Sorprende el hecho de que las altas temperaturas sigan registrando máximos desde 2022. Pero lo más sorprendente es que precisamente en el mes de julio –el verano– del presente año se alcancen las temperaturas más altas mucho más antes y con mayor prolongación que de lo acostumbrado (dato crucial 1). No solo eso, los océanos también se están calentando (dato crucial 2) y en suma, los efectos de las altas temperaturas se están resintiendo sobre naciones y su población (datos cruciales 3 y 4).

La vida en el invernadero

Con toda la evidencia del incremento de las temperaturas a nivel mundial, The Economist se plantea la raíz del problema ¿A qué se debe el cambio climático?

La presente cantidad de gases de efecto invernadero en la atmósfera da como resultado que una mayor cantidad de sol quede atrapado cerca de la superficie y sea absorbido por los océanos (dato crucial 6).

También es conocido que el clima tiene variaciones naturales y la más famosa es la Oscilación Meridional de El niño (ENSO por su sigla en inglés), fenómeno que contribuye al aumento del calor provocado por vientos y corrientes del Océano Pacífico Tropical, haciendo que en ocasiones el agua absorba más calor. El fenómeno suele observarse después de un año aproximadamente, pero las temperaturas del océano actuales brindan evidencia que la situación no es buena, por lo que se esperan veranos igual de sofocantes en todo el mundo, lo que aumenta las posibilidades de afectar a más regiones.

Para el Doctor James Hansen, científico del clima de la Universidad de Columbia, es correcta la explicación de los fenómenos naturales para explicar el cambio climático. Sin embargo, otras situaciones podrían estar acelerando el calentamiento, como la erupción del volcán Hunga Tonga–Hunga Ha’apai en enero de 2022, el cual expulsó enormes cantidades de vapor de agua, el cual es un poderoso gas de efecto invernadero porque en la atmósfera inferior se condensa en forma de lluvia o nieve, además de que en la estratósfera al aumentar la cantidad de vapor de agua puede calentar el planeta (datos cruciales 7 y 8).

Otra de las explicaciones del aumento de temperaturas se explica por el aumento de metano en la atmósfera. Este fenómeno se registró por primera vez durante las edades de hielo, donde los niveles de metano en la atmósfera se incrementaron (también llamado depilación), por lo que el clima se vuelve más cálido. En la actualidad no son las edades de hielo las que explican el incremento del potente gas de efecto invernadero, sino los combustibles fósiles y la actividad agrícola. Sin embargo, expertos también sugieren que el excedente de humedales tropicales y su putrefacción, explican la producción de más gas metano (más metano, más calentamiento y por lo tanto más metano).

Otra de las causas puede ser la reducción de las emisiones de azufre. Dichas emisiones contribuyen a enfriar el clima, aunque son producto de la quema de carbón y fulóleo (un combustible obtenido a través de procesos de refinación del petróleo), ambas contribuyen a la creación de nubes que se localizan por debajo de la estratósfera (efecto contrario a las que se producen en una erupción volcánica) lo que contribuye a que están capturen parte de la luz solar.

Sin embargo, las políticas medioambientales han optado por incentivar la reducción del dióxido de azufre (producto de la quema de carbón y fulóleo) ya que también contribuye al incremento de la polución, mitigando a su vez, el efecto secundario del enfriamiento del clima. En tal sentido, son relevantes las políticas para regular el contenido de azufre en el transporte marítimo impuestas a partir de 2020 (datos cruciales 9 y 10).

Una alternativa para un mundo sofocante podría ser la manutención de las propiedades refrescantes de los sulfatos sin los inconvenientes para la calidad del aire y la salud. Tal como lo sugirió el científico atmosférico Paul Crutzen en 2006, con la idea de inyectar continuamente pequeñas cantidades de azufre en la estratosfera para proporcionar enfriamiento usando las propiedades refrescantes de los sulfatos, ya que al inyectarlas, si no hay lluvia las partículas estratosféricas durarían más y ayudarían al enfriamiento.

Protector solar para el planeta

Existe la idea de la “geoingeniería solar” como alternativa para revertir los cambios climáticos mediante el reflejo de la luz solar, la cual ha sido envuelta en controversia debido a que los efectos aún no se pueden predecir con precisión, a parte de que son desconocidos los daños que podría hacerle a la capa de ozono, la cual filtra una gran cantidad de radiación ultravioleta dañina antes de que toque el suelo.

Además, los efectos en la capa de ozono y la filtración de radiación ultravioleta variarían en cada parte del mundo, lo que haría que para algunos países se cubran sus necesidades, pero para otros podría ser lo contrario; se cree que esto generaría tensiones y disputas gubernamentales, además de la complejidad de una tecnología que pudiera enfriar al planeta sin acabar con el uso de combustibles fósiles.

Hay quienes no ven del todo mal a la geoingeniería solar, ya que consideran que podría verse como un complemento a la descarbonización apoyando el camino del mundo hacia la liberalización de energías fósiles.

Finalmente, la reducción de emisiones de energías fósiles debería ser suficiente para frenar el calentamiento del planeta, pero si no proporciona bajar las temperaturas, la geoingeniería solar sería la única opción viable si es lo que el mundo quiere y necesita.