How Hot Was It Last Year?

Cita: 

Wallace-Wells, David [2024], "How Hot Was It Last Year?", The New York Times, New York, 17 de enero, https://www.nytimes.com/2024/01/17/opinion/temperature-climate-change-he...

Fuente: 
Otra
Fecha de publicación: 
Miércoles, Enero 17, 2024
Tema: 
Cuestiones en torno al objetivo 1.5 ºC
Idea principