Musk and Bezos Offer Humanity a Grim Future in Space Colonies. Privately owned space colonies are more likely to be totalitarian nightmares than libertarian utopias

Cita: 

Francis, Matthew R. [2023], “Musk and Bezos Offer Humanity a Grim Future in Space Colonies. Privately owned space colonies are more likely to be totalitarian nightmares than libertarian utopias”, Scientific American, Los Ángeles, 26 de junio, https://www.scientificamerican.com/article/musk-and-bezos-offer-humanity...

Fuente: 
Otra
Fecha de publicación: 
Lunes, Junio 26, 2023
Tema: 
La exploración espacial dominada por los superricos.
Idea principal: 
Matthew R. Francis es escritor de ciencia, periodista y fue director de un planetario en Tennessee.

¿Cómo imaginar el futuro en Marte? Para Matthew R. Francis se parecería mucho a un totalitarismo encabezado por las grandes corporaciones: “Promocionado como una sociedad libre de las leyes de la Tierra, este pueblo es, en realidad, lo menos libre posible. La compañía gobierna todo, no solo es propietaria de los edificios, sino también del agua y el aire que la gente necesita para sobrevivir. En el caso de haber tomado un préstamo para pagar el pasaje, la compañía mantendrá a esas personas en servidumbre por contrato. No existen los derechos humanos, ni siquiera la autonomía corporal”.

Este futuro distópico probablemente ya está en marcha. Durante años, Elon Musk, el dueño de SpaceX, ha declarado que reubicará a un millón de personas en Marte para 2050 utilizando los cohetes construidos por su compañía y que los primeros colonos llegarán a fines de esta década. Por su parte, Jeff Bezos, fundador de Amazon y Blue Origin, planea construir una “zona de oficinas” en la órbita terrestre baja en los próximos cinco años, a la que llama: “arrecife orbital”. Su objetivo es, según sus dichos, mandar “billones de personas al espacio para crear colonias espaciales habitadas por 1 000 Mozarts y Einsteins”. Además, la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA, por su sigla en inglés) otorgó contratos a los dos millonarios para construir naves de aterrizaje que serán utilizadas en la construcción una base en la Luna en está década.

Entonces ¿es la carrera espacial un plan de las grandes corporaciones para construir su propia civilización? Para Francis, es claro que ni la carrera espacial ni los esfuerzos recientes de los gobiernos por explorar el espacio están separados de intereses políticos y económicos. En los años sesenta, el Programa Apollo era una herramienta para vencer a Unión Soviética, y la actual agenda de Misiones Artemis busca reafirmar la superioridad estadounidense en el espacio, proporcionar acceso a las empresas privadas a los recursos naturales de la Luna, así como de hacer avanzar la ciencia. Pero también abre otras posibilidades.

En los términos de servicio de Starlink, el servicio de internet satelital de SpaceX, Francis encuentra la siguiente advertencia: “Para los servicios prestados en Marte, o en tránsito a Marte a través de Starship u otra nave espacial, las partes reconocen a Marte como un planeta libre y que ningún gobierno basado en la Tierra tiene autoridad o soberanía sobre las actividades marcianas”. Para Francis, esta declaración tiene varias implicaciones. Primero, Starlink da por hecho que presta servicios en Marte, aunque eso no ha ocurrido. En segundo lugar, y más importante, niega la existencia del Tratado sobre el espacio ultraterrestre (1967) que deja en manos de los estados firmantes la regulación de las actividades de las entidades no gubernamentales en el espacio exterior. La realidad es que, aunque Starlink reconociera la autoridad de los gobiernos terrestres, la distancia y las limitaciones en los viajes espaciales dificultarían cualquier fiscalización.

Además, tanto las empresas de Musk como las de Bezos han violado la reglamentación de diversos gobiernos de la Tierra en múltiples ocasiones: jornadas extenuantes, acoso sexual, racismo, violaciones sanitarias en los puestos de trabajo, etcétera. Las colonias en Marte abrirían, en opinión de Francis, la posibilidad para que los multimillonarios escriban sus propias reglas sin otra autoridad que ellos mismos. En conclusión, el paraíso de la libertad que prometen los multimillonarios de la tecnología sigue anclado a principios autoritarios: colonialismo, extractivismo e indiferencia por los derechos laborales.

Nexo con el tema que estudiamos: 

La reflexión sobre la forma que podría adoptar una sociedad humana fuera de la Tierra liderada por los súper-ricos abre preguntas sobre los límites de los gobiernos terrestres, la extensión de la lógica corporativa y la configuración de los sujetos que la habitarían.

Las distopías capitalistas dejan sin responder cuáles serían los medios para mantener sometidas a las masas trabajadoras en una situación en que la simple reproducción depende de ellas y no de una acumulación de riqueza sin precedente, como sucede en la Tierra actualmente.