Desde 2006 se observó un incremento acelerado en la cantidad de metano en la atmósfera. Se considera que este metano proviene de emisiones biológicas y no de la quema de combustibles fósiles. Puede ser causa de ciclos climáticos naturales como El Niño, o bien, podría ser un indicador de una transición en el clima del planeta.

El metano es un gas de efecto invernadero que dura menos de una década en la atmósfera, pero es más potente que el dióxido de carbono, el cual puede permanecer durante siglos. El metano representa un peligro para poder establecer límites seguros de calentamiento para la humanidad. Además, la velocidad del aumento del metano causa una alerta porque las transiciones de edades de hielo a periodos interglaciares cálidos han estado marcadas por aumentos repentinos de metano (dato crucial 1).

El récord del metano: 2006 hasta la actualidad

Durante el siglo XIX y XX, el metano aumentó de manera significativa por la emisión de combustibles fósiles, pero a finales de los noventa las emisiones de metano se estancaron (dato crucial 2), hasta finales de 2006, cuando nuevamente comenzó a aumentar (dato crucial 3).

Se considera que el aumento de metano puede provenir de emisiones de fuentes naturales, es decir, son procesos naturales que por sí solos son capaces de liberar metano. Algunos ejemplos de este tipo de emisiones son la liberación de metano por los humedales y la extracción de materia vegetal por castores. Sin embargo, estos han sido afectados por el cambio climático, ya que se ha propiciado a la aceleración de estos procesos naturales. El ganado y los vertederos de sus residuos también contribuyen a la liberación de metano (datos cruciales 3 y 4).

Terminaciones climáticas

El clima en la Tierra ha cambiado a lo largo de su historia, pasando de periodos fríos glaciares a periodos interglaciares cálidos. Los registros de los núcleos de hielo indican que durante los periodos de transición de la Tierra, el metano se encontraba en grandes cantidades, es decir, durante cada cambio glacial e interglaciar, se presentaron aumentos bruscos y repentinos en el metano atmosférico, se considera que lo que pudo aumentar el metano fue la expansión de zonas de humedales tropicales.

Para marcar el fin de cada edad de hielo se establecieron las terminaciones. Cada terminación tiene un número romano, se comienza con la terminación IX, la cual fue hace 800 mil años hasta la terminación IA con la cual inició el clima moderno hace aproximadamente 12 mil años. Por ejemplo, se registró un cambio de clima en Reino Unido hace 131 mil años durante la terminación II, donde el clima pasó de glaciares en Cotswolds a zonas más cálidas, tal como en lo que ahora se conoce la Plaza de Trafalgar.

Las terminaciones no suceden en poco tiempo, sino que existen diferentes fases en los cuales se presentan cambios que duran miles de años. La primera fase consiste en un progresivo calentamiento, posteriormente inicia una fase abrupta de cambio climático y finalmente un periodo que es más largo y lento, en esta última fase, los casquetes polares se derriten. Durante la transición que dio lugar al clima de la era moderna hubo un aumento de 10°C en algunas décadas en Groenlandia cuando inició la fase abrupta, en la que también el metano aumentó.

¿Está en marcha algo dramático?

A pesar de que hubo grandes cambios en el metano durante la época preindustrial, ahora los niveles de metano se pueden comparar con los registros de concentración que se tienen de las fases abruptas de los eventos de terminación anteriores.

Existen muchas evidencias sobre los cambios en clima como la desaceleración de las corrientes en el océano Atlántico, la expansión de las regiones climáticas tropicales, el calentamiento en el polo norte y sur, el aumento de la temperatura del océano y la frecuencia de climas extremos.

Un panorama que se podría esperar ante una terminación y la reorganización del clima es la pérdida del hielo marino en el Ártico durante el verano, el adelgazamiento o el colapso parcial del hielo en los casquetes en Groenlandia y la Antártida occidental, una reorganización de las corrientes del océano Atlántico y la expansión de las zonas tropicales hacia los polos. Todos estos cambios tendrían un impacto significativo en la biosfera y en la producción de alimentos sobre todo en algunas partes de Asia y de África.

El disminuir las emisiones de metano no van a frenar por completo el cambio climático, pero sin duda alguna ayudarían en el proceso. Por esta razón es necesario comenzar a disminuir y posteriormente eliminar las fugas en la industria de petróleo y gas y reducir la quema de los desechos de cultivo.