En Tracy, California, la empresa Heriloom Carbon Technologies construyó la primera planta comercial de Estados Unidos que de forma directa captura carbono del aire. En Islandia hay otra planta de este tipo, y algunos científicos señalan que la técnica podría ser central para luchar contra el cambio climático.

Heirloom pretende tomar el dióxido de carbono que extraerá del aire y sellarlo de forma permanente en concreto. Para financiarse, la empresa vende créditos de captura de carbono a empresas que pagan para poder compensar sus emisiones. Por ejemplo, Microsoft firmó un acuerdo con Heirloom (Dato Crucial 1).

La planta solo puede absorber una modesta cantidad de dióxido de carbono (Dato Crucial 2); pero Heirloom quiere expandir sus operaciones. Mientras tanto, la tecnología para capturar carbono está proliferando y han surgido múltiples empresas que pretenden volverla un gran negocio. Además, la administración de Biden otorgó apoyos sustanciales para impulsar la captura de carbono (Dato Crucial 3). Asimismo, empresas como Airbus y JP Morgan Chase están comprando grandes cantidades de créditos de carbono para cumplir con sus compromisos climáticos.

Los críticos de la tecnología de captura de carbono señalan que ésta es demasiado costosa (Dato crucial 4), que puede desviar la atención de la necesidad urgente de disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero, y que las compañías pueden usarla para prolongar el consumo y producción de combustibles fósiles. Por otra parte, otros señalan que para evitar lo peor del calentamiento global será necesario reducir drásticamente las emisiones, al tiempo que será necesario la aplicación de la tecnología de captura de carbono para eliminar millones de toneladas de CO2 de la atmósfera antes de 2050.

Rocas que absorben carbono

La tecnología que usa Heirloom se basa en las reacciones químicas de la piedra caliza. Dicha roca se forma de manera natural cuando el óxido de calcio se une con el dióxido de carbono. En la planta de Heirloom ese proceso se acelera calentando la piedra caliza en hornos para que esta libere el dióxido de carbono, el cual es almacenado en tanques. Después, el óxido de calcio es humedecido, colocado en bandejas y expuesto al aire libre por tres días durante los cuales se vuelve a formar piedra caliza; entonces, la piedra se lleva al horno y el ciclo se repite.

Uno de los problemas de dicho proceso es el almacenamiento de dióxido de carbono; aunque empresas como CarbonCure atienden el problema mezclando CO2 con hormigón mineralizando e impidiendo que el gas escape. En el futuro, Heirloom planea enterrar el CO2 bombeándolo a pozos de almacenamiento subterráneos.

Los elevados costos de la tecnología de captura de carbono hacen que sea la forma más cara de mitigar las emisiones de CO2; pero Heirloom busca masificar y aumentar la eficiencia de su tecnología para reducir los costos hasta llegar a un costo de 100 dólares por tonelada de carbono capturado.

Conseguir la cantidad suficiente de energía limpia que demanda el proceso de captura de carbono es otro problema. Las plantas de captura de carbono requieren demasiada energía y se debe garantizar que no se aumenten de forma indirecta las emisiones al acaparar la energía limpia destinada a otros usos.

Pagar por la eliminación del carbono

Hay clientes que están dispuestos a pagar por la captura de carbono aun si ésta sigue siendo muy costosa. Uno de ellos es Microsoft, principal cliente de Heirloom, pues esta empresa busca lograr emisiones negativas de carbono para 2030. Para lograrlo deberá reducir sus emisiones y compensar las emisiones en actividades en las que no se pueden eliminar las emisiones como la producción del cemento que la compañía utiliza en sus instalaciones. Además de Heirloom, Microsoft está invirtiendo en múltiples proyectos de captura de carbono.

Sin embargo, son pocas las grandes compañías que han decidido apostar y pagar por la tecnología de captura de carbono. Por tanto, para impulsar este mercado en septiembre de 2023 el Departamento de Energía de Estados Unidos anunció una fuerte compra de créditos de carbono (Dato Crucial 6).

La cuestión del petróleo

En octubre de 2023, Heirloom declaró que no aceptaría inversiones de compañías de combustibles fósiles. Esta respuesta es relevante pues la empresa de gas y petróleo Occidental Petroleum es de los actores que encabezan la captura directa de carbono. De hecho, dicha empresa está construyendo una planta de captura directa de carbono en Texas con una gran capacidad (Dato Crucial 7).

La idea de Occidental Petroleum es inyectar el dióxido de carbono capturado en pozos petroleros agotados para extraerles aún más crudo, de tal forma que las nuevas emisiones de petróleo estarían compensadas por el dióxido de carbono inyectado que permanecería bajo tierra. Además, otra parte del dióxido de carbono capturado sería enterrado en acuíferos salinos subterráneos para vender créditos de eliminación de carbono.

La propuesta de la compañía petrolera ha generado críticas que señalan que no deberían verse las tecnologías de captura de carbono como una forma para seguir quemando combustibles fósiles. Sin duda, el debate sobre el papel de la tecnología para capturar carbono está abierto y su importancia incrementa en la medida que estas tecnologías están recibiendo cuantiosas inversiones.