Befouling the Final Frontier

Cita: 

Green, Jaime [2023], "Befouling the Final Frontier", The New York Times, New York, 5 de noviembre, https://www.nytimes.com/2023/11/05/magazine/commercial-satellites-space-...

Fuente: 
Otra
Fecha de publicación: 
Domingo, Noviembre 5, 2023
Tema: 
No hay fronteras para el capital: el espacio exterior, un negocio rentable en potencia.
Idea principal: 

Jaime Green es editora, escritora y freelance estadounidense. Tiene estudios en la Universidad de Brown y Columbia en escritura creativa y no ficción. Ha sido editora asociada en Future Tense, un esfuerzo literario de la revista Slate, New America y la Universidad Estatal de Arizona. Es profesora en la Universidad Smith y Johns Hopkins en el programa de maestría en escritura científica.


Para 2030, la Estación Espacial Internacional (EEI) se retirará de la atmósfera y formará parte de las misiones terminadas en la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA). El entorno en donde flotaba ha cambiado radicalmente a lo largo de los años, esto por el aumento de satélites en la órbita y desechos espaciales que atraviesan todo el cielo (dato crucial 1). No solo físicamente ha cambiado el espacio orbital, sino la forma en cómo se le piensa y utiliza.

La empresa internacional, Deloitte -quien ofrece servicios de contabilidad, consultoría, auditoría y asesoría- a través de un video, sugiere que el espacio exterior es un negocio rentable en potencia (dato crucial 2). En el cortometraje, se relata que llegar al espacio es más accesible tecnológica y financieramente; ejemplos de esto son las misiones de reabastecimiento en los que la NASA subcontrata operadores comerciales. De igual manera, el turismo espacial, exploración y descubrimiento científico son otros esfuerzos. Uno de los objetivos de la misión de la EEI era explotar el espacio, así como la investigación en la seguridad de los astronautas y nuevas tecnologías espaciales para facilitar la comercialización de la órbita terrestre baja (OTB). Además de lo anteriormente planteado, la NASA planea regresar a la Luna posiblemente en 2024, y en un futuro, mandar personas a Marte.

Cuando la EEI inició misión en 1998, la mayoría de los satélites que orbitaban eran gubernamentales, ya que éstos cubrían proyectos militares, de ciencia espacial y observación metodológica, de Estados Unidos y la Unión Soviética (dato crucial 3). La gran superficie de la OTB fue testigo del lanzamiento de Sputnik y los transbordadores espaciales; sin embargo, en la última década las empresas han prestado más atención a la órbita geosincrónica debido a las características de ésta (dato crucial 4). Si bien, con el fin de la Guerra Fría disminuyó la presencia de satélites, la innovación tecnológica de ese momento histórico ayudó a impulsar energía solar y otros descubrimientos.

El astrónomo Jonathan McDowell ha construido un archivo dedicado a la historia del programa espacial, en el que se encuentran piezas de los equipos que fueron lanzados a órbita. Este esfuerzo trata de plasmar la historia de la humanidad en el espacio. Gracias a esto se conocen los cambios y objetos en órbita. Los satélites predominantes durante las décadas de los años 50 y 60 pertenecían a superpotencias con fines militares o civiles; en la década del 70, a empresas de telecomunicaciones; y a partir de la última década, fueron fines comerciales a través de satélites de mega constelaciones. El periodo desde 2003 hasta la actualidad, es denominado como era democrática, según McDowell, ya que derivado del avance tecnológico cualquier persona (laboratorios o empresas) puede lanzar un satélite.

Uno de los ejemplos más conocidos de satélite de mega constelaciones es Starlink de SpaceX, proveedor de banda ancha espacial y propiedad de Elon Musk, quien tiene en su poder un gran número satélites (dato crucial 5). El funcionamiento de estos satélites es diferente a los demás: cruzan el cielo linealmente y son lanzados en lotes de 50 a 60 unidades, dando como resultado el dominio del espacio, acelerando así el hacinamiento en la OTB.

Esto resulta un problema, ya que si existen más satélites orbitando, aumenta el riesgo de una colisión por diferentes causas (dato crucial 6). Ejemplo de esto, fue el choque entre un satélite ruso desaparecido y uno de la empresa de telecomunicaciones Iridium a 500 millas sobre Siberia en 2009. El incidente dio como resultado, además de escombros (dato crucial 7), la acción de agencias del gobierno estadounidense para controlar el tráfico espacial, rastrear satélites y monitorear los desechos grandes. Se piensa que esto ayudará a futuras alertas en situaciones de colisión, con ayuda de la propulsión a bordo en sistemas de los satélites.

