Arielle Paul es una periodista que se enfoca a negocios y bienes raíces comerciales bajo un enfoque de sostenibilidad y cambio climático.

Dubái en Emiratos Árabes Unidos, tiene un ambiente desértico, sin embargo, la tecnología ha permitido que esta ciudad sea un lugar capaz de tener piscinas, zonas para esquiar, hábitats aptos para pingüinos, entre otras excentricidades.

Para poder sostener todos los lujos relacionados con el agua en Dubái, es necesario una gran cantidad de agua dulce. Debido a que no tienen la capacidad de obtenerla de manera natural, tienen que tomar agua del mar y desalinizarla por medio de tecnologías. Este proceso genera residuos como salmuera y compuestos químicos que terminan en el Golfo Pérsico, de manera que los residuos desechados provocan un aumento de la salinidad, afectando no solo a la vida marina, sino también a las actividades económicas, como la pesca. Adicional a todos impactos por la desalinización, también están los efectos del cambio climático en el Golfo Pérsico.

La combinación de los efectos por la desalinización y el cambio climático provocarían un aumento de la temperatura en el Golfo Pérsico (dato crucial 1). A pesar de que Dubái ha tomado algunas medidas para reducir el impacto de sus acciones, estas no han sido suficientes, de manera que se encuentra bajo una presión por tomar acciones más eficientes, sobre todo porque la ciudad será sede de la COP28 a finales del año 2023.

El agua potable resultado de la desalinización no solo cumple con la función de abastecer los lugares turísticos como las fuentes, sino que también abastece de agua potable a los residentes y turistas de la ciudad (dato crucial 2). En Jebel Ali se encuentran 43 plantas de desalinización de agua, las cuales funcionan con combustibles fósiles, lo que contribuye de manera significativa en las emisiones globales (dato crucial 3).

Dubái no es la única ciudad que utiliza la tecnología para desalinizar el agua. Cada vez hay más ciudades que también lo hacen como un medio para sobrevivir a las sequías. En el caso de Estados Unidos, Florida es el principal estado que utiliza este tipo de tecnología.

En Dubái existen diferentes atractivos turísticos que demandan miles de litros de agua al día (dato crucial 4). Toda la demanda de agua afecta de manera directa a los cuerpos de agua cercanos, además de impulsar el crecimiento de algas o mareas rojas en el Golfo Pérsico (dato crucial 5).

Dubái ya ha presentado algunas iniciativas ambientales para disminuir su demanda de energía y de agua para 2030 en 30%, además espera que para 2050 toda la producción energética sea a partir de fuentes renovables.

Uno de los principales problemas en el Golfo Pérsico se debe a la salinidad. En el mar, la cantidad de sal se encuentra entre 3.5 y 4.5%, mientras que en el Golfo se encuentra en el extremo de 4.5%; es decir, el aumento de la salinidad como consecuencia de la salmuera afectaría aún más a los arrecifes de coral y la vida marina (dato crucial 6). Los ecosistemas marinos también están siendo afectados por la gran demanda de agua en Dubái, provocando la pérdida de ecosistemas como los manglares, generando zonas muertas en los océanos.

Se han buscado nuevas alternativas para la desalinización del agua que sean menos dañinas para el ambiente. Entre estas nuevas opciones se encuentra la ósmosis inversa, una tecnología que Dubái utiliza desde 2021. Sin embargo, este proceso aún libera salmuera, de manera que se están buscando otras tecnologías para tratar las aguas residuales salinas.