driving Up Cost

Cita: 

Tankersley, Jim y Brad Plumer [2023], "Companies Flock to Biden's Climate Tax Breaks, Driving Up Cost", The New York Times, New York, 3 de mayo, https://www.nytimes.com/2023/05/03/business/ira-climate-tax-breaks-biden...

Fuente: 
Otra
Fecha de publicación: 
Miércoles, Mayo 3, 2023
Tema: 
Los subsidios de la Ley de la Reducción de la Inflación le costarán mucho a Estados Unidos, pero el resultado ¿lo valdrá?
Idea principal: 

Jim Tankersley es reportero de economía del New York Times. Cubrió las políticas económicas de la administración Trump y sus efectos en los trabajadores, las desigualdades persistentes y de larga duración en la economía estadounidense y, más recientemente, la espiral de la nación hacia la recesión en medio de la pandemia del coronavirus.

Brad Plumer es reportero climático que se especializa en políticas y esfuerzos tecnológicos para reducir las emisiones de dióxido de carbono. También ha cubierto conversaciones climáticas internacionales y el panorama energético cambiante en Estados Unidos para The New York Times.


En esta entrega Tankersley y Plumer abordan el costo para los contribuyentes derivado de los subsidios a la infraestructura “verde” que se estipulan en la Ley de la Reducción de la Inflación (IRA, por su sigla en inglés) aprobada en agosto de 2022 en Estados Unidos (datos cruciales 1-3).

IRA pretende ayudar a la industria estadounidense a descarbonizarse y transicionar hacia las energías renovables ofreciendo desgravaciones fiscales a particulares y empresas. Los consumidores pueden obtener créditos por la compra de equipos y electrodomésticos verdes, las empresas de servicios públicos pueden obtener créditos si proveen de electricidad verde, mientras que las empresas pueden acceder a incentivos fiscales si fabrican baterías o paneles solares en Estados Unidos. En teoría los subsidios son ilimitados.

Mientras otros sectores energéticos en Estados Unidos se enfrían, los proyectos con energía verde se aceleran con la construcción de nuevas fábricas de semiconductores, parques eólicos y solares, plantas de vehículos eléctricos, etc. Una parte de estos proyectos ya se habían trazado antes de IRA, pero otros tantos son impulsados por los subsidios y han puesto en marcha sus ambiciones (dato cruciales 4); cabe destacar que la mayoría de los subsidios se encuentran en estados gobernados por los republicanos —gracias a que sus condiciones geográficas y laborales son la mejor opción— quienes no estuvieron a favor de dicha ley (dato crucial 5).

Entre los vítores por la transición energética, los costos son un tema que ha salido a colación puesto que IRA está costando más de lo previsto. Ante esto, el senador demócrata Joe Manchin III de Virginia Occidental —quien emitió el voto decisivo para aprobar la ley— ha manifestado su inconformidad y ha enunciado que si el gobierno no toma medidas para la reducción de costos votará para derogar la ley.

Lo anterior es la representación de las inconformidades dentro del gobierno de Estados Unidos (tanto republicanos y demócratas contra Joe Biden) que no solo se limita al tema del costo de los subsidios sino también al precio de los créditos fiscales relacionado con el aumento del límite de endeudamiento de la nación y el riesgo de caer en impago (dato crucial 6) argumentando que el presupuesto tiene un límite y dichos créditos han debilitado los mercados al enfocarse únicamente en las tecnologías verdes (datos cruciales 7 -9).

Los funcionarios de la administración de Biden y los creadores de IRA, afirman que los intentos por derogar los créditos fiscales pueden socavar el mercado local ya que actualmente la transición energética está creando nuevos puestos de trabajo, reviviendo a la industria estadounidense y trazando la descarbonización de la economía a un bajo costo.

No obstante, no se tiene el dato sobre cuanta energía limpia se va a desplegar realmente. Se considera que IRA desgrava 7 500 dólares para quienes compren vehículos eléctricos; para acceder a dicho descuento, los autos deben de ser ensamblados en Norteamérica y sus componentes y minerales críticos deben proceder de Estados Unidos o de socios comerciales. Así, la cantidad de energía limpia a generar está sujeta a un objetivo móvil ya que en la medida que se abran nuevas ensambladores de autos con dichas condiciones, más autos eléctricos podrán sumarse a la sociedad estadounidense.

