Las organizaciones criminales transnacionales y su participación en una nueva forma de acumulación capitalista en México

Cita: 

Rodríguez, Luis Fernando [2021], "Las organizaciones criminales transnacionales y su participación en una nueva forma de acumulación capitalista en México", Esteban Torres y Guilherme Leite Gonçalves (editores), Hacia una nueva sociología del capitalismo, Buenos Aires, Clacso, pp. 225-254, https://www.clacso.org/wp-content/uploads/2022/04/Hacia-una-nueva-sociol...

Fuente: 
Libro electrónico
Fecha de publicación: 
2021
Tema: 
Las dinámicas de violencia en México alimentan al capital internacional
Idea principal: 
Luis Fernando Rodríguez Lanuza es maestro en acción pública y desarrollo social por el Colegio de la Frontera Norte.

1. Democratización y crimen organizado

El autor abre su texto indicando que la democracia política, consecuencia de la transición del año 2000 en México, no generó una democracia social o institucional. La transición puede ser interpretada de varias formas. Una de ellas refiere que ese proceso tuvo un impacto en las dinámicas violentas que se viven en el territorio mexicano ya que permitió una mayor vulnerabilidad institucional y social en lugares donde el partido único lograba construir un consenso y brindar una relativa seguridad para la población.

Cuando el Partido Revolucionario Institucional (PRI) dejó de ser hegemónico, las disputas por el monopolio de la violencia y el control institucional acontecieron. Las organizaciones criminales, que estaban aliadas a los grupos políticos locales, consecuentemente se encontraron en un terreno mayor para expandir su influencia.

Al autor le interesa preguntarse por la relación existente entre la democracia política, la corrupción y la violencia en un contexto donde la democracia partidista es un elemento clave para que las organizaciones criminales se fortalezcan, lo cual conlleva el ascenso de las prácticas violentas.

En la actualidad, México tiene un gobierno progresista que “transita a un modelo de izquierda” (p. 226), pero que se enfrenta a una situación donde las formas de la violencia que se vinculan al crimen organizado parecen imparables; mientras que la corrupción e impunidad se profundizan y continúan los abusos de poder de las élites económico-políticas. Por otra parte, el autor considera que la lucha contra la corrupción, la bandera política de la administración de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), no es suficiente para combatir de base a la economía criminal que invade el aparato estatal y se conecta con actores y ciudades del sistema financiero global.

Para analizar el vínculo entre corrupción, violencia y desarrollo económico, Rodríguez retoma postulados de Raúl Prebisch, debido a que ayudan a pensar el capitalismo (centro-periferia), el lugar de las élites y su “alerta” respecto a la “redistribución anticipada del excedente vía democracia” (p. 227). Otro autor citado en el texto es Klaus Dörre, quien ha criticado al capitalismo financiero. Lo anterior es útil porque contribuye a entender el lugar de la economía criminal transnacional como un “afuera” indispensable en la acumulación capitalista por medios violentos.

2. Violencia y élites económicas

El autor se pregunta si la violencia en México se produce con el fin de generar ganancias, ¿quién se beneficia al respecto? El narcotráfico es el escenario más evidente de la economía criminal que participa en flujos transnacionales: “el dinero del capital criminal se reelabora y se redistribuye en los grandes centros urbanos donde se concentra la infraestructura financiera global” (p. 229), por esa razón los grupos criminales buscan colocar ahí su capital. Así, los mayores beneficios económicos del tráfico de la droga se concentran en el norte global y en la red de ciudades globales con concentración de infraestructuras financieras. En esas geografías los capitales lavados se resguardan y desde ahí, se refuerza la acción criminal internacional.

La tesis del autor propone que la violencia en México “es producto del descuido estatal de ciertos de territorios del país y de la alianza corrupta del gobierno con ciertas élites criminales” (p. 230). Es en la transición partidista del año 2000 que se dio un punto de inflexión para el “desabasto” de fuerzas institucionales y de seguridad en muchas zonas del país. Esa situación fue aprovechada por redes criminales que se han expandido durante las dos últimas décadas. Por otra parte, la financiarización del capitalismo en el periodo neoliberal posibilitó la conexión de flujos de capital de los grupos criminales con las zonas de infraestructura financiera. Esa dinámica permite el establecimiento de redes criminales norte-sur o centro-periferia.

