Competition. The next capitalist revolution

Cita: 

The Economist [2018], "Competition. The next capitalist revolution", The Economist, London, 15 de noviembre, https://www.economist.com/leaders/2018/11/15/the-next-capitalist-revolution

Fuente: 
The Economist
Fecha de publicación: 
Jueves, Noviembre 15, 2018
Tema: 
La concentración de poder de las corporaciones socava la calidad de vida de la sociedad
Idea principal: 

En esta entrega The Economist aborda el problema de la concentración del poder de mercado como característica principal que ha trastocado al capitalismo –especialmente al de Estados Unidos–, generando desconfianza en el sistema junto con la pérdida de los incentivos para la innovación y competitividad (dato crucial 1).

La nota refiere a los privilegios que han obtenido tanto las empresas de antaño como las de reciente creación, siendo la industria tecnológica la que ha obtenido mayor poder de mercado en tan poco tiempo. La pérdida de fe en el capitalismo está justificada pues es claro que el sistema se ha trastocado generando una brecha importante entre los dueños del capital y los trabajadores, por lo que se hace un exhorto a generar un cambio en el sistema que impulse la competencia, reduzca los beneficios de los privilegiados y asegure la innovación (dato crucial 2).

La creación de un mercado único en Europa es un ejemplo puntual sobre cómo los mercados nacionales se abrieron a las empresas extranjeras y consecuentemente adquirieron mayor poder. Bajo esa lógica, The Economist resalta que es necesario recuperar las políticas de competitividad que fueron impulsadas por gobiernos de años atrás, tal es el caso del desmantelamiento de los monopolios del ferrocarril y la energía a principios del siglo XX en Estados Unidos, o bien, el proyecto de mercados competitivos de la disuelta Alemania Occidental dentro de su proyecto de construcción nacional tras la Segunda Guerra Mundial.

Este exhorto al cambio enfatiza que las empresas dominantes son cada vez más difíciles de desbancar en la medida que van adquiriendo mayor poder de mercado: aunque los opositores consideren que la globalización fomenta la competencia, no se puede argumentar lo mismo para sectores que están menos expuestos al comercio (hay menor competencia), por lo que los beneficios son mayores para este tipo de empresas (dato crucial 3).

En el tema de beneficios, las empresas –monopolios y oligopolios– han aprendido a pasar por alto sutilmente a los consumidores puesto que el poder de mercado les permite controlar los precios de los bienes o servicios que ofrecen (dato crucial 4), o bien, escudándose bajo ofertas crediticias (tarjetas de crédito y verificación de créditos), o en el caso de las empresas tecnológicas, los servicios que ofrecen son gratuitos a cambio de la publicidad; misma que hace que otras empresas se engrandezcan. Puede suceder el hipotético de que las quejas de los consumidores permitan la entrada de nuevos competidores (como el caso de Netflix y Amazon), donde inclusive los mercados bursátiles empiezan a cotizarlas como si en el largo plazo fueran a convertirse en monopolios.

Por otra parte, el aumento de poder de mercado de ciertas empresas genera exceso de capital, esto puede ayudar a entender problemas generales en la economía. En este contexto:

*Bajas tasas de interés no han estimulado las inversiones y re-inversiones lo suficiente, probablemente a causa de que las barreras a la entrada incluso representan problemas para nuevas empresas mejor financiadas.

*En el tema del trabajo, la participación se ha debilitado en las industrias con mayor concentración de poder; lo mismo sucede con la baja del poder adquisitivo de los salarios como consecuencia de los precios monopolísticos.

*La falta de presión para innovar ha hecho que disminuya la creación de empresas junto con un débil crecimiento de la productividad.

Diferentes personajes de la vida política estadounidense han propuesto vías para aliviar los excesos del capital, tal es el caso de mayor participación de los trabajadores en cargos administrativos, en el accionariado, o bien, la propuesta izquierdista de fomentar la actividad sindical. The Economist puntualiza que el capitalismo se tiene que reinventar y no regresar a esquemas del pasado; no se deben tolerar los beneficios anormales ni los compadrazgos porque pueden hacer sucumbir la innovación y, por lo tanto, estancar el nivel de vida.

Ante esto, la revista londinense propone atacar la concentración de mercado –del poder– de tres maneras:

*Los regímenes de datos y de propiedad intelectual deben ser usados para impulsar la innovación más no para proteger a sus titulares. En este sentido, los datos deben de tratarse con seriedad estableciendo acuerdos de anonimato con las empresas poseedoras de la información, por otra parte, en el tema de las patentes estas deben tener normativas más laxas (que sean más cortas y más fáciles de impugnar en tribunales).

*Los gobiernos deben derribar las barreras de entrada con normas más estrictas para las empresas como cláusulas de no competencia, licencias profesionales obligatorias, etc. (dato crucial 5).

*Las leyes antimonopolio deben adaptarse al siglo XXI. En tal marco, los reguladores deben enfocarse en revisar la salud competitiva general de los mercados y la rentabilidad del capital; asimismo, deben existir más reguladores que investiguen a los mercados potencialmente disfuncionales (como sucede cuando las empresas tecnológicas realizan fusiones y adquisiciones muy fácilmente para destruir a su competencia).

Para finalizar, The Economist señala que una revolución en la competencia puede hacer que se recupere la fe en el capitalismo porque podría socavar parte de los males derivados de la concentración de poder de las grandes empresas y conllevar a mejores salarios, mayor productividad, y en general, mejor distribución de los beneficios.

Datos cruciales: 

1) En 2016 una encuesta reveló que más de la mitad de los jóvenes estadounidenses ya no apoyan el capitalismo.

2) Desde 1997, en la industria estadounidense la concentración de mercado ha aumentado 66%; 10% de la economía está formada por industrias en las que cuatro empresas controlan más de 66% del mercado. Dichas cifras para una economía sana implicarían una reducción de los beneficios, sin embargo, el flujo de caja libre de las empresas se encuentra 76% arriba de su media de 50 años, en relación con el Producto Interno Bruto (PIB). Por otro lado, desde 2000 la tendencia en Europa es similar con un aumento de 3% del PIB de la cuota de mercado media de las cuatro mayores empresas de cada sector.

3) The Economist calcula que el fondo mundial de beneficios anormales asciende a 660 miles de millones de dólares (mmd), más de 66% se generan en Estados Unidos, y 33% provienen de empresas tecnológicas.

4) Las compañías aéreas estadounidenses cobran más que sus homólogas europeas y prestan peor servicio. Las empresas de televisión por cable son famosas por sus elevados precios; en tal sentido, se calcula que en 2018 el cliente medio de televisión de paga en Estados Unidos gastó 44% más que en 2011.

5) En Estados Unidos, para 1950 sólo 5% de los trabajadores requerían de licencias para realizar su trabajo. En 2018 se estima que 20% de los trabajadores necesitan este requerimiento.

Nexo con el tema que estudiamos: 
El argumento liberal opone competencia y monopolio, en tanto que la economía política los vincula de forma orgánica, la competencia conduce al monopolio por la vía de la destrucción de competidores y el liderazgo de algunas empresas; el monopolio se desestabiliza por la competencia, sobre todo vía innovaciones transversales y radicales. El tema contemporáneo es que este ciclo parece roto debido al enorme poder de mercado de las grandes corporaciones. La monopolización alcanza un nivel que restringe la dinámica capitalista y concentra la riqueza en pocas manos.

Ante ello, The Economist propone el retorno a las medidas liberales que en sus términos, dinamizarían la competencia, incluyendo la participación de los estados mediante la desregulación. Sin duda, el tema de la monopolización es el eje de la dinámica empresarial del siglo XXI.