Confessions of a McKinsey Whistleblower

Cita: 

Lovely, Garrison [2023], "Confessions of a McKinsey Whistleblower", The Nation, 5 de septiembre, https://www.thenation.com/article/society/mckinsey-whistleblower-confess...

Fuente: 
Otra
Fecha de publicación: 
Martes, Septiembre 5, 2023
Tema: 
Corporativismo
Idea principal: 
    .

    Garrison Lovely es periodista independiente. Ha escrito artículos para BBC Future, Vox, The Nation, Jacobin y Current Affairs. Estudió en la Universidad de Cornell, donde fue cofundador del Proyecto de Reforma y Educación Penitenciaria. Actualmente, es presentador del podcast The Most Interesting People I Know.


    El objetivo del autor es denunciar cómo durante su estadía como pasante, y posteriormente como empleado en la consultoría de gestión McKinsey&Company, presenció decisiones antiéticas cuya finalidad eran “ejecutar, no hacer política”, a favor del cliente. En su texto, relata su experiencia en la prisión de la Isla Rikers y en el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por su sigla en inglés), que además de dar cuenta de la inmoralidad ultrasecreta de la consultoría, la acusa de explotación laboral.

    Garrison entró como pasante en McKinsey a los 21 años de edad, cuando la consultoría llevaba nueve meses gestando un proyecto para reducir la violencia en la Isla Riker, principal complejo carcelario de Nueva York. Cuando estaba en la universidad, fue co-fundador de un proyecto de reforma penitenciaria y pensó que, con McKinsey, podría ayudar a humanizar la dirección de la isla, especialmente después de presenciar la brutalidad policial contra Kalief Browder, acusado de robar una mochila a los 16 años y que se suicidó poco después de la llegada de Garrison.

    El trabajo de McKinsey consiste en crear planes de gestión para gobiernos, Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC) y empresas con fines de lucro, manteniendo en secreto su participación en los proyectos y su lista de clientes, así como organizando equipos de jóvenes sobreeducados para resolver los problemas más difíciles de los adquisidores. La empresa tuvo una participación importante en el colapso de Enron, y su proyecto en la Isla Rikers, eventualmente, también fracasó (datos cruciales 1 y 2).

    Garrison pasó diez semanas trabajando en el Departamento de Correccionales de Rikers, para posteriormente ser promovido a un equipo cuyo trabajo era desarrollar planes para una “instalación modelo” en el Centro George R. Vierno, una de las diez cárceles de la isla. El autor declara que el trabajo fue particularmente difícil debido al contenido y la cantidad laboral: “[en McKinsey] la propia capacidad de sufrir y sostener horas inhumanas de trabajo es probablemente un mejor predictor de éxito que la inteligencia”.

    Garrison entró de tiempo completo a McKinsey en 2016; en 2017, después de la victoria de Trump en las elecciones presidenciales estadounidenses, fue asignado a la gestión de un proyecto para ICE. Debido al discurso anti-migratorio del nuevo presidente, el equipo de Garrison tuvo la tarea de diseñar una “transformación organizativa” en ICE, cuyos objetivos consistían en “arrestar a más personas con los recursos disponibles” y “eliminar a las personas más rápido”.

    A pesar de que el propósito declarado de la empresa es “ayudar a crear un cambio positivo y duradero en el mundo”, Garrison la etiqueta como una “institución inmoral, dispuesta a hacer casi cualquier cosa por casi cualquiera que le pague”. Al respecto, menciona que durante su participación en ICE, los quince miembros de su equipo hablaron con Richard Elder, director del proyecto y socio principal de McKinsey, quién únicamente respondió: “la empresa se encarga de la ejecución, no de la política”; en Rikers, cuando propuso a su equipo eliminar la fianza en efectivo para reducir el número de personas en la cárcel a más de la mitad, obtuvo la misma respuesta.

    El trabajo de ICE afectó la salud mental de Garrison, quien todas las noches leía noticias sobre el impacto de la institución en las vidas humanas: “mi trabajo ya no parecía inocuo; en cambio, sentí que estaba sentando las bases para el desastre humanitario”. No obstante la “obligación de disentir”, uno de los principios más promocionados dentro de McKinsey, Garrison finalmente fue convencido por un colega (también inmigrante), para sabotear el proyecto desde dentro.

    Aunque el autor pasó las siguientes semanas construyendo modelos, su estrategia consistió en presionar a ICE para adoptar el cronograma más largo posible e ignorar la deserción cuando establecieran objetivos de contratación. Durante su última semana, la oferta para extender su tiempo de trabajo fue rechazada por el manager de Garrison, quién empezaba a notar que los esfuerzos para implementar las opciones de contratación menos dañinas causaron una profunda depresión en su cliente.

    Posterior a su trabajo en McKinsey, Garrison participó en el libro de Walt Bogdanich y Mike Forsythe Cuando McKinsey llega a la ciudad y se presentó como autor de la exposición de la compañía en Current Affairs. En junio de 2019, fue arrestado junto con 35 personas más por bloquear el tráfico fuera de un centro de detención de ICE en Elizabeth, Nueva Jersey, motivado sí por su interés en el problema, pero también conmovido por la culpa que le causó su participación en el proyecto.

    Aunque Garrison reconoce que McKinsey es la sociedad privada más grande del mundo y que su trabajo ahí mejora sus perspectivas de empleo, hace dos propuestas para penalizar a la empresa. La primera es que los gobiernos investiguen los contratos de McKinsey, con precedentes ya existentes como cuando en 2022 fue citada al Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes para explicar el papel de la empresa en la epidemia de opioides. La segunda es prohibir a McKinsey establecer campañas de reclutamiento en los campus de las universidades o proporcionarles expedientes de los posibles candidatos que denuncien la conducta de la empresa.

    El autor concluye diciendo que su paso por McKinsey será la credencial que más valide su inteligencia, ambición y crueldad como activos preciados para obtener ganancias en el mundo corporativo. Propone una des-McKinsey-ficación social, para que la existencia de la corporación no sólo beneficie a las personas que trabajan en ella: “sabremos que las cosas han mejorado sólo cuando el nombre de ‘Mckinsey’ se convierta en lo que aprendí que debería de ser: una fuente de vergüenza”.

Datos cruciales: 

    1. El uso de la fuerza de los guardias de Rikers ha aumentado desde 2016, alcanzando lo que un monitor federal llamó un “máximo histórico” en 2020. En 2021, los cortes y apuñalamientos aumentaron 1,000% con respecto a 2011. En mayo de 2022, la ciudad de Nueva York dejó de usar el Sistema McKinsey ideado en 2016, en el que se gastaron 25.7 millones de dólares.

    2. Aunque en el sitio web de McKinsey aparecen gobiernos y OSC, el autor menciona que sólo un 10% del trabajo de la empresa se centra en esos sectores.

    3. McKinsey es considerada la consultora más prestigiosa del sector. En 2022, reportó más de 15 mil millones de ingresos y 45,000 personas empleadas en 133 oficinas alrededor del mundo; asimismo, ha atendido a más de 3,000 clientes, incluyendo casi todas las 100 corporaciones más grandes del mundo.

    4. Trump ordenó a ICE contratar a 10,000 oficiales de deportación adicionales, triplicando los niveles de personal existentes.

Nexo con el tema que estudiamos: 

    La participación de corporaciones privadas en la administración y organización de organismos públicos, privados y de la sociedad civil prioriza las ganancias económicas, en detrimento de las vidas humanas. Estas corporaciones atienden, principalmente, a empresas transnacionales y suelen utilizarse para el cabildeo y el desvío de recursos.