Braulio Carbajal es periodista y trabaja con el periódico mexicano La Jornada. Su trabajo está centrado en temas de economía, finanzas y agroindustria.

A nivel mundial, México es un gran productor de alimentos, y gran parte de esta producción se concentra en el sureste. Dicha región del país es rica en recursos naturales, pero históricamente ha sido abandonada y ahora sufre por la crisis migratoria, el crimen organizado y los efectos del cambio climático. La alteración de los ciclos naturales por el cambio climático puede detonar una crisis alimentaria que afectará a todo el país.

La región del Soconusco, en Chiapas, es una gran productora agroalimentaria. En esta región, en la localidad de Huehuetán, el campesino Ismael Gómez Coronel señala que en el campo es donde se vive la cruel realidad del cambio climático, donde sequía e inundaciones incrementan la dificultad para mantenerse con vida.

Ismael comenta que la región es sumamente fértil pues se encuentra en las faldas del volcán Tacaná; pero en los últimos años los ciclos climáticos han cambiado, ya no saben cuando va a llover, por lo que es probable que pronto la situación sea muy caótica.

En el municipio de Mazatán, en la región del Soconusco, Eduardo Vázquez señala que su papá le enseñó que a partir del primer día de mayo siempre empezaban las lluvias; pero ahora las lluvias llegan a retrasarse hasta junio o julio. Los campesinos señalan que el cambio climático altera todo, primero no llueve y hay mucho calor, pero después llueve demasiado en muy poco tiempo y antes eso no pasaba.

Las grandes fincas tampoco escapan del cambio climático, pues tienen que aumentar la inversión para no perder toda la producción (Dato Crucial 2).

Ningún cultivo se escapa

El magno es el fruto más importante de Chiapas, pero su producción ha caído en picada. Desde hace diez años, los fenómenos climáticos como viento demasiado fuerte o lluvias torrenciales impiden que los árboles desarrollen sus frutos adecuadamente. Otros cultivos, como el café, también se ven afectados por plagas como la roya, que brota por las variaciones drásticas del clima.

Calentamiento brutal

En el municipio de Huehuetán las personas comentan que el calor es insoportable incluso bajo la sombra de los árboles. También señalan que en 2021 las lluvias llegaron hasta octubre, que no había agua para el ganado, los pozos se secaron, los cultivos se estropearon y muchos campesinos perdieron toda su inversión. En esa sequía los únicos que lograron sacar adelante los cultivos fueron los grandes productores que cuentan con sistemas de riego. Los pequeños campesinos perdieron todos sus cultivos pues sembraron con las primeras lluvias de mayo; pero la lluvia paró y regresó hasta octubre.

Ismael señala que la alteración del ciclo de lluvias es una constante, pues muchas veces comienza a llover algunos días, pero después ya no llueve. En consecuencia, los cultivos como el de maíz se secan o se infectan de plagas. La alteración del ciclo de lluvias no es el único problema. El aumento de las temperaturas agrieta la tierra reduciendo su capacidad de retener agua, lo que significa que si al día siguiente no llueve, la tierra se seca. La cría de peces se ha visto afectada, pues el agua se calienta demasiado y los pescados mueren.

Ante la sequía, Ismael tuvo que instalar un sistema de riego bombeando agua desde un arroyo; pero no todos los campesinos tienen un arroyo cercano, ni los recursos para instalar este tipo de sistema, y si la sequía continua los arroyos se secarán. La intensa ola de calor de 2023 obligó a Ismael a regar sus árboles frutales antes de la temporada de lluvia; a pesar de esto, los árboles no lograron producir frutos adecuadamente pues las lluvias llegaron hasta finales de mayo y no a principios del mes.

Climas extremos

Se pronostica que en 2023 caerá mucha más lluvia, pero en un período de tiempo muy reducido (Dato Crucial 3). El descontrol del ciclo de lluvia también afecta a los productores agrícolas de gran escala, pues las lluvias torrenciales pueden saturar los sistemas de desagüe, inundando los cultivos, reduciendo la productividad de éstos e impulsando el crecimiento de maleza. Finalmente, Ismael dice que las mazorca dan menos maíz, que para remediar esto se ven obligados a usar herbicidas y semillas genéticamente modificadas, y que los campesinos ya están sufriendo la crisis climática