Jason Hickel es antropólogo y profesor en la Universidad Autónoma de Barcelona. Su investigación se centra en la antropología económica y el desarrollo.

Durante las últimas décadas se ha desarrollado el campo de estudio de los determinantes sociales de la salud y la enfermedad. Este campo busca analizar los factores estructurales que inciden en los problemas de la salud, de igual manera, aquellos que causan desigualdades en este ámbito y los factores que evitan el acceso a los servicios médicos. Estudia conceptos como la violencia estructural, los determinantes comerciales y las causas de las causas de la enfermedad. Esto implica estudiar los sistemas políticos y económicos que están implícitos en el sistema capitalista.

El capitalismo surgió durante el siglo XVI y tiene tres aspectos que lo caracterizan:

1) Es un sistema antidemocrático, es decir, la producción y la distribución excedente se determinan por una élite, la cual es la encargada de controlar las inversiones y la dirección de las empresas.

2) Tiene el objetivo de maximizar el crecimiento, las ganancias y la acumulación.

3) Tiende a abaratar la mano de obra y la naturaleza, mientras externaliza los impactos sociales y ecológicos.

El capitalismo es un sistema mundial que se basa en la acumulación y la apropiación del trabajo, energía y materiales, los cuales son obtenidos de las economías en desarrollo del sur global. Su obtención se da de manera directa por medio del colonialismo, o bien, de manera indirecta a través de un intercambio desigual durante el comercio internacional.

El término de enfermedad capitalogénica se utiliza para entender como el sistema capitalista impacta en la salud. Jason Moore fue un geógrafo histórico que comenzó a utilizar el término de capital para explicar como la crisis ecológica es resultado del sistema capitalista y de la acumulación de capital. Por esta razón, esta misma idea se puede aplicar al campo de la salud y la desigualdad de enfermedades. A continuación, se mencionan ejemplos de la enfermedad capitalogénica:

1) Enfermedades relacionadas con la promoción corporativa de productos dañinos

Diversas industrias como la del tabaco, la de los alimentos azucarados o altamente procesados utilizan herramientas de marketing para llegar a los consumidores y fomentar ciertas actitudes en ellos, como las adicciones a sus productos. El consumo excesivo de estos productos ha llevado al desarrollo de enfermedades metabólicas y cardiovasculares. Esta dinámica es resultado de los determinantes comerciales, ya que depende totalmente del sistema capitalista, es decir, si existiera una preocupación por el bienestar humano, las corporaciones no adoptarían este tipo de estrategias que solo les benefician a ellas.

2) Enfermedades exacerbadas por regímenes de patentes

Este tipo de enfermedades se refiere a la limitación de producción o importación de medicamentos y vacunas que tienen relevancia médica. Para ejemplificar esto se encuentran las muertes causadas por el SIDA en la década de 1990, si bien, ya se conocían los antirretrovirales desde 1987 en Estados Unidos, estos no fueron asequibles hasta 2003. Esta situación se repitió durante la pandemia por Covid-19, las grandes farmacéuticas desarrollaron las patentes de la vacuna, sin embargo, estas vacunas no llegaron a las naciones vulnerables. Ambos ejemplos son casos en los que se pudo haber evitado miles de muertes si las farmacéuticas no hubieran puesto en primer lugar las ganancias económicas.

3) Enfermedades tropicales descuidadas

Las enfermedades tropicales se presentan comúnmente en el sur global (dato crucial 1). A pesar de que estas enfermedades afectan a millones de personas, las farmacéuticas no desarrollan medicamentos para tratar estas enfermedades ya que es poco rentable debido a que son enfermedades que se presentan en personas que no tienen la solvencia económica para adquirir los medicamentos. Este panorama habla de la necesidad que existe de implementar políticas públicas que apoyen la investigación y el desarrollo de medicamentos para afrontar este tipo de enfermedades.

4) Hambre y malnutrición

A pesar de que la mayoría de los países tienen la capacidad de asegurar el acceso a los alimentos con la mano de obra y tierras locales esto no ocurre. Debido al capitalismo, tanto las tierras como los alimentos se comercializan para obtener ganancias, de manera que el acceso a los alimentos solo es posible para aquellas personas que tienen las capacidades económicas para adquirirlos (dato crucial 2). Una manera de disminuir las tasas de malnutrición y desnutrición es el aprovisionamiento público. Uno de los países que ha aplicado este sistema es Cuba, un país en el que se garantiza el acceso a los requisitos nutricionales básicos, esta acción le ha permitido mantener tasas bajas de mortalidad por malnutrición que incluso son tasas más bajas en comparación con países desarrollados como Estados Unidos, Canadá y Francia.

5) Mortalidad relacionada con la pobreza

La esperanza de vida depende de factores como el acceso a bienes y servicios como la vivienda, el saneamiento y la atención médica. Sin embargo, muchas personas (sobre todo de la clase trabajadora) no tienen la capacidad de acceder a los servicios médicos y a una vivienda debido a los altos costos que estos servicios tienen. Específicamente en el sur global, se ha dado una privatización de los servicios, que afecta de manera directa a la población, especialmente en el aspecto de la salud.

6) Enfermedades relacionadas con el trabajo

El desempleo, los empleos precarios y el exceso de trabajo son causantes de enfermedades como trastornos, enfermedades cardiovasculares y problemas de salud mental. Todo esto se deriva de la estructura del sistema económico, es decir, un sistema que se beneficia de la mano de obra con salarios bajos y trabajos precarios. Una posible solución a este problema es la distribución uniforme del trabajo con salarios y condiciones de trabajo dignas.

7) Disparidades de salud en raza y género

La ideología del racismo ha llevado a la sobreexplotación de las personas, especialmente en el sur global. Esta sobreexplotación provoca notables desigualdades en factores como el acceso a la salud y los salarios entre países (dato crucial 3). En cuanto al género, las mujeres se ven afectadas por la ideología del patriarcado, en la que ellas son responsables de trabajo reproductivo y del cuidado no remunerado. Esta ideología también conlleva a enormes brechas de desigualdad de los salarios que tienen las mujeres y de limitaciones de acceso a servicios, como el de salud.

8) Impactos en la salud del cabio climático

El crecimiento desmedido, la búsqueda de ganancias económicas y la externalización de los costos ecológicos son características del sistema capitalista, un sistema que impulsa la crisis climática. Las inversiones en combustibles fósiles tienen una mayor rentabilidad en comparación con las energías renovables, lo que provoca que la transición a las energías limpias no se lleve a cabo. El cambio climático causa impactos en todos los niveles, incluida la salud, sobre todo en zonas más vulnerables que no tienen la capacidad de enfrentarse a estos, mientras que las naciones desarrolladas, que tienen una gran responsabilidad sobre el cambio climático, continúan con una búsqueda de ganancias económicas.

Nombrar a la enfermedad

Si bien, el capitalismo influye de manera significativa en las enfermedades mencionadas, no todas sus causas se deben a este sistema, ya que también, dentro del sistema capitalista se han dado mejoras en ámbitos como el sistema de salud. Existen otros factores de ámbito económico y político que causan enfermedades y desigualdades en la salud. Sin embargo, es importante identificar como el capitalismo influye en ciertas enfermedades para que de esta forma sea posible tomar medidas para actuar ante las dinámicas capitalistas.

El concepto de enfermedad capitalogénica también permite entender las tendencias a largo plazo de los indicadores de salud. Un ejemplo de esto es durante el siglo XVI cuando el sistema mundial capitalista se expandió, hubo un deterioro notable con los indicadores de salud como las relaciones de bienestar, estatura y mortalidad. Durante el siglo XIX y XX comenzaron a surgir movimientos políticos democráticos, socialistas y progresivos, los cuales dieron paso a sistemas de aprovisionamiento público, redistribución de ingresos, la regulación del capital y producciones organizadas en torno a las necesidades humanas y resultados sociales. De esta manera, la enfermedad capitalogénica brinda una perspectiva histórica.

La medicina no solo debería abordarse desde el campo científico, sino que es necesario que también comprenda los contextos sociales en los que se presentan las enfermedades. A pesar de que esto ya comienza a tomarse en cuenta, no se ha dado un cambio importante en la investigación de los determinantes sociales, esto se asocia a que muchos mecanismos están politizados y no delimitados.

De igual manera, el concepto de enfermedad capitalogénica permite comprender la crisis de salud y su relación con los determinantes sociales, lo que a su vez permite encontrar formas de abordarla. Una de las propuestas para mejorar la salud humana y del planeta es un sistema económico postcapitalista. Este sistema tiene que ser democrático, equitativo y que produzca únicamente lo que se necesita, también deben existir salarios dignos y un acceso universal a los bienes y servicios esenciales para la vida. Específicamente en el sistema de salud, este debe ser universal y la investigación médica debe centrarse en áreas vulnerables.

La Organización de las Naciones Unidas ha estimado que, si las tendencias actuales persisten, la mortalidad prevenible y la desigualdad en salud continuarán durante todo el siglo XXI. Este panorama podría evitarse si se llevan a cabo acciones de lucha organizada, que modifiquen las tendencias actuales del capitalismo.