Fossil fuel demand must fall by a quarter by 2030 to limit global warming, IEA says

Cita: 

Millard, Rachel [2023], "Fossil fuel demand must fall by a quarter by 2030 to limit global warming, IEA says", Financial Times, London, 26 de septiembre, https://www.ft.com/content/44f71221-f99f-4d44-a46d-4255c085f199

Fuente: 
Otra
Fecha de publicación: 
Martes, Septiembre 26, 2023
Tema: 
Proyecciones de 2023 de la Agencia Internacional de Energía, para cumplir los objetivos de la descarbonización de la matriz energética mundial en 2050
Idea principal: 

    Rachel Millard es corresponsal de energías “limpias” para el periódico inglés Financial Times. Anteriormente, desempeñó labores en medios como The Argus, The Daily Mail, The Sunday Times y The Daily Telegraph. Se ha dedicado a investigar temas de negocios, seguridad pública, recursos energéticos y energías renovables.


    En este artículo se habla de la urgencia de reemplazar rápidamente a las energías fósiles por las “renovables”, con el fin de alcanzar las “cero emisiones netas” de gases de efecto invernadero (GEI) en todo el mundo, para 2050 (Dato crucial 1). Esto, partiendo de recientes proyecciones hechas por la Agencia Internacional de Energía (IEA, por su sigla en inglés), presentadas en su reporte Net Zero Roadmap. A Global Pathway to Keep the 1.5 °C Goal in Reach.

    En medio de tensiones entre esta agencia y la industria fósil, a punto de ocurrir la conferencia climática de las partes de Naciones Unidas (COP28) -a finales de noviembre, en Emiratos Árabes Unidos-, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEC, por su sigla en inglés) acusó a la IEA de propiciar la volatilidad y de asustar a sus inversores. Igualmente, en el 24° Congreso Mundial del Petróleo -llevado a cabo entre el 17 y 21 de septiembre, en Canadá-, productores de gas y petróleo adoptaron narrativas que buscaron desestimar las proyecciones de la Agencia.

    La IEA estima que los nuevos proyectos fósiles corren severos riesgos comerciales, si la demanda de hidrocarburos en efecto disminuye; puesto que ya existe la infraestructura suficiente, lo que los hace innecesarios. También advirtió que, en paralelo a la disminución de la demanda de hidrocarburos, es necesario impulsar el abastecimiento de energías “renovables”, con el fin de evitar cortes de energía y subidas de precio (Dato crucial 2).

    A pesar de que se reconoce que ha habido avances importantes en el despliegue de energías “verdes”, por ejemplo, en el incremento del consumo de vehículos eléctricos y de paneles solares (Dato crucial 3); todavía se requiere que se intensifiquen los esfuerzos, especialmente, de las inversiones dirigidas hacia el sector energético “renovable” (Dato crucial 4).

    Debido a ello, la Agencia insistió en que resulta imprescindible la cooperación internacional para lograr los objetivos de las cero emisiones netas a mediados del siglo. Una tarea que, exhibió, economías “desarrolladas” como la de Reino Unido se han esmerado más en “aumentar la ambición, en lugar de reducirla”. Sin embargo, la IEA asegura que, de llevarse a cabo los proyectos planeados y la unión de esfuerzos internacionales, aún es posible limitar el calentamiento del planeta (Dato crucial 5).

Datos cruciales: 

    1. Desde 2021, la Agencia Internacional de Energía (IEA, por su sigla en inglés) apunto que ya no se debían aprobar nuevos proyectos de exploración fósil, si se quería alcanzar el objetivo internacional de limitar el aumento de la temperatura promedio global a 1.5° Celsius, con respecto al periodo pre-industrial. En tal sentido, la gráfica 1 presentada por la IEA pretende limitar las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) a “cero neto”, para 2050:

    2. La IEA señala que la demanda de combustibles fósiles tiene que disminuir 25% para 2030 y 80% para 2050. Esto implica que la demanda de petróleo tiene que pasar de 100 millones de barriles por día, a 77 millones diarios, para 2030; y la demanda de gas natural de 4 150 millones de metros cúbicos en 2022, a 3 400 millones de metros cúbicos, para 2030. Asimismo, para finales de la década de 2020, es necesario que las emisiones de metano del sector energético disminuyan 75%, lo que costaría aproximadamente 75 mil millones de dólares, cifra equivalente al 2% de los ingresos netos de la industria del petróleo y el gas durante 2022. De igual manera, para 2030, es necesario que se triplique la capacidad de las energías “renovales” y que la eficiencia energética se duplique. La siguiente imagen ilustra 4 gráficas que describen lo anterior.

    3. La venta de tecnologías basadas en fuentes energéticas “renovables” ha tenido grandes aumentos en la última década, sobre todo desde 2016 -un año después de la firma del Acuerdo de París (2015)-. En la gráfica 2 se muestran los casos de las instalaciones solares, la venta de coches eléctricos, las adiciones de almacenamiento de batería y la venta de bombas de calor residenciales.

    4. Se precisa que la inversión en energías “limpias” pase de 1.8 billones de dólares en 2023, a 4.5 billones de dólares anuales, hasta principios de 2030. El retraso de la descarbonización de la matriz energética, luego de 2050, podría generar costos significativos, de hasta 1.3 billones de dólares al año. Esta cifra es equiparable a 50% más que la inversión total en el suministro de combustibles fósiles de 2022.

    5. Un ejemplo de la potencial cooperación internacional, junto a la reorientación de las inversiones en el sector fósil, se ilustra en las proyecciones de la fabricación de energía solar fotovoltaica, que de cumplirse a cabalidad los proyectos anunciados, incluso superaría los niveles necesarios para lograr las cero emisiones netas en 2030. En la gráfica 3 se puede notar, a la par del despliegue de otras tecnologías “renovables” importantes.

Trabajo de Fuentes: 

International Energy Agency [2023], Net Zero Roadmap. A Global Pathway to Keep the 1.5 °C Goal in Reach, IEA, Paris, septiembre, 226 pp, https://iea.blob.core.windows.net/assets/13dab083-08c3-4dfd-a887-42a3ebe...

Nexo con el tema que estudiamos: 

El monopolio de las tecnologías “verdes” de alta gama lo detentan empresas de los países centrales, por lo que sólo éstos serán capaces de llevar a cabo una transición energética “gradual y controlada” por sus respectivos gobiernos. Sin embargo, esta no será la misma situación que atraviesen los países periféricos y sus poblaciones; puesto que éstos se encuentran históricamente despojados, violentados y vulnerados por los antiguos imperios -ahora llamados “desarrollados”-, desde el siglo XV.

La carrera por la descarbonización de la matriz energética no la corren todos los Estados desde el mismo punto, ni con las mismas capacidades tecnológicas e infraestructurales. A esto todavía debe sumarse que sólo algunos Estados fungen de espacios construídos como “vacíos” y, por lo tanto, vacíables; por lo que no sólo los países periféricos continuarán emitiendo gases de efecto invernadero para acelerar el extractivismo “verde” impulsado por los centrales, sino que también continuarán siendo los más afectados en términos socioecológicos, porque se trata de la (sobre)explotación de sus propios territorios y poblaciones.