Las actuales tensiones entre Estados Unidos y China han hecho que las empresas estén cada vez más preocupadas por los riesgos geopolíticos. Como consecuencia se dice que el comercio mundial se está rediseñando ya que en la primera mitad del año 2023 Estados Unidos ha comerciado más con México y Canadá que con China después de casi veinte años.

Durante los últimos dos mandatos en Estados Unidos se han impuesto políticas tales como tarifas, reglas y subsidios, así como también una orden ejecutiva de controles y prohibiciones para las inversiones salientes y en alta tecnología chinas.

Así, Estados Unidos busca debilitar el control que posee la nación asiática para eliminar riesgos como la posibilidad de una invasión china a Taiwán. Sin embargo, el problema radica en que los esfuerzos por reducir la dependencia de China no son lo que parece, debido a que los principales socios de Estados Unidos con los que espera reemplazar las importaciones provenientes de China –como India, México, Taiwán y Vietnam– a su vez también son socios de su archienemigo, por lo que esto hace que las relaciones comerciales entre ambos países continúen y se "cuelen" productos chinos hacia Estados Unidos a través centros de embalaje.

Los países que tenían relaciones comerciales más sólidas con China en alguna industria, han sido los mayores beneficiarios del que The Economist llama rediseño del comercio mundial, lo que corrobora que las profundas cadenas de suministro chinas siguen siendo de vital importancia para Estados Unidos, sobre todo en la industria de manufacturas.

Algunos productos como el galio y el litio sólo pueden obtenerse en China, donde a su vez se cuenta con grandes industrias, a saber, la producción de chips y el sector automotriz híbrido (producción de baterías), por lo que algunas exportaciones de sus aliados hacia Estados Unidos y al resto de Occidente, son productos chinos re-empaquetados para evitar aranceles (dato crucial 3).

Pasar a la parcela

Son tres tipos de desacoplamiento falso que rompen con el ilusorio del alejamiento China-Estados Unidos: la subestimación en desentrañar el comercio (dato crucial 4), la importancia de China en la participación de exportaciones como el sector electrónico (dato crucial 5) y la inversión extranjera directa (dato crucial 6).

La demanda por parte de Estados Unidos en productos finales con sus aliados, a su vez impulsa la demanda de insumos intermedios chinos, dando como resultado que se incentive a que las empresas chinas operen y exporten desde lugares alternativos como Vietnam. Tal es el caso de Apple, quien ha trasladado su producción fuera de China, aunque gran parte de la producción todavía depende de empresas chinas (dato crucial 7).

También está el caso de México en el sector automotriz mediante las inversiones producto del nearshoring con empresas trasladadas desde China (dato crucial 8). O bien, el caso de países como República Checa, Hungría, Polonia, Eslovaquia, Eslovenia y Rumanía, que acrecentaron su participación en productos del sector automotriz (dato crucial 9). Pese a este dinamismo, aun existe gran especulación e incertidumbre con respecto a las tensiones geopolíticas y las relaciones en el pacífico.

Bajo el contexto anterior, se extiende una preocupación entre los políticos estadounidenses puesto que existe la posibilidad de tener una guerra de suministros entre Estados Unidos y China, esto implicaría tratar directamente con empresas chinas en suelo de otros países y de manera implícita incrementar la producción de China.

Por otro lado, actualmente las empresas se están centrando en normas de seguridad para reducir costos para los consumidores, lo cual generaría riesgos al ocultar la magnitud de la producción china para las cadenas de suministro de Estados Unidos.

China tiene una fuerte influencia en Asia, México y zonas de Europa debido a sus notables inversiones e importaciones, no obstante muchos gobiernos –en particular asiáticos– aun prefieren guardar buenas relaciones con Estados Unidos ya que no quieren comprometer las cadenas de suministro, de las cuales son altamente dependientes.

De acuerdo con la nota, el hecho de obligarlos a elegir entre algún bando, tendría repercusiones directas sobre el producto interno bruto (PIB), por lo que estar bien con ambos bandos es la mejor opción (beneficiándose de las inversiones y bienes intermedios chinos, para posteriormente exportarlos a Estados Unidos). Lo anterior podría fortalecer las conexiones financieras y comerciales entre Estados Unidos, efecto contrario a lo que se busca, algo que la administración de Joe Biden no planeó.