Lo anterior indica que la lógica de complicidad entre las élites locales y las élites de los países centrales reactualiza la discusión sobre “la apropiación del excedente, su redistribución y los medios estatales y paraestatales para hacerse del excedente” (p. 230). Aquí, la violencia es un medio y un efecto utilizado como una forma de desposesión territorial que fractura los vínculos sociales y fomenta el saqueo de recursos naturales.

3. Raúl Prebisch: el capitalismo periférico ante el sistema financiero global y los flujos de capital criminal

En esta sección, el autor retoma ideas de Prebisch para responder a las interrogantes del texto. En primer lugar Prebisch argumenta que hay países centrales y periféricos. Los centrales tienen un alto grado de tecnificación e industrialización que se debe a procesos históricos y a la acumulación de capital. Aunado a lo anterior, los países centrales ahondan relaciones extractivas con los países periféricos. Éstos últimos no tienen un grado alto de tecnificación y tienden a la industrialización imitativa, es decir, copian los patrones y las condiciones de los países centrales. Ambos tipos de países comercian en términos desiguales.

Los países centrales tienen vínculos estrechos con las élites dominantes de los países periféricos, los cuales son determinantes para la situación rezagada de los segundos, debido a que la mayoría de la riqueza producida en la periferia es trasladada vía consumo de los estratos altos a los países centrales. Así, la acumulación se ve comprometida en los países periféricos, ya que el consumo imitativo y el poder del centro tiene influencia en la periferia. El estado en los países periféricos también tiene un rol acotado y está vinculado con los estratos sociales altos.

Cuando el proceso de industrialización avanzó en algunos países periféricos, algunos de ellos acrecentaron la acumulación de riquezas y las clases medias tuvieron acceso a un mayor nivel de consumo; así como un mayor grado de participación política. Pero, los estratos altos generan estrategias para contraatacar la distribución general del excedente, de ahí que se genere una pugna en torno a éste.

Prebisch señala que la relación entre distribución y acumulación en los países periféricos está en constante tensión. Y esa tensión es la base de la democracia para la periferia. Entonces, “la distribución del excedente puede combatir la desigualdad y acrecentar la democracia, pero dicha distribución no puede hacerse sin un nivel de acumulación de capital previo y su constante incremento” (p. 233). En esa pugna, el Estado también participa representando a los estratos altos y medios que tienen un poder institucional limitado de representación. A continuación, el autor procede a analizar el contexto mexicano utilizando los argumentos de Prebisch.

La alternancia en México comenzó a nivel estatal en el norte de México en Baja California Norte (1989) y luego con la elección de gobernador en Chihuahua (1992). Esta región del país fue afectada por la guerra entre las organizaciones criminales y su combate desde el gobierno federal. El norte de México también ha sido víctima de un descuido histórico y tiene una condición fronteriza. Además, fue ahí donde se visibilizaron los feminicidios en primera instancia. En la frontera norte se cometen una serie de actividades criminales que van desde el tráfico de drogas hasta la trata y explotación de personas. Dicha región contiene importantes recursos naturales como el petróleo y el gas natural. Por último, la región tiene una importancia geoestratégica en tanto a la transnacionalización de la industria, ya que es uno de los corredores manufactureros más importantes del mundo. De la mano del proceso industrializador se pudo apreciar el incremento de la población migrante interna, las condiciones de precariedad y el limitado acceso a servicios públicos.

Las ideas del capitalismo imitativo de Prebisch resuenan en el análisis de México, pero de forma específica en la frontera norte porque esa zona tiene un contacto directo con las principales formas de consumo y de vida que se promueven desde Estados Unidos, país central. Eso se puede observar en fenómenos como la narcocultura y las aspiraciones económico-estéticas.

Respecto al consumo y la forma en que Prebisch lo entiende, éste se vuelve un problema cuando limita la acumulación del excedente y se retiene por los estratos altos. Aunado a lo anterior se observa también la continúa acumulación de extracción del capitalismo central que se observa claramente en el norte de México.