El Departamento del tesoro estadounidense ha dado a entender que impulsará más este subsidio con la modificación a la normativa para ampliar la elegibilidad de vehículos, un hecho que ha criticado Manchin quien aboga por normativas más restrictivas (dato crucial 10).

Finalmente, aun es incierto pronosticar los resultados de IRA puesto que el despliegue de la industria limpia aun presenta limitaciones tales como la falta de estaciones de carga para vehículos eléctricos, o bien, las oposiciones de las comunidades a la construcción de parques solares y eólicos; ciertamente las emisiones se reducirán, pero también se desconoce en qué medida lo harán.

Datos cruciales: 

1) La Oficina presupuestaria del Congreso estimó que los créditos fiscales para la Ley de la Reducción de la Inflación (IRA, por su sigla en inglés) costaría cerca de 391 mil millones de dólares (mmd) entre 2022-2031. Sin embargo, el resultado actualizado reveló que las desgravaciones fiscales a las energías limpias costarían al menos 180 mmd más de lo previsto originalmente.

2) Expertos y bancos han calculado que las disposiciones energéticas de IRA podrían acabar costando hasta 1.2 billones de dólares (bd) en la próxima década.

3) En solo 8 meses desde que Biden firmó IRA, las empresas han anunciado planes para invertir al menos 150 mmd en proyectos de energía limpia, incluidas al menos 46 fábricas nuevas o ampliadas a gran escala que fabrican desde torres de aerogeneradores hasta baterías para vehículos eléctricos.

4) La empresa surcoreana de energía solar Hanwha Qcells, anunció en enero de 2023 que construiría un complejo de fabricación por un valor de 2.5 mmd en Georgia, Estados Unidos.

5) De acuerdo con un análisis de Climate Power, un grupo de defensa de los derechos de los trabajadores, de los 191 proyectos de energías limpias anunciados desde la aprobación de IRA, más de la mitad se han llevado a cabo en distritos del Congreso en manos de los republicanos.

6) El proyecto de ley que los republicanos aprobaron la semana pasada para elevar el límite, derogaría la mayor parte de los créditos fiscales climáticos de IRA, que según la oficina presupuestaria ahorraría más de 500 mmd en la próxima década.

7) Los demócratas señalan que el código tributario estadounidense ha proporcionado durante varias décadas incentivos fiscales a la industria de los combustibles fósiles por un valor estimado de 10-50 mmd al año.

8) Christine McDaniel, investigadora del Mercatus Center de la Universidad George Mason, hizo un recuento de todos los anuncios recientes para la fabricación de baterías en Estados Unidos y calculó que, si todos ellos solicitarán una nueva desgravación fiscal para la fabricación, el costo oscilaría de 43.7-196.5 mmd de 2023-2032, y no 30.6 mmd que la Oficina Presupuestaria del Congreso predijo en un inicio para tal desgravación.

9) Un reciente documento académico de la Brooking Institution utiliza modelo energéticos detallados para estimar que las disposiciones climáticas de la ley podrían costar de 240 mmd a 1.2 bd en la próxima década, y mucho más para 2031.

10) Un análisis de Goldman Sachs sugería que la provisión de vehículos eléctricos por si sola pudiese costar 379 mmd más en la próxima década de lo que estimaba la oficina presupuestaria.

11) El sector empresarial estadounidense ha anunciado planes de más de 150 mmd en proyectos de energía limpia hasta el año actual, 2023.

Nexo con el tema que estudiamos: 

La transición energética requiere de inversiones cuantiosas para generar la nueva infraestructura que cimentarán las energías verdes. No hay de otra, se trata del concepto de costo de oportunidad en economía que refiere al costo de la inversión de los recursos disponibles a costa de la mejor inversión alternativa disponible. En general, en el tema de la degradación medioambiental y la transición energética, no se puede esperar un ganar-ganar sino más bien un juego de suma cero; por ejemplo, construir infraestructura para energías limpias en el largo plazo pero utilizando energías fósiles que alimentarán los bucles de retroalimentación climáticos en el corto plazo. Esta dinámica es otro de los bloqueos que enlentecen y hacen casi imposible la transición energética, aproximando cada vez más a las sociedades al abismo del colapso ambiental y civilizatorio.