Hannah Devlin tiene un doctorado en imágenes biomédicas, y trabaja como corresponsal en The Guardian en temas científicos.

Científicos crearon embriones humanos sintéticos a partir de células madre. Esto representa un gran avance pues no se usaron espermatozoides ni óvulos. Los investigadores señalan que dichos embriones son muy similares a los fetos humanos en sus primeras semanas de desarrollo, por lo que podrían proporcionar mucha información sobre trastornos genéticos y las causas biológicas de los abortos espontáneos. Estos avances representan un desafío ético y jurídico pues las entidades cultivadas en laboratorios están fuera de la legislación de la mayoría de los países.

Las entidades creadas no tienen corazón ni cerebro; pero tienen las células que forman la placenta, el saco vitelino y el propio embrión. De acuerdo con la investigadora Magdalena Zernicka Goetz, de la Universidad de Cambridge, se están creando modelos similares a los embriones humanos mediante la reprogramación de células madre. Todavía no hay proyectos para usar estos embriones sintéticos de forma clínica, implantarlos en el útero de una persona sería ilegal y no hay evidencia que indique si podrían superar las primeras fases de desarrollo.

El objetivo de la investigación es que los científicos puedan observar el desarrollo embrionario de los primeros 14 días, que es el límite legal del cultivo de embriones en laboratorio. Si se modela correctamente el desarrollo embrionario normal se puede obtener mucha información sobre el proceso de desarrollo y las cosas que podrían salir mal.

Antes de estos avances ya se había demostrado que se podían estimular células madre de ratones para que se autoensamblaran en formaciones embrionarias con intestino, y los inicios de un cerebro y un corazón. A partir de eso se buscó trasladar esos avances a modelos humanos. El modelo desarrollado por el laboratorio Cambridge-Caltech fue cultivado a partir de una sola célula madre y logró llegar a la gastrulación; es decir, pasar de ser una lámina de células, a formar tres láminas celulares y formar los ejes básicos del cuerpo. Aunque en esta fase no hay indicios de intestino ni de cerebro, el modelo mostró presencia de células primordiales que son las células precursoras del óvulo y el espermatozoide.

Los avances en este campo están superando las legislaciones, por lo que la comunidad científica de Reino Unido y otros países están diseñando recomendaciones para guiar el trabajo con embriones sintéticos; pero aún no hay ningún marco legal.

Una preocupación importante es si estos embriones pueden convertirse en seres vivos. Hasta ahora, los experimentos han implantado embriones de ratón y mono en los úteros de monas y ratonas adultas, pero ninguno logró desarrollarse más a allá de unos cuantos días. Las causas que impiden el desarrollo de estos embriones aún se desconocen, por lo que el potencial de éstos es incierto.

Frente a estos avances, ya muy cercanos a la reproducción artificial de la vida, es necesaria una legislación más estricta sobre este campo de la ciencia.