Volviendo a la pregunta de a quién le beneficia la violencia en México, el autor indica que el país experimenta una guerra civil moderna y que el principal problema nacional tiene que ver con la corrupción, el crimen organizado y las formas de violencia. En ese contexto suceden actividades como el narcotráfico, el huachicoleo, la trata de personas, la extorsión, la explotación de migrantes, etc. Para el autor, la violencia instrumental aquí está lejos de acabarse (Datos cruciales 1 y 2).

Ante tal problemática social, la administración de AMLO ha optado por proponer una política de austeridad, la cual tiene un objetivo de redistribuir la riqueza. Se crearon programas para apoyar a las personas mayores y a la juventud al brindarles becas parciales de estudio. El autor argumenta que esa política pública es fundamental, pero no alcanza a afectar el valor final de la acumulación y puede significar solamente un alivio parcial de las desigualdades en México. Respecto a la estrategia de apoyar a la juventud, el autor cuestiona si esas medidas podrán combatir las “expectativas estéticas que históricamente se han formado a través del capitalismo imitativo en México” (p. 239). La presidencia de AMLO también ha criticado a las élites políticas del país, sin embargo tampoco parece ser suficiente para que el país supere la desigualdad económica.

4. Landnahme. Creación de un nuevo afuera criminal en el sistema financiero

Tanto Prebisch como Klaus Dörre critican al capitalismo e indican que la crisis es inherente a ese sistema económico. Sin embargo, hay formas de rescatar al capitalismo y reactivar la economía internacional cuando sus crisis suceden. El autor se pregunta cuál es el lugar de la economía criminal en el sistema financiero y si hay un Landnahme constituido desde la economía criminal transnacional.

Landnahme es una categoría central en las teorías que critican al capitalismo entendido como un sistema industrial expansivo. Mientras que la dinámica capitalista es entendida como un complejo movimiento interno-externo que envuelve la internalización de lo externo, así como la ocupación de lo que todavía no ha sido mercantilizado o lo ha sido limitadamente. Dörre concluye que “la dinámica capitalista requiere un intercambio constante del sector ya comercializado con sectores de la sociedad que todavía no han sido mercantilizados” (p. 240).

Para el autor, lo interno-externo suena a central-periférico, aunque ambas concepciones tienen sus particularidades. Lo anterior tiene una lógica geográfica en la cual, los países más industrializados tienen ventaja sobre los que no lo están tanto. Aunado a lo anterior, hay que tomar en cuenta que con los reacomodos del último capitalismo, “se coloca la capacidad en infraestructura financiera de los países más allá de la industrialización, desde donde podrán constituir nuevas formas de hegemonía económica” (p. 241). Es en ese proceso donde el sistema financiero internacional se relaciona con los capitales de la economía transnacional.

Algunos referentes teóricos de Dörre son Karl Marx, Rosa Luxemburgo y David Harvey. Marx recuperó la noción de acumulación primitiva, también ampliada por Luxemburgo. La teórica veía en ésta “una figura constante del capitalismo que transforma espacios todavía no capitalistas en formas de trabajo asalariadas” (p. 241). Esa transformación que pasa de “formas de vida y de producción no capitalistas” es la causa de las “más anormales fusiones entre el sistema salarial moderno y primitivas relaciones de dominación” (p. 241).

Para el caso mexicano, esas consideraciones resuenan fuertemente porque las formas de vida y de producción han cambiado en las últimas décadas (desde la industrialización hasta la apertura de las fronteras comerciales). Por su parte, la violencia y las formas “asalariadas”, de la mano con la fuerza de trabajo criminal, también podrían considerarse como un modelo de hibridez capitalista, “producto de esos afueras del sistema capitalista que producen capital aún a costa de la democracia.

Partiendo de eso, el autor desarrolla tres puntos en este apartado: 1) la fuerza de trabajo criminal entendida como Landnahme; 2) flujos criminales mafiosos producidos que alimentan al sistema financiero global; 3) una forma particular de Landnahme recogida por Dörre dirigida a los recursos naturales. Este último punto hace referencia a la crisis de la violencia y su papel en la expropiación criminal de recursos naturales.

Los argumentos que el autor ofrece respecto al primer punto son especulativos y hace referencia a la situación en México. Su idea es que la pérdida de seguridad laboral y bajos salarios son un motivo de malestar social que siempre afecta a las personas; no obstante, las constantes crisis y políticas neoliberales han acrecentado el problema. Aunado a lo anterior, la globalización reforzó también las aspiraciones del consumo imitativo, lo que posibilitó la búsqueda de vías alternativas para satisfacer ese aspiracionismo.

