Isayen Herrera es periodista de investigación y escribe para New York Times.

Sheyla Urdaneta es periodista de investigación y Consultora de género.

La industria petrolera de Venezuela ha sufrido un fuerte declive tanto por la mala gestión del gobierno de Hugo Chávez y su predecesor, Nicolás Maduro, como por las fuertes sanciones comerciales de Estados Unidos. En el gobierno de Hugo Chávez en la década de 1990, se despidieron a miles de trabajadores de la industria petrolera, incluidos ingenieros y geólogos, siendo remplazados por aliados políticos que tomaron el control de los activos petroleros de propiedad extranjera y descuidaron las normas ambientales y de seguridad.

En 2019 Estados Unidos acusó al sucesor de Chávez, Nicolás Maduro de haber cometido fraude electoral e impuso varias sanciones económicas, incluida la prohibición de las importaciones de petróleo venezolano, para intentar sacarlo del poder. Esto a su vez generó una crisis económica que impulsó el éxodo de venezolanos fuera del país. Sin embargo, Maduro logró mantener el poder del país y en 2022 el presidente estadounidense Joe Biden permitió reiniciar las operaciones de la última compañía petrolera estadounidense en el país, Chevron.

La empresa petrolera estatal ha mantenido una producción mínima para exportar a otros países, así como para consumo interno a expensas del mantenimiento básico, lo cual a su vez implica graves costos ambientales por el mal funcionamiento de los equipos (dato crucial 1). Tal ha sido el daño ambiental, que organismos internacionales como el Banco Mundial (dato crucial 2) y la Organización de Naciones Unidas se han promulgado al respecto, este último ha emitido un reporte llamando a una mejora urgente en el marco regulatorio ambiental.

El gobierno de Maduro minimizó el daño de la industria petrolera en la cumbre del cambio climático de 2022, culpó a los países ricos y afirmó que Venezuela solo es responsable de 0.4% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. En 2021 el ministro del Ecosocialismo, Josué Alejandro Lorca afirmó que el problema del derrame es muy común para toda petrolera en el mundo, de igual manera agregó que el gobierno no tenía los recursos para abordar ese problema.

El daño en el medio ambiente también ha repercutido en la vida de los residentes de zonas petroleras como El Tejero o Cabimas. Los pobladores experimentan problemas de salud debido a las emisiones tóxicas y derrames, a la par que ven afectaciones en negocios alternos como la pesca y la agricultura.