Patricia Ramírez es una periodista mexicana, originaria de Xalapa, Veracruz. Cubre temas de medio ambiente y derechos humanos. Es integrante de la Red Latinoamericana de Jóvenes Periodistas (RedLATAM), la Red Mexicana de Periodistas de Ciencia (RedMPC) y la Red de Periodismo del Mar (REPEMAR).

El llamado fracking - también conocido como fracturación hidráulica o hidrofacturación- popularizado desde la década de los noventa, es una técnica utilizada para la obtención de gas o petróleo del subsuelo mediante la ruptura de rocas por medio de la inyección de agua y otros químicos. Lo cual ha generado preocupación e interrogantes sobre el uso y contaminación del agua y ambiente (dato crucial 1).

En el caso mexicano, la prohibición del fracking fue una promesa de campaña del actual presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO). Sin embargo, para junio de 2024 se llevarán a cabo las elecciones presidenciales para el cambio de administración y no hay una propuesta clara para detener esta práctica debido a la ausencia de un marco legal que ha permitido que instituciones como Petróleos Mexicanos (Pemex), la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) y la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente (ASEA) siga operando el fracking en estados como Veracruz, Tamaulipas y Puebla (dato crucial 2).

Pese a la evidencia sobre la continuidad del fracking, el presidente Andrés Manuel López Obrador afirmó que ha logrado detener dicha práctica, lo que ha generado gran debate.

Pozos en la sierra

La comunidad de El Tablón, ubicada en la Sierra Noroccidental de Puebla, es una región rural donde están todavía presentes pueblos originarios. Una región donde está ubicada la infraestructura del fracking y los pozos petroleros.

Según un documental realizado por la Alianza Mexicana contra el fracking, con la organización Earthworks, se demostró que existen 1 337 pozos que se explotaron desde hace más de una década en estados como Puebla y Veracruz aunque muchos de ellos se encuentran abandonados o sin concluir (dato crucial 3). Por otro lado, el mismo documental afirma que el fracking permite la liberación de gases tóxicos como el metano, benceno, tolueno, etano y propano, los cuales tienen impactos negativos en la salud por enfermedades respiratorias y en la destrucción de la capa de ozono.

Dichas afectaciones en la salud, se han hecho el común denominador en la población de El Tablón y han ocasionado disputas legales y públicas sobre las afectaciones por fracking y su posible prohibición.

Dinero para facturar

Otro caso del fracking en México es en la Cuenca de Tampico (dato crucial 4). Ya que bajo el supuesto de una nueva estrategia exploratoria de yacimientos no convencionales, la CNH autorizó a Pemex la exploración de pozos mediante dicha práctica.

Ante las críticas por lo anterior, AMLO afirmó que el proyecto no había sido autorizado. Pese a que la evidencia de la CNH demuestre que en 2019 Pemex perforó cuatro pozos exploratorios para la producción de aceite y gas.

Sin embargo, existen dos puntos que evitan la prohibición del fracking. Por un lado, no hay un sustento legal para invalidar la práctica. Por el otro, Pemex ha sido una de las empresas del Estado más apoyadas por la presidencia y le ha permitido recibir cantidades importantes en el Presupuesto de Egresos de la Federación (datos cruciales 5 y 6).

Costos más altos que los beneficios

Además de las implicaciones en la salud de los pobladores que viven cerca de las actividades del fracking (como pasa en El Tablón), también la necesidad de usar dinamita en la tierra ha afectado la productividad del terreno y ha ocasionado desplazamientos y sismos. Esto ha dañando a los hogares y caminos por el uso de maquinaria pesada, además del daño al manantial El Caliche que sirve como abastecimiento de la región.

Las afectaciones han generado malestar social en El Tablón, haciendo que la población exija el actuar de Pemex y las empresas encargadas del desarrollo de estos proyectos. La respuesta fue negativa por la ausencia de la toma de responsabilidad por parte de las empresas. Incluso Pemex ha tratado de desviar la atención ayudando en la reparación de escuelas o donaciones de material para el trabajo. El descontento de la población se ha hecho presente en 2019 ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos.

Pese a los daños a la población y los ecosistemas, en México y América Latina existe una postura a favor del fracking. Estas posturas consideran que en efecto se debe de regular, más no prohibir. En tanto, las cuestiones hídricas deben de buscar la manera para reutilizar lo máximo posible el vital líquido (dato crucial 7).

Sin embargo, Luca Ferrari investigador del Centro de Geociencias de la Universidad Nacional Autónoma de México afirma que el proceso del agua en el fracking dificulta la idea de tener otro proceso para reutilizarla, además si la infraestructura del pozo es insegura puede contaminar acuíferos. Por eso, Ferrari afirma que los costos serían mayores que sus beneficio y que debería apoyarse la idea de preparar a la sociedad para vivir sin combustibles fósiles.

Nueva ley y otra presidencia

La discusión de la Ley General de Aguas ha coincidido con la carrera electoral en México, lo que ha llevado a que algunos candidatos incluyan en sus propuestas la protección del agua y la prohibición del fracking. Sin embargo, la aprobación de esta ley y las medidas para proteger el recurso hídrico aún se encuentran en proceso de debate y análisis en el Congreso.

La iniciativa ciudadana Agua para Todos y Todas ha buscado dar prioridad a los derechos humanos en el abastecimiento de agua, y propone prohibir la utilización de este recurso para el fracking. Aunque esta propuesta aún no ha sido sometida a votación, se encuentra en las comisiones correspondientes.

La modificación propuesta por algunos legisladores es que el agua destinada al consumo doméstico o agrícola no pueda ser utilizada para el fracking, lo que protegería solo estos dos usos, pero permitiría su utilización para fines industriales.