Wise Earth

Cita: 

Rockström, Johan y Owen Gaffney [2021], "19. Wise Earth", Breaking Boundaries. The Science of Our Planet, New York, DK.

Fuente: 
Libro
Fecha de publicación: 
2023
Tema: 
Un nuevo paradigma en la economía global puede favorecer a la resiliencia del planeta.
Idea principal: 
    Johan Rockström es un científico reconocido internacionalmente en temas de sostenibilidad global. Lideró el desarrollo del marco de los límites planetarios para el desarrollo humano en la era actual de rápidos cambios globales.

    Owen Gaffney es escritor y analista sobre sostenibilidad global. Se centra en el impacto político, mediático y empresarial de la investigación de la sostenibilidad global y en la visualización del impacto de la humanidad en el planeta.


    El planeta Tierra ha pasado por diferentes etapas, como el surgimiento de la vida fotosintética, la liberación de oxígeno a la atmósfera, el comienzo de la vida multicelular compleja, un estado invernadero cálido (dato crucial 1), una etapa de edad de hielo, el desarrollo de los mamíferos en el planeta y las condiciones necesarias para el desarrollo de la vida, lo que a su vez ha dado paso a la agricultura y a revoluciones científicas e industriales.

    Sin embargo, existen tres factores que durante las últimas tres décadas han sido un foco de estudio: la era del Antropoceno, las condiciones del Holoceno que son adecuadas para el desarrollo de la vida y los puntos de inflexión que podrían modificar el sistema terrestre. Especialmente, el Antropoceno es una concepción que le demuestra al ser humano que habita en un planeta con recursos finitos y con límites que no se deben rebasar. Por esta razón, se establecieron nueve límites planetarios, que son un espacio operativo seguro para la humanidad, pero cuatro de estos límites (relacionados al cambio climático, el colapso de la biodiversidad, la deforestación y el uso excesivo de nutrientes) ya se han sobrepasado. Razón por la cual es necesario reconocer la identidad humana y no verla como grupos separados, es decir, ver más allá de una identidad estado-nación para poder actuar ante la crisis planetaria.

    Para ello, primero se tienen que reconocer algunos aspectos. Uno de ellos corresponde al sistema económico, el cual está fundamentado en la idea de recursos y crecimiento infinito. Algunos personajes como Adam Smith, John Maynard Keynes y Milton Friedman, proporcionaron las bases para el capitalismo y la globalización actual, sus bases se centraron en una idea de creación de riqueza con recursos infinitos (dato crucial 2). Esta base errónea de la economía global, y como consecuencia el mal uso de los recursos naturales, ha llevado a que se sobrepasen límites planetarios, provocando consecuencias como el derretimiento de hielo en la Antártida, la pérdida de la capacidad de los ecosistemas para almacenar carbono, los incendios y sequías que afectan a la población.

    Ante esta situación, es necesario modificar la base del crecimiento económico. Se tiene que crear una relación armoniosa entre el planeta y las personas. Para lograr esto se deben adoptar soluciones que beneficien a la naturaleza, como agricultura regenerativa, modelos económicos circulares, objetivos empresariales basados en la ciencia y una gobernanza colectiva de los bienes comunes globales. De esta manera es posible que la economía se desarrolle en un espacio operativo seguro.

    El planeta Tierra por si solo tiene la capacidad de amortiguar los impactos de los seres humanos en la naturaleza, sin embargo, la humanidad debe salvaguardar esta capacidad de resiliencia por medio de la ley de pérdida cero de la naturaleza. Los límites planetarios se establecieron como un espacio operativo seguro para la humanidad, un espacio en el que el planeta puede continuar sin cambios drásticos que lo lleven a nuevo estado de invernadero. Al respetar los límites planetarios, restaurar ecosistemas y tener una agricultura sostenible, la humanidad puede actuar como una fuerza positiva para la naturaleza, ser un factor que ayude a mantener esta resiliencia.

    Las proyecciones indican que se tiene una década para poder salvar al planeta. Si las emisiones globales no se reducen y la pérdida de la biodiversidad continúa durante este periodo, será probable llegar a puntos que inflexión que cambien la dinámica del planeta, provocando un estado de invernadero.

    Ante la posibilidad del derretimiento de la capa de hielo de la Antártida y la expulsión de carbono del Amazonas, las poblaciones humanas podrían adaptarse, pero para lograrlo sería necesario la inversión para proteger a las ciudades más vulnerables y para capturar y almacenar el carbono de manera eficiente al mismo tiempo que se reducen los gases de efecto invernadero (dato crucial 3). Aún con estas acciones, las poblaciones tendrían que estar adaptándose durante un largo periodo de tiempo. Este escenario de adaptación, también se enfrentaría a una aceleración del cambio climático, problemas económicos y políticos e impactos generados por la pandemia por COVID-19 a largo plazo. Todo esto plantea un futuro lleno de incertidumbre.

    Tomar acciones significa encontrar estabilidad económica dentro de una biosfera estable y próspera. Esto no significa solo intentar proteger a la naturaleza, sino también salvaguardar la prosperidad y capacidad de la humanidad de vivir en un mundo que no es lineal. Esto también implica la prevalencia de los sistemas democráticos, pero si no se toman las acciones correspondientes, se corre el riesgo de llegar a fases autoritarias verticales para frenar sí o sí las emisiones, dejando de lado a la ciudadanía y la acción colectiva pacífica.

    Para lograr otra relación entre sociedad y naturaleza, es necesario que exista un liderazgo político y cooperación. Deben existir acuerdos entre personas con diferentes puntos de vista para poder avanzar, así como también, es indispensable que las instituciones políticas sean una fuente de confianza. La población tiene la capacidad de generar un cambio que se fundamente en la cooperación con otros.

    El Antropoceno se puede abordar también desde una perspectiva cosmológica. En las últimas tres décadas se han identificado más de 4 mil exoplanetas y sus principales características (como si son rocosos o gaseosos o si tiene atmósfera). Se espera que para la década de 2030, sea posible detectar signos de la existencia de agua líquida y como es la composición de la atmósfera de esos planetas. Conocer esta información llevaría a conocer la fase evolutiva de los planetas y saber si en algún punto han alcanzado alguna fase ambiental similar a la de la Tierra.

    Todo esto ha llevado a pensar si existe una fase de la Tierra que en la que la biosfera gestione de manera consciente el planeta para su habitabilidad. La economía global y la innovación tecnológica actúa también como un mecanismo que puede influir en la habitabilidad de la Tierra. Existe una posibilidad de que en el futuro sea posible gestionar de manera consciente los sistemas físicos, químicos y biológicos del planeta para mantener la habitabilidad y armonía de la biosfera.

    Las investigaciones indican que es posible que en 30 años se llegue a una estabilidad, en la que los ecosistemas del planeta sean más resilientes. Es este panorama, también es posible que la economía mundial sea más resiliente al operar en un espacio operativo seguro, al mismo tiempo que favorece a resiliencia de la Tierra.

Datos cruciales: 

    1. Durante la etapa de invernadero cálido, la temperatura promedio del planeta era 5 a 10°C más cálida que el promedio pre-industrial de 14°C, y el nivel del mar era 70 metros más alto en comparación del nivel actual.

    2. Los recursos como suelos, bosques, metales, la atmósfera y el agua, son la base de la economía global de 86 billones de dólares.

    3. En 2021, la reducción de gases de efecto invernadero fue de 7% anual.

Nexo con el tema que estudiamos: 
    La dinámica actual de la economía en la que se continúa buscando un crecimiento económico y generación de riqueza por medio de la explotación desmedida de los recursos de la Tierra ha llevado al planeta a sobrepasar límites planetarios que se establecieron para asegurar las condiciones necesarias para la vida. Esto ha demostrado que el sistema económico actual no es compatible con la crisis climática, de manera que se deben crear nuevas bases para la economía global que respeten los ciclos naturales de los recursos con la finalidad de salvaguardar la naturaleza y la propia existencia de la humanidad. La cooperación entre la sociedad, los gobiernos y las empresas es indispensable para actuar ante la crisis planetaria.