David Gelles es corresponsal de temas climáticos para The New York Times.

Manuela Andreoni es una reportera brasileña encargada de cuestiones vinculadas al cuidado del medio ambiente.

Los océanos cubren más de 70% de la superficie de la Tierra, y la mayor parte no ha sido cartografiada ni explorada. Actualmente, los océanos registran altas temperaturas que baten récords históricos debido al cambio climático. Desde el Norte del Atlántico, pasando por Florida, hasta la Antártida los mares elevan sus temperaturas de forma impredecible y extrema, y las consecuencias de estos fenómenos afectarán a todo el planeta.

Calor insólito

En abril de 2023 la temperatura promedio de los océanos de todo el mundo creció hasta 70° Fahrenheit, y en julio del mismo año llegó otra vez a dicho nivel (Dato Crucial 1). Parte del alza de la temperatura es atribuible a El Niño, el cíclico fenómeno climático relacionado con olas de calor marítimas, que comenzó en julio; pero, la mayor causa de las altas temperaturas es el cambio climático antropogénico.

El calor extremo recorre la planta, y es probable que julio de 2023 fuera el mes más caluroso en mucho tiempo. Pero la actual alza de la temperatura del mar no es solamente producto de las altas temperaturas actuales en la atmósfera terrestre. Las temperaturas de las superficies marítimas comenzaron a aumentar desde principios del siglo XX, cuando las personas empezaron a aumentar de forma exponencial sus emisiones de gases de efecto invernadero. Desde entonces, los océanos han absorbido casi todo el calor provocado por el aumento de la concentración de dichos gases (Dato Crucial 2).

El agua tiene bastante capacidad para absorber calor sin alterar mucho su temperatura original; aunque tras décadas de acumular continuamente el calor absorbido, los cambios empiezan a ser significativos. Los océanos han contenido el avance del cambio climático, pero hay un límite. A medida en que los océanos acumulan más calor, se expanden, contribuyendo a elevar el nivel del mar. Además, océanos más cálidos propician fenómenos climáticos extremos como los ciclones tropicales.

Los modelos climatológicos científicos ya preveían el actual incremento de las temperaturas marítimas (Dato Crucial 3), aunque la temperatura registrada en el Atlántico Norte (actualmente 1.1°C más alta de lo normal) supera las proyecciones de la mayoría de los modelos, por lo que es probable que algún fenómeno extraño esté ocurriendo en esa región.

En julio de 2023 el mar de la costa de Florida registró una temperatura extremadamente alta. Ante estos calores extremos los ecosistemas de coral están muriendo (Dato Crucial 4)

Los arrecifes de coral están muriendo, y los necesitamos vivos

Las temperaturas a las que llegó Florida durante julio de 2023 fueron devastadoras para los arrecifes de coral. De hecho, personas que han dedicado su vida a restaurar dichos ecosistemas, se apresuraron para extraer los corales del océano y ponerlos en estanques como un intento para preservarlos; aunque si el océano se calienta demasiado, los corales no podrán volver y los arrecifes nunca se restaurarán (Dato Crucial 5).

Las algas cumplen un papel crucial, pues son la principal fuente de energía y pigmentación para los corales. La cuestión es que el prolongado aumento de temperatura por uno o dos grados Celsius puede provocar que los corales expulsen a las algas que viven en sus tejidos; si esto pasa y las algas no vuelven pronto, los corales mueren (Dato Crucial 6).

Perder más corales conllevaría una tragedia socioecológica. Buena parte de la vida marina depende de los corales, y muchas de las especies que necesitan de los corales representan importantes fuentes de alimento para millones de personas. Además, los corales protegen las costas del aumento del nivel del mar, contribuyen a la industria turística, entre otros múltiples servicios socio-ecológicos.

Se ha descubierto que algunas especies de coral están migrando hacia ambientes más fríos, y parte de la comunidad científica busca corales que resistan el estrés por calor para poder crear arrecifes más resistentes. Pero el elemento crucial para cualquier esfuerzo de restauración de los corales y sus arrecifes es que las emisiones de gases de efecto invernadero sean disminuidas significativamente.

Más incógnitas

La comunidad científica investiga la velocidad de los cambios en los océanos. Señalan que los hielos marítimos de la Antártida están sucumbiendo, pues en el invierno de 2023 el hielo marino no se formó como debería (Dato Crucial 7). El hielo marítimo protege la capa de hielo continental y sus glaciares del océano más cálido y la fuerza erosionante del viento y las olas. Así mismo, la pérdida del hielo marítimo del antártico es uno de los principales factores que contribuyen en el aumento del nivel del mar.

De acuerdo con un estudio publicado en la revista Nature(2023), el sistema de Circulación de Vuelvo Meridional del Atlántico (AMOC por su siglas en inglés), que regula el clima en el Atlántico Norte, está en riesgo de colapsar. La última vez que este sistema disminuyó su velocidad de circulación fue hace 12 800 años y sumió a Europa en una era glaciar.

Por décadas los océanos han amortiguado los efectos del cambio climático absorbiendo la mayor parte del exceso de calor, pero ahora están arrojando evidentes señales de riesgo.