Necesitamos conversar sobre la Luna

Cita: 

Boyle, Rebecca [2024], "Necesitamos conversar sobre la Luna", The New York Times, New York, 25 de enero, https://www.nytimes.com/es/2024/01/25/espanol/opinion/exploracion-luna.html

Fuente: 
Otra
Fecha de publicación: 
Jueves, Enero 25, 2024
Tema: 
La Luna como negocio para el capital privado
Idea principal: 

    Rebecca Boyle es una periodista que radica en Colorado Springs, se centra en temas de astronomía, exploración espacial e historia.


    La luna es el satélite natural de la Tierra ubicado a 400 000 kilómetros. Nunca ha sido habitado. Solo ha sido visitada en 1972 con el Proyecto Apolo. Posteriormente se han enviado robots para exploraciones apoyadas por el gobierno.

    Se tiene programado en febrero de 2024 un viaje hacia el polo sur del astro, con la nave espacial llamada Nova-C creada por la empresa privada Intuitive Machines conforme al programa de Servicios Comerciales de Carga Lunar de National Aeronautics and Space Administration (NASA por su sigla en inglés). Esta llevará narraciones almacenadas en discos de microfichas, varias cámaras y una serie de pequeñas esculturas del artista Jeff Koons que estarán encerradas y permanecerán en la Luna para siempre.

    Aunque representa un gran avance en la ciencia cósmica para la humanidad, también puede plantear que la Luna se convertirá en un cultivo de empresas privadas transformándola de manera irreversible, donde el capital privado la ocupará con objetivos en ciencia, exploración e infraestructura en obras de aterrizaje y cápsulas.

    Lo anterior, no será posible sin el apoyo de NASA y otras agencias espaciales que están brindando importantes subsidios para regresar a la Luna de manera definitiva. Esto en gran parte con el programa Artemis que tiene como meta alunizar a la primera mujer astronauta en 2026. Además, el programa de Servicios Comerciales de Carga Lunar con Artemis, motiva a las empresas privadas a construir zonas de aterrizaje y vehículos de exploración que NASA puede pagar por usar. Esto quiere decir que, aunque los descubrimientos y experimentos científicos se hagan con recursos gubernamentales, las zonas de aterrizaje a usar serán creados por las empresas privadas.

    La agencia NASA ha brindado contratos valuados en miles de millones de dólares a empresas emergentes en la industria espacial como Lockheed Martin, Space X, Blue Orgin, Astrobic, Intuitive Machines y la empresa de investigación nuclear Zeno Power. Algunas de ellas brindarán servicios de aterrizaje a agencias espaciales, universidades o empresas privadas de investigación. Otras ayudarán a proveerles energía y servicios de planificación de misiones a viajes lunares, con el objetivo de crear una economía lunar autosuficiente. (datos cruciales 1 y 2).

    Sin embargo, es necesaria una reflexión sobre la importancia que tiene la Luna al ser el único satélite natural y sus implicaciones en la vida con la evolución biológica y cultural. Protege al planeta Tierra del caos climático al moderar el eje terrestre y fomenta la evolución de la vida compleja. Los primeros humanos la usaron para la creación de calendarios, marcar el tiempo y desarrollar e inventar la religión, filosofía y ciencia.

    Por otro lado, la libertad de carga para llegar a la Luna también puede generar discusión en materiales biológicos. Por ejemplo, la nave espacial Peregrine - lanzada de manera previa a Nova-C que no tuvo éxito debido a una falla de combustible – transportaba restos humanos incinerados, algo que generó molestias, tal como ocurrió en la población de Nación Navajo demostrándolo en una carta, debido a que la Luna tiene una importancia espiritual.

    En 2019, una nave israelí creada por la empresa SpaceIL, transportaba tardígrados deshidratados -microorganismos que pueden sobrevivir al espacio exterior- pero se estrelló. Esto sugiere una preocupación latente sobre el traslado de materiales biológicos y la falta de conocimiento sobre sus efectos, así como también el envío de cápsulas de tiempo, mensajes y otros materiales que también puedan generar inconformidades.

    La Luna no tiene un dueño particular, haciendo que sea de todos y las acciones en torno a ella competa a todos los involucrados en la Tierra. Por ejemplo, existen alunizajes programados para 2024 y 2025 conforme al mencionado programa de servicios, el cual incluye un robot en búsqueda de agua para investigar el interior de la Luna y así, los aterrizadores particulares se unirán a los lanzados por Estados Unidos, Rusia, China, India y Japón.

    Sin embargo, el espacio exterior es complicado. La agencia de NASA ha estado buscando una mayor cooperación internacional en la exploración lunar a través de los Acuerdos de Artemis. Estos instan a los firmantes a mejorar la colaboración, establecer normas internacionales y proteger los lugares de alunizaje. Sin embargo, también permiten la extracción y uso de recursos minerales, lo que plantea preocupaciones sobre la explotación de la Luna. Aunque explorar la Luna tiene valor científico y puede beneficiar a la humanidad, también se debe ser consciente del impacto que tendrá sobre el satélite y considerar cuidadosamente las acciones antes de cambiar su superficie y la relación humana con el satélite.

Datos cruciales: 

    1) En mayo de 2023, la empresa de contabilidad PricewaterhouseCoopers (PwC por su sigla en inglés) estimó que la industria espacial mundial tenía un valor de 469 000 millones de dólares y que superaría el billón en 2030, porque los países y las empresas cada vez utilizan más los satélites para la fabricación, la generación de energía y los datos.

    2) Las estimaciones de National Aeronautics and Space Administration (NASA por su sigla en inglés) muestran que el gasto en programas de exploración lunar fue la base de más de 20 000 millones de dólares en producción económica en todo Estados Unidos en 2022.

Nexo con el tema que estudiamos: 

    Parece ser que las actividades del capital privado de la mano con el gobierno adelantarán las fronteras de capital del planeta Tierra, asumiendo que la Luna es una gran alternativa para las ganancias económicas. Por otro lado, el desarrollo de las empresas transnacionales ahora explorarán más allá de los límites terrestres y buscarán posicionarse en el espacio exterior.

    Por otro lado, dichas actividades han causado riesgos existenciales en el planeta y ahora podrán también ocasionarlos fuera de el. A su vez, gestará molestias e interrogantes en la sociedad por la importancia y lo que significa el satélite natural.