El capital criminal se lava y se convierte en uno que circula hacia el norte como flujos financieros globales. Para el autor es factible decir que los flujos criminales generados y blanqueados en México alimentan al sistema financiero global. Edgardo Buscaglia ha documentado lo anterior señalando que más de 67% de los flujos de lavado de dinero planetario terminan integrados en países ricos. Eso da cuenta de un importante movimiento capital criminal que moviliza las economías con controles judiciales estables. Así, sin controles fiscales parece complicado que el combate frontal a los cárteles de la droga tenga el efecto de disminuir la violencia.

Cabe destacar que los grupos criminales están vinculados a las élites políticas y económicas del país, por lo que la implantación de controles fiscales más efectivos implicaría un esfuerzo enorme para romper las cadenas de corrupción de la política mexicana.

Entonces el dinero criminal puede fungir como capital en efectivo que cubre las transacciones de los bancos. Un caso de resonancia fue el de HSBC (The Hongkong and Shangai Banking Corporation), el cual facilitó la entrada de millones de dólares procedentes del crimen organizado al sistema financiero de Estados Unidos. Esto da cuenta de la astucia de las organizaciones criminales para incorporar actividades ilícitas y violentas en “la cadena lucrativa de los carteles como para utilizar los mismos canales legales del sistema financiero para lavar dinero” (p. 245) y conservarlo en países con controles judiciales estables.

Respecto a los recursos naturales, es señalado que la violencia se asocia con la producción de drogas. Si bien el tráfico de estupefacientes es una actividad central, no cubre todas las demás. Los carteles diversifican sus crímenes. Por ejemplo, se dedican a robar materias primas para producir combustible. El autor señala que el crimen organizado aprovechó la corrupción existente en Petróleos Mexicanos (PEMEX) y se apoderó de un negocio criminal que ya funcionaba operado por los mismos trabajadores y sindicatos de dicha empresa.

El papel de la violencia sirve aquí para desterritorializar ciertas zonas, especialmente las del norte, ricas en petróleo y gas natural. Por su parte, el crimen organizado se ha infiltrado en las filas de PEMEX para hacerse de recursos económicos voluminosos robando gasolina. Algunos carteles asociados a esta actividad son el cártel del Golfo y los Zetas. Ambos carteles tienen sus bases en el norte del país y aparecen como precursores en varios crímenes vinculados a recursos de PEMEX. También extendieron sus redes y negocios en Estados Unidos, ya que grandes empresas de ese país se beneficiaban con la compra de combustible robado. Mucha de esa información ha sido reportada por Ana Lilia Pérez.

Por su parte, Guadalupe Correa-Cabrera afirma que el crimen organizado es un fenómeno transnacional y corporativo. Ella ha analizado cómo operan los Zetas, ya que han innovado su estructura interna: es más flexible y tiene un modelo empresarial parecido a Wall-Mart. También son una fuerza paramilitar en el país que usó métodos violentos para expandirse. Ello se dio en el contexto de una “guerra civil moderna”, es decir, uno del tipo económica, sin ideología, criminal, despolitizada, privada y depredadora.

Consecuentemente se puede reflexionar en torno a los beneficiarios de la violencia: los grupos criminales, las élites políticas, los grupos paramilitares, empresas transnacionales, empresas productoras de armas, contratistas de seguridad, compañías financieras internacionales, el complejo fronterizo de seguridad/militar e industrial, etc. Además de eso, la guerra civil moderna está cruzada por los hidrocarburos; por ejemplo, los Zetas disputan el territorio que contienen esos recursos.

Correa-Cabrera indica que cuando el análisis se centra en el tráfico de drogas, se pierde de vista a las otras actividades ilícitas concernientes a los recursos naturales. Ahí es donde el autor conecta el concepto de Dörre, ya que el mismo sociólogo alemán ha hablado del tema de las riquezas naturales en América Latina usando la categoría Landnahme. Los casos de Tamaulipas, Coahuila, Veracruz, Nuevo León y Chihuahua son ilustrativos al respecto.

Además, tanto el crimen organizado como el Estado se “han cruzado” ya que el aparato legislativo contribuye a las disputas por el territorio (el autor da el ejemplo de la aprobación de la reforma energética). El uso de la violencia y esa legislación favorecen a los grandes capitales a costa de los productores medianos. Correa-Cabrera arguye que la violencia disminuye el precio de las tierras debido al desplazamiento forzado en regiones energéticas estratégicas. Por otra parte, Estados Unidos se beneficia indirectamente de la situación de guerra en México: “la guerra en México coincide con el proceso de lograr la independencia energética estadounidense y con la llamada revolución del gas de lutita” (p. 249). Esto beneficia a las industrias extractivas del sector energético estadounidense.

5. Conclusión

Finalmente, el autor reitera que los conceptos de Prebisch y Dörre sirven para analizar el contexto mexicano. Con Prebisch es posible darse cuenta del nexo entre la democratización política en México y el fortalecimiento de los grupos criminales, cuando el PRI se retiró de la escena política como partido hegemónico. Con la democratización política, se reacomodaron las élites político-económicas-criminales y se generaron nuevas formas de alianza. Ese tipo de organización imita la lógica capitalista que conecta el gasto del excedente y la colocación del capital fuera del país.

El despliegue del modelo extractivista de los países centrales se valida cuando se discute cómo los flujos de capitales que se derivan de la economía criminal fluyen a la par del sistema financiero internacional, cuya principal estructura está en el norte global. Los grupos criminales buscan los espacios más seguros para hacer el resguardo de su capital. El autor argumenta que México es una zona de extracción de capitales para Estados Unidos debido a su cercanía con ese país, la implementación de políticas neoliberales, la riqueza de sus recursos naturales y las instituciones corruptas.

Con el concepto de Landnahme, se discutió la expropiación capitalista del espacio social. La lógica del crimen organizado se apoya fuertemente en el estado para expandirse lo que deviene en el desplazamiento forzado, la violencia directa y una guerra civil moderna. Implementando la categoría del sociólogo alemán, es plausible dilucidar cómo la economía criminal a escala planetaria se puede interpretar como un “afuera”, que se interioriza gradualmente en el sistema financiero, al tiempo que las organizaciones diversifican sus actividades económicas que van desde el tráfico de personas, extorsiones, robo, comercialización ilícita de hidrocarburos, etc.

Dörre también permite hacer la extrapolación de las relaciones sociales entre la fuerza de trabajo, la cual permite que la industria criminal continúe. El comentario de Dörre respecto a la aceleración del trabajo y el “no futuro” y la falta de alternativas profundiza la formación de criminales. Así, se puede entender que la “mano de obra criminal” tiene aspiraciones económicas y estéticas, las cuales se reproducen socialmente.

Ante esa situación, la administración de López Obrador ha optado por luchar contra la corrupción y realizar un ejercicio de redistribución dirigido principalmente hacia jóvenes y adultos mayores. Sin embargo, el camino es complicado y se puede dudar si la política de la redistribución del excedente puede ser exitosa. Si tanto en el trabajo formal como en el formar rige la precariedad y la visión existencial a corto plazo, muchas personas optan por el camino criminal porque éste ofrece un ascenso monetario más rápido, aunque más efímero. El camino es largo y queda por ver el actuar de la administración federal.

Datos cruciales: 

1. En 2018 se registraron 30 mil homicidios en México.

2. Se cuentan más de 40 mil personas desaparecidas desde el año 2006 y casi 30 mil cuerpos sin identificar en el territorio mexicano.

3. México es un país migrante y más de 10 millones de mexicanos viven en Estados Unidos.

Nexo con el tema que estudiamos: 
Este texto es útil para pensar en la reproducción de la lógica capitalista de la economía criminal, cuyo correlato es la violencia, el desplazamiento territorial, la explotación de recursos naturales, etc. Queda de manifiesto que el gran capital se beneficia de estos procesos, al ser el sistema financiero global una manera de reproducir el excedente que se genera con la producción de mercancías y servicios ilegales. Las consecuencias del neoliberalismo son varias y afectan diferentes procesos que abonan a la reproducción de la violencia: desde la internacionalización del capital financiero, la transformación en el comercio externo, la explotación de fuerza de trabajo en zonas fronterizas y el adelgazamiento del estado.