Nicole Hong es graduada de la Universidad Northwestern. Han trabajado en The Wall Street Journal y actualmente escribe sobre la economía de la ciudad de Nueva York.

Las fuertes lluvias a finales de mayo en el centro de China, inundaron los cultivos de trigo, dañando los granos de trigo y provocando que fueran inadecuados para consumo humano. Por esta razón, el gobierno de China comenzó a movilizar equipos de emergencia para salvar la mayor cantidad posible de la cosecha.

Ante estas problemáticas, se ha hecho un énfasis en los riesgos que representan los aspectos climáticos para la propuesta del líder del país Xi Jinping de que China sea más autosuficiente en la cuestión alimentaria.

Factores como tensiones con Estados Unidos, la pandemia de COVID-19 y la guerra entre Rusia y Ucrania provocan una mayor urgencia para que China cultive sus propios alimentos.

Aunque este país no ha observado un incremento en los precios de los alimentos, existe una preocupación sobre la vulnerabilidad de suministros de alimentos durante crisis mundiales.

Otra repercusión debido a las altas temperaturas es la muerte de peces en arrozales, específicamente en Guangxi, al sur de China, además de miles de cerdos muertos en una granja en Nantong.

En el 2022, se presentó una escasez de alimentos en Shanghái derivado de leyes extremadamente severas para controlar la propagación del coronavirus. Esta situación provocó peleas entre civiles y encargados de las tiendas para conseguir comida. Una frase que destacó durante las protestas fue: “Queremos comida, no pruebas de COVID”.

La urbanización en China ha reducido las tierras de cultivo. Además, la distribución de agua en el país es desigual, provocando que algunas zonas de cultivo sean vulnerables a sequías y otras a inundaciones. También, la guerra entre Rusia y Ucrania ha afectado el acceso al trigo y a fertilizantes.

El líder del país ha reiterado varias veces que la autosuficiencia en los alimentos es un asunto de seguridad nacional. Por lo que ha establecido que se deben mantener 120 millones de hectáreas de tierras de cultivo para alimentar a su población (dato crucial 1).

China ha almacenado cultivos y ha comprado tierras de cultivo con el objetivo de crear un suministro de alimentos. De igual forma, busca desarrollar cepas de arroz que sean resistentes al calor, semillas de soja modificada genéticamente y nuevas tecnologías de semillas.

De acuerdo con Zongyuan Zoe, integrante del Consejo de relaciones exteriores de EUA, medidas como desincentivar a gobiernos locales a vender tierras agrícolas y el subsidio para los agricultores pueden mitigar los problemas de abasto de alimentos, pero las repercusiones por las condiciones climáticas representan un gran costo económico que será cada vez más difícil de cubrir.

En ciudades como Shanghái y Beijing se han presentado olas de calor, mientras que, en otras partes de China, la lluvia ha provocado inundaciones. Sin embargo, la preocupación por la seguridad alimentaria se retomó debido a las inundaciones en las regiones que producen más de tres cuartos de trigo en el país.

De acuerdo a un investigador de la Universidad Tecnológica de Nanyang en Singapur, los agricultores temen a la prolongación de lluvias durante la temporada de cosecha, ya que las lluvias provocan afectaciones al trigo, el cual se vuelve de menor calidad y no es apto para convertirlo en harina, por lo que suele venderse a un menor precio como alimento para animales.

De acuerdo con especialistas, aún no se conoce la afectación de las lluvias al trigo en 2023, pero si existe una menor producción de trigo, China importaría más trigo y aumentaría los precios a nivel mundial.

Ante las afectaciones en las regiones de cultivo de trigo, se ha destinado dinero con el objetivo de secar los granos y drenar los campos inundados.

Este aspecto de la seguridad alimentaria en China tiene implicaciones a nivel global, porque tiene reservas de alimentos. De acuerdo a algunas estimaciones, se dice que China posee aproximadamente la mitad de las reservas mundiales de trigo. Por esta razón, se han realizado acusaciones directamente hacia China por parte de funcionarios estadounidenses por provocar el incremento de precios a nivel mundial debido al acaparamiento de los alimentos. A su vez, China culpa a Estados Unidos por la crisis alimentaria a nivel mundial, derivada de las sanciones impuestas a Rusia.

Ante las acusaciones por la acumulación de alimentos, se reveló que China tenía reservas de trigo y arroz suficiente para alimentar a su población durante 18 meses, ante esto, se ha comentado que “estar preparado para incidentes inesperados es un principio para gobernar una nación”.