Existe el síndrome de Kessler (en honor al ex científico de la NASA, Donald Kessler) en el que se produce un escenario fatídico debido al hacinamiento orbital: se ve rebasada la capacidad de ocupación de la OBT, y entonces al suceder una coalición, sería en cascada, haciendo inutilizable el espacio orbital. La astrónoma Samantha Lawler pone énfasis en la contaminación, misma que hace lucir al espacio exterior como un campo de balas que imposibilita el funcionamiento pleno de satélites.

Asimismo, otro de los factores que incentiva a una coalición son los satélites Starlink, quienes obstaculizan investigaciones astrológicas a través de oclusiones visuales y ruidos de radio. Aunque lo más preocupante es la dispersión de cuerpos adicionales a causa de la luz ambiental y que podrían poner en riesgo el cielo nocturno.

Al igual que el astrónomo McDowell, la arqueóloga Alice Gorman, investiga la presencia humana pero a través de la basura espacial. Ella comparte que hay que pensar en la órbita como un entorno más, y no como un vacío y los objetos puestos en ella. Su argumento es que este problema viene desde hace décadas, en la que los estados no han hecho más que proliferar esto a través de licencias sin coordinación y siguiendo el objetivo de la búsqueda de ganancias. En estos momentos, la actividad en la OBT refleja la historia del hipercapitalismo y la promesa de ganancia que significa las mega constelaciones, aun si eso significa dejar inutilizable la órbita para futuras generaciones. La metáfora utilizada por la empresa Deloitte al nombrar al espacio como frontera, fue recuperada del artículo de Lisa Messeri en 2017. En éste se plantea al espacio exterior desde una óptica pasiva, como un paisaje a merced y propósito del sustento humano.

Gorman nos ofrece un vista diferente de la basura en órbita: “el polvo interplanetario se mezcla con el polvo de máquinas derivado de la descomposición de materiales fabricados por el hombre en las duras condiciones de las partículas de alta energía, los micrometeoritos, los elementos atómicos y la colisión con otros desechos espaciales. Esta mezcla de polvo es la firma arqueológica de una especie espacial”. La anterior cita puede ofrecernos un vistazo a lo que se ha construido a través de la investigación y actividades que trascienden la frontera de nuestro planeta, dando como resultado la existencia interplanetaria.

Al final del artículo, se rescata la novela de ciencia ficción Star Maker de Olaf Stapledon, para explicar que hoy en día se aplican viejos conceptos a una realidad que nos rebasa. El mundo y su transformación nos exige repensar y recapitular las acciones pasadas para sanar los errores, y así, mejorar como especie espacial a futuro.

Datos cruciales: 

1. Desde 2011, los satélites en órbita se han multiplicado más de diez veces, un aproximado de 8 500 satélites.

2. Para 2035, se piensa que el negocio de la órbita terrestre aspire a 312 mil millones de dólares anuales.

3. En 1998, existían 600 satélites en órbita; 200 giraban en la órbita terrestre baja.

4. La órbita geosincrónica se encuentra a 22 000 millas sobre la Tierra. Los satélites que se ubican aquí obtienen una mayor visión del hemisferio del planeta.

5. Starlink posee 5 000 satélites en OTB, mismos que se planeaba, asciendan a 40 000 en futuro.

6. Un objeto en la OBT debe de moverse a 17 500 millas por hora, de lo contrario, cae a la Tierra. Asimismo, al no orbitar de manera paralela e igual, los caminos logran cruzarse.

7. A partir de este incidente se originaron 2000 pedazos de escombros, de cuatro pulgadas, sin contar los restos más pequeños.

Nexo con el tema que estudiamos: 
En este texto, Jaime Green nos presenta la dinámica de las empresas transnacionales en el espacio exterior, desde una mirada histórica y analítica. Este artículo expone la necesidad del capital de buscar nuevos espacios a través de una combinación de desplazamientos; temporal, a través de infraestructuras; y espacial, con la apertura de nuevos mercados. Este ejemplo solo nos deja ver que no existió, ni existe, alguna frontera para el capitalismo y su acumulación aún si eso significa el fin de la oscuridad y el ser humano.