El 2023 ha sido el año más cálido en los últimos 125 000 años, ejemplo de ello fueron: las olas de calor en Phoenix y Argentina, incendios forestales en Canadá, inundaciones mortales en Libia, y el bajo hielo sin precedentes de los mares cerca de la Antártida. Durante la segunda parte del año, se registraron temperaturas globales anormales, mercurio subiendo puntos mensualmente, y la primavera presente durante diciembre en el noroeste de Estados Unidos.

Para conocer más sobre los nuevos cambios del clima del planeta, científicos realizan pruebas en erupciones volcánicas, océanos y la contaminación de buques. Una de las hipótesis más preocupantes, es que estos cambios se deben al calentamiento del planeta, ya que éste al acelerarse, nos afecta más que antes. Chris Smith, científico climático de la Universidad de Leed, sostiene que las evidencias recolectadas refuerzan la hipótesis.

Si bien las temperaturas registradas durante el 2023 fueron altas extremas, éstas todavía se encuentran dentro del rango de temperaturas proyectadas de modelos computacionales. Ante esto, Andrew Dessler, científico atmosférico de la Universidad de Texas, argumenta que la excepcionalidad de este año no puede traducirse en pensar que los modelos computacionales están erróneos, ya que las temperaturas han sido fluctuantes pero con una tendencia cálida a razón de los factores cíclicos como El Niño. Dessler, reafirma su apoyo a los modelos computacionales hasta que se demuestre lo contrario respecto a que algo raro está sucediendo. Es de destacar que a partir del fenómeno de El Niño, se acentuó el calor, especulando sobre los calores históricos que tendrá el 2024.

Los científicos determinarán si en realidad está pasando algo a partir de la interacción de dos sucesos climáticos: el calentamiento procedente de los gases de efecto invernadero (dióxido de carbono) y el efecto de enfriamiento en diferentes tipos de contaminación industrial.

A lo largo de 174 años, el cielo se ha llenado de gases de efecto invernadero provenientes de la acción humana a través de aerosoles, partículas que se escapan de chimeneas y tubos de escape. Estas partículas al inhalarse son dañinas, y si se encuentran en la atmósfera, reflejan la radiación solar. Este tipo de contaminación, dicen los científicos, aceleró el aumento de temperatura desde hace 24 años. Debido a esto, algunos países han atendido la contaminación por aerosoles como un tema de salud pública.

El investigador climático James E. Hansen, a través de un informe argumentó que algunos científicos subestiman el calentamiento del planeta en los siguientes años, si los países solo se encargan de mitigar sus aerosoles, y no de reducir sus emisiones de carbono. La hipótesis de Hansen sobre que el calentamiento acelerará sus ritmos en los próximos años se sostiene a partir de datos y reconstrucciones de cambios climáticos entre edades de hielo durante en los últimos 160 000 años. Bärbel Hönisch, quien es científica del Observatorio Terrestre Lamont-Doherty en la Universidad de Columbia, asegura que conocer la larga historia del planeta, nos demuestra lo asombroso que puede parecer el hoy, ejemplificando un caso de emisiones de dióxido de carbono (dato crucial 1).

No obstante, Reto Knutti, físico climático de la Universidad Politécnica Federal de Zurich, refiere a los comentarios de Hansen como difíciles de comprobar con los patrones de años recientes. Knutti explica que la razón del calentamiento global va más allá del calor atrapado en la superficie terrestre, y depende mucho más de cómo éste se esparce por el planeta. Debido a estas investigaciones científicas, no se puede asegurar todavía que el calentamiento se acelerará.

Otro de los problemas para calcular con exactitud la contaminación, es el efecto de los aerosoles. El principal efecto de éstos es el enfriamiento del planeta a través de las nubes brillantes que desvían la radiación solar. Lo anterior resulta un problema, sostiene el geofísico de la NASA Tianle Yuan, ya que sacar conclusiones a partir del estudio de las nubes es difícil, dado que éstas tienen una efímera presencia que no deja suficientes rastros para un análisis.

En 2020 se realizaron regulaciones internacionales a la contaminación de los barcos, esto animó a que durante el 2023 se prestara más atención a los aerosoles. Un grupo de científicos tratan de hallar alguna correlación entre la regulación de los aerosoles y el aumento del calentamiento global.