El discurso de las grandes petroleras dice una cosa. La realidad, otra

Cita: 

Bordoff, Jason [2023], "El discurso de las grandes petroleras dice una cosa. La realidad, otra", The New York Times, New York, 9 de agosto, https://www.nytimes.com/es/2023/08/09/espanol/opinion/petroleras-energia...

Fuente: 
Otra
Fecha de publicación: 
Miércoles, Agosto 9, 2023
Tema: 
Empresas energéticas no creen en la transición, siguen apostando por los combustibles fósiles
Idea principal: 
Jason Bordorff tiene un doctorado por la facultad de derecho de Harvard, sus principales líneas de trabajo son la geopolítica, las energías renovables y el cambio climático. Participó en la administración de Obama como director asociado de cambio climático en el Consejo de Calidad Ambiental, director principal de energía y cambio climático en el Consejo de Seguridad Nacional, entre otros. También es director del Centro de Política Energética Global de la Escuela de Asuntos Públicos e Internacionales de la Universidad de Columbia.

Las principales compañías energéticas del mundo tienen el discurso de que la transición hacia las energías limpias avanza a toda marcha. La realidad, es que la transición no avanza lo suficiente pues el consumo de combustibles fósiles y las emisiones de CO2 siguen aumentando. De hecho, en 2023 Shell y otras grandes petroleras anunciaron que ya no reducirán su producción anual de petróleo y gas hasta 2030.

La industria petrolera maneja un discurso en el que están realizado grandes esfuerzos para reducir las emisiones e impulsar la transición energética; pero dichos esfuerzos no son suficientes y palidecen comparados con las inversiones para aumentar la producción de hidrocarburos (Dato Crucial 1). La mayoría de las empresas priorizan la inversión en la producción de combustibles fósiles. Por tanto, se evidencia la falta de voluntad para impulsar el avance de la transición, y es muy probable que las empresas vean la transición energética como poco rentable. La propia ExxonMobil dijo que las personas no aceptarían la degradación de vida necesaria para llevar a cabo la transición, y Shell aseguró que alcanzar las cero emisiones netas para 2050 estaba fuera de su alcance.

El mundo no está en condiciones de alcanzar las cero emisiones netas para 2050, y la Agencia Internacional de Energía (IEA por su sigla en inglés) proyecta que el consumo de gas y petróleo crecerá hasta 2030 para después estabilizarse. También, elevar la prosperidad de las economías en desarrollo requiere aumentar el consumo energético. Además, los gobiernos supuestamente comprometidos con la transición han impulsado a las compañías energéticas a producir más petróleo para contener la inflación de los combustibles.

La cuestión es que las temperaturas están aumentando y desafían los límites de la supervivencia humana. La historia sugiere que el cambio climático empezará paulatinamente, y después sucederá de golpe. Mientras tanto, los accionistas son escépticos de la rentabilidad de las energías limpias y prefieren que las ganancias del petróleo se distribuyan como dividendos antes de reinvertirlas en energía baja en carbono.

También es cierto que aún con cero emisiones netas, se seguirá utilizando petróleo y gas que será neutralizado con tecnología para capturar emisiones. Pero al final, no podrán seguir existiendo todas las compañías de hidrocarburos, por lo que algunas petroleras se están preparando para ser las últimas y únicas compañías de esta industria. De hecho, muchas petroleras no están procurando reducir las emisiones de sus propias operaciones (Dato Crucial 3).

La mayor parte del petróleo y gas es suministrado por empresas estatales (total o parcialmente) y éstas tampoco están realizando los esfuerzos necesarios para combatir el cambio climático (Dato Crucial 4). Esto es un gran problema pues las empresas estatales tienen la capacidad de desarrollar estrategias a más largo plazo.

Lograr una exitosa transición energética será más sencillo si las grandes compañías energéticas ponen más de su parte. Tecnologías como la captura de carbono e hidrogeno son de gran utilidad para la industria de hidrocarburos. Lo cierto es que los líderes del sector deben hacer congruente sus acciones con su discurso, o admitir que su plan es desacelerar la transición energética y ser de los últimos productores de combustibles fósiles.

Datos cruciales: 

1.- De acuerdo con la Agencia Internacional de Energía, se estima que en conjunto las compañías de petróleo y gas inviertan más de 500 000 millones de dólares en extraer y producir nuevas reservas de estos hidrocarburos.

2.- En años recientes a 2023 el sector de combustibles fósiles ha destinado menos de 5% de sus inversiones a la investigación y producción de energía baja en emisiones de carbono.

3.-Las siete compañías de petróleo y gas más grandes que cotizan en bolsa, como Shell o British Peroleum, solo producen 15% del petróleo y el gas del mundo; pero ejercen una influencia desmesurada en esta industria.

4.- En junio de 2023 varios de los mayores países productores de petróleo bloquearon un acuerdo del G-20 para reducir el consumo de combustibles fósiles y triplicar las energías renovables para 2030.

Nexo con el tema que estudiamos: 

La transición energética se ha presentado como la solución al problema del cambio climático. Lo cierto es que esta es una falsa solución pues, entre otros muchos factores, las energías limpias tienen tasas de retorno energético muy bajas; además de la escasez de minerales críticos y recursos clave para consolidar una exitosa transición. Bajo ese panorama, las compañías energéticas no apostarán por una verdadera transición.