La organización criminal Pueblos Unidos, que inicialmente surgió como un grupo de autodefensa, tomó el pueblo de Ixtaro, Michoacán, con el objetivo la producción de aguacate (dato crucial 1). En menos de un año, Pueblos Unidos armaron a los productores de aguacates, estableciendo un lucrativo negocio a través de la venta de armas.

Los miembros de Pueblos Unidos llegaron a Ixtaro como campesinos preocupados por la presencia de grupos criminales. En consecuencia, solicitaron a la comunidad que eligiera a un líder para actuar como intermediario contra Los Viagras, uno de los grupos armados más sanguinarios de Michoacán. Sin embargo, cuando Los Viagras abandonaron el pueblo, Pueblos Unidos se apoderaron de las viviendas e instalaciones de Ixtaro.

En Ixtaro se cultivaban milpas y duraznos, pero con la llegada del aguacate, la prosperidad alcanzó a todos los habitantes. No obstante, junto con la bonanza llegaron también extorsiones y secuestros en el territorio disputado por el Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG). Las localidades de Pátzcuaro, Santa Clara del Cobre y Uruapan, todas en Michoacán, se han convertido en el escenario de conflicto entre grupos armados.

El tráfico de drogas requiere de una mayor planificación y conlleva riesgos, ya que poseer armas le otorga al crimen organizado el poder de extorsionar y secuestrar a los campesinos. No obstante, un agricultor de Ario de Rosales, Michoacán, explica que compran sus propias armas para evitar endeudarse con Pueblos Unidos (dato crucial 2).

Irene Álvarez, académica que ha investigado grupos de autodefensa de Michoacán, señala que este estado lidera la delincuencia organizada debido a la agroindustria. El dinero generado por el auge de la agroindustria ha provocado dinámicas específicas de violencia en la región. En esta región, el pago de cuotas a los cárteles se instauró más tarde que en otras áreas de Guerrero y Estado de México.

El tráfico de armas que ingresan a México es coordinado por organizaciones criminales que cuentan con personal em ambos lados de la frontera con Estados Unidos. Este proceso comienza con la compra de armas en Estados Unidos y su registro de forma legal a través de ciudadanos estadounidenses (dato crucial 3). Luego, los traficantes esperan acumular varias compras para que otra persona de la misma organización transporte la mercancía a la frontera, donde un tercer agente se encarga de cruzarlas.

Timothy Sloan, agregado de la Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF, por sus siglas en inglés), explica que la cantidad de armas incautadas en la frontera es muy pequeña. Las personas encargadas de pasar las armas las ocultan dentro de las puertas de los autos o en tanques de diésel, aprovechándose de la falta de control por parte de la policía mexicana.

Esta operación involucra al menos cinco personas para completar la cadena, por lo que cuando la mercancía llega a México, el costo ya ha aumentado hasta cuatro veces su valor (dato crucial 4). Lisa Sánchez, directora ejecutiva de México Unido contra la Delincuencia (MUCD), explicó que desde el 2017, el gobierno tiene la obligación, a través de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, de elaborar un Registro Nacional de Armas y Municiones (dato crucial 5).

Cuando el gobierno de Andrés Manuel López Obrador presentó una demanda penal contra 11 armerías de Massachusetts, esta fue desestimada. Posteriormente, la Secretaría de Relaciones Exteriores interpuso una acción legal de carácter civil en Arizona.

El calibre de las armas que circulan dentro del país es también un factor que preocupa a las autoridades, ya que en muchas ocasiones los policías municipales están menos armados que los grupos organizados. Ieva Jusionyte, profesora de la Universidad de Brown, afirma que el flujo de armas y su proliferación en México están asociados con el desplazamiento forzado, convirtiendo regiones enteras de México en pueblos fantasma (dato crucial 6).

Michoacán es un estado con una estrecha relación con Estados Unidos, explicado por un flujo migratorio de décadas (en 2022, las remesas llegaron a 5 mil millones de dólares.). Sin embargo, las dinámicas migratorias han cambiado, obligando a familias enteras a abandonar sus hogares debido a la violencia. Cuantas más personas estén armadas, más personas estarán en peligro de ser desplazadas con amenaza de violencia.