Martine Orange, es una periodista francesa especializada en economía y ex periodista de Usine Nouvelle, Le Monde y La Tribune

El negocio de las finanzas verdes, el entusiasmo y las reflexiones sobre el ambiente, por parte de las financieras mundiales está quedando atrás por la falta de ganancias y la baja rentabilidad que generan los desincentivos para los clientes. Esto ha hecho que los financieros eviten los temas sobre los criterios medioambientales, sociales y de gobernanza.

Dichas finanzas verdes están retrocediendo en todas partes porque ahora los inversores están más interesados en sus propios beneficios que en el planeta. Tal es el caso del banco estadounidense JP Morgan que ha bajado la guardia en las exigencias medioambientales, junto con otros fondos que han optado por seguir el camino de inversiones más convencionales (dato crucial 1).

El momento de la verdad

Pese a la postura y evidencia de las finanzas verdes en errores, mentiras y ambigüedades, existen quienes afirman que están en su mejor momento. Bajo el supuesto de que ninguno de los modelos económicos y rendimientos del capitalismo financiero iban a cambiar ante la orientación de inversiones en innovaciones tecnológicas en favor del cambio climático.

Sin embargo, las dudas y ambigüedades en las finanzas verdes ya habían sido objeto de críticas. Ivar Ekeland (matemático, consultor financiero), uno de los mayores críticos de este tipo de finanzas, mencionó que las limitaciones de financiamiento de proyectos ocasionarían una rentabilidad en el mismo sentido, es decir, limitada.

Ante la crítica, los partidarios de las finanzas verdes siguieron afirmando que estas lograrían los mismos resultados de rendimientos a los que está acostumbrado el sistema económico capitalista y por ende, no había necesidad de cambiar términos macroeconómicos ni al marco financiero.

El fin del dinero mágico

El mundo donde las finanzas sostenibles y la lucha contra el cambio climático convergían con el sistema capitalista duró hasta la búsqueda y aplicación de medidas como el aumento de tasas de interés para el control de la inflación. Ante estas variaciones en las tasas de interés, se crearon dificultades para la obtención de dinero por parte de los inversionistas. Así que, a falta de inversión, pese a la presencia del gobierno estadounidense a través de incentivos, no ha sido posible llevar a cabo proyectos en energías renovables que requieren grandes cantidades de capital.

Lavado verde a todos los niveles

Algunos fondos en favor de las finanzas verdes optaron por disfrazar las ambigüedades de las inversiones para conseguir mayores niveles de rendimientos de manera similar a los que tiene Wall Street y hacerlos comparables con fondos de inversión tradicionales. Sin embargo, para alcanzar los niveles diversos fondos han optado por comprar acciones de grandes grupos de los sectores digitales, sanitario y agroquímico, sin hacerlo público para evitar la pérdida de clientes como lo han hecho Vanguard y BlackRock en el apoyo de empresas que no apoyan ni respetan las normas medioambientales, sociales y gobernanza (dato crucial 2).

Sin embargo, este tipo de prácticas no son exclusivas de Vanguard y BlackRock. Muchas otras empresas financieras y fondos de inversión también enfrentan críticas por promover inversiones en empresas que no cumplen con estándares ambientales y sociales. Estos casos destacan la importancia de la transparencia y la responsabilidad en el sector financiero. Los inversores y los consumidores cada vez más demandan inversiones sostenibles y éticas, y es responsabilidad de las empresas financieras cumplir con estas demandas.

Afortunadamente, también hay ejemplos de empresas financieras que están liderando el camino en inversiones sostenibles y éticas. Algunos fondos de inversión, como Triodos Bank, se especializan en inversiones éticas y sostenibles, y han demostrado que es posible obtener buenos rendimientos financieros al mismo tiempo que se promueve un impacto positivo en el medio ambiente y la sociedad.

Defensa, la nueva inversión sostenible

En un contexto de tensiones y conflictos geopolíticos, donde Estados Unidos busca ganarle a China en el campo de la tecnología y a su vez suministrar el suficiente armamento a Ucrania e Israel, la defensa y la seguridad nacional son inversiones rentables. Así que, en la actualidad, los clientes de las finanzas verdes han comenzado a expresar su molestia sobre el manejo de su dinero y la razón no son los rendimientos. Sino que su dinero fue dirigido al sector de la defensa nacional, hecho que no corresponde con sus valores personales y alguna minoría decidió retirar su dinero.

Y dentro de poco, ¿”Big oil” en fondos sostenibles?

El responsable de fondos sostenibles del Deutsche Bank Markus Muller, dio la propuesta de incluir a las grandes empresas petroleras en los fondos sostenibles, tales como ExxonMobil, Chevron, Shell, BP y TotalEnergies. Esto con el fin de que el poder financiero con el que cuentan puedan hacerse cargo del desarrollo en las energías renovables.

Para las empresas petroleras esto representa una oportunidad de seguir obteniendo financiamiento. Sin embargo existe el riesgo de convertirse en un marketing engañoso como lo preveían Organizaciones No Gubernamentales (ONG) y los activistas climáticos.