Peter Goodman es periodista con especialización en economía y actualmente es corresponsal de economía europea para The New York Times.

El artículo se centra en Luhut Binsar Pandjaitan, ministro de Asuntos Marítimos y de Inversión de Indonesia y su esfuerzo por convertir al país en un centro de producción de vehículos eléctricos. Este plan se ve afectado por las tensiones geopolíticas entre Estados Unidos y China porque, aunque Indonesia tenga las mayores reservas de níquel en la tierra, depende en gran medida de empresas chinas para su extracción y refinamiento.

Luhut Binsar Pandjaitan busca un acuerdo comercial sobre minerales con Estados Unidos para asegurar que Indonesia no sea excluida de la Inflation Reduction Act (Ley de Reducción de la Inflación), haciendo al país elegible para la obtención de créditos fiscales y que las empresas internacionales tengan mayores incentivos para invertir en la construcción de maquinaria y tecnología. Sin embargo, el país se enfrenta a la preocupación estadounidense por la influencia china en la industria del níquel, poniendo en evidencia la rivalidad entre Estados Unidos y China por el control de los recursos estratégicos.

Dinero y poder

Indonesia tiene una política de veto a la exportación de níquel, esta decisión ha atraído más de 14 mil millones de dólares en inversiones, principalmente de las empresas chinas. (dato crucial 1) . No conforme con esto, Unión Europea presentó y ganó un caso ante la Organización Mundial de Comercio con el argumento de que sus empresas se ven privadas de acceder a la importación del níquel. Su victoria le dio poder en la aplicación de aranceles punitivos a las exportaciones de Indonesia, hecho que Luhut Binsar acusa de neocolonialista y resalta que el veto a la exportación de níquel es un medio para asegurar el valor de la extracción del mineral para el mercado interno.

Una necesidad crítica

La mayor parte del níquel está concentrada en Sulawesi, donde las comunidades celebran la aparición de nuevos empleos a la par que otra parte de la comunidad denuncia la terrible contaminación creada por la industria minera. Los trabajadores locales se quejan de que se les paga incluso menos que a los trabajadores de China y las protestas han sido brutalmente reprimidas por las fuerzas militares por el bien de los inversores (dato crucial 2) .
El aparato militar está calibrado a partir de las preferencias de los negocios chinos, donde los sindicatos están prohibidos y las normas ambientales y laborales pueden eludirse fácilmente.

Finalmente, los expertos acusan a Estados Unidos de no aprovechar la oportunidad de firmar un acuerdo comercial con Indonesia, puesto que Estados Unidos ya posee automóviles que utilizan níquel extraído de Indonesia, la única pregunta es qué fábricas terminarán produciendo las baterías: las de China, que ahora compran casi todos los productos de níquel de Indonesia o las nuevas fábricas en Estados Unidos con las restricciones de la Ley de Reducción de la Inflación.

Estudios demuestran que es insostenible que Estados Unidos satisfaga la demanda de níquel sin mirar a otros países más allá de sus principales socios comerciales, e Indonesia juega un papel clave en la importación de este mineral (dato crucial 3)

Planes alternos

Por último, el artículo menciona que si bien Luhut Binsar tiene mesas de negociaciones con Estados Unidos para intentar atraer a inversionistas importantes en el sector de autos eléctricos como Tesla, también cuentan con planes de respaldo como el redoblar esfuerzos para atraer a BYD , el mayor fabricante de vehículos eléctricos en China. Esto sucedió así luego de que Luhut se entero de que Elon Musk (dueño de Tesla) había mencionado sobre planes de construir una fábrica de vehículos eléctricos en Malasia.