Adam Satariano es es corresponsal de tecnología con sede en Europa, donde su trabajo se centra en la política digital y la intersección de la tecnología y los asuntos mundiales.

Megan Especia es corresponsal internacional del periódico New York Times, con sede en Londres, y cubro Gran Bretaña e Irlanda y, más recientemente, la guerra en Ucrania.

En 1950, el matemático Alan Turing hizo un estudio para responder la interrogante sobre ¿Pueden pensar las máquinas? Donde concluye que es un campo en el que hay mucho por estudiar.

Actualmente, muchos formuladores de políticas, investigadores y líderes tecnológicos asistieron a la Cumbre de Seguridad de Inteligencia Artificial (IA) en Gran Bretaña, donde el primer ministro Rishi Sunak espera que dicho país se coloque como líder en la carrera global para aprovechar y regular la IA

Posteriormente, Gran Bretaña publicó un documento llamado Bletchley Declaration [https://www.gov.uk/government/publications/ai-safety-summit-2023-the-ble... ] (Declaración de Bletchley), firmado por representantes de los 28 países que asistieron al evento, incluidos Estados Unidos y China, donde se advierte sobre los peligros que plantean los sistemas de IA. Por lo que los riesgos deben ser abordados de forma conjunta a nivel internacional para garantizar una IA responsable, confiable y centrada en el ser humano. Sin embargo, el documento no presentó objetivos claros para llevar a cabo los problemas, pero se planteó dos reuniones más en Corea del Sur y Francia.

La preocupación internacional sobre la IA se ha apresurado para enfrentar los riesgos que conlleva, sobre todo por los avances tecnológicos que suceden con rapidez como ChatGPT que desarrolla tareas de captación de información y escritura.

La IA crea vertientes positivas y negativas. Positivas porque las generaciones futuras de IA podrían ayudar en el diagnóstico de enfermedades, a combatir el cambio climático y mejorar procesos productivos. Negativas porque pondrían en riesgo empleos, brindarían desinformación a través de campañas y afectaría la seguridad nacional por ciberataques y diseño de armas biológicas o químicas.

Por estas razones, la Declaración se considera un hecho decisivo a largo plazo porque se tiene actualmente un aumento de la presencia de tecnología y el sector gubernamental. Diversos personajes de la vida pública estuvieron presentes como Elon Musk, ejecutivo de tecnología, y el rey Carlos III de Reino Unido, quien afirmó la necesidad de garantizar la evolución de la tecnología de manera segura. También estuvieron como representantes de Estados Unidos la vicepresidenta Kamala Harris y Gina Raimondo, secretaria de comercio. Así como también ejecutivos de empresas fundamentales para la tecnología e inteligencia artificial, como Anthropic, Google DeepMind, IBM, Meta, Microsoft, Nvidia, OpenAI y Tencent.

En el caso de China, el viceministro de ciencia y tecnología Wu Zhaohui, afirmó que su nación esta abierta al diálogo que compete a la IA y la seguridad, debido a que también están trabajando en dicha relación al considerarla incierta y carente de transparencia. Sin embargo, la presencia del país asiático generó críticas, pero Rishi Sunak contestó que para llevar a cabo una estrategia apta para la IA, deben participar las principales potencias económicas y tecnológicas del mundo.

Por otro lado, el liderazgo que busca Gran Bretaña también ha sido criticado y cuestionado porque Rajeev Chandrasekhar, ministro de tecnología de India. Dijo que las políticas deben ser establecidas en conjunto por parte de las naciones en lugar de centralizarse en un país.

Posteriormente a la reunión, Snuak planteó el desarrollo de una conferencia con Elon Musk, mediante su red social X. Sin embargo, la reunión será un hecho aislado porque no se tomarán en cuenta en la reunión a autoridades gubernamentales de gran importancia como los presidentes Joe Biden de Estados Unidos, Emmanuel Macron de Francia y el canciller Olaf Scholz de Alemania, lo cual complicaría el panorama porque muchos países están trabajando en leyes y regulaciones en IA distintas.

Por ejemplo, Estados Unidos, hizo una orden ejecutiva que exige que las empresas de IA evalúen los riesgos de seguridad nacional antes de abrirse al público en general. Por otro lado, Unión Europea está promoviendo una ley que busca proteger a los ciudadanos ante cualquier peligro. Mientras que China está optando por medidas más agudas como la censura.

Los anteriores casos son contrarios a lo que está trabajando Gran Bretaña, quien considera que las leyes actuales son suficientes, por lo que no hay necesidad de tomar decisiones precipitadas para su regulación. Sin embargo, es complejo visualizar la forma en que deben de desarrollarse y promulgarse las leyes cuando no se ha comprendido en su totalidad a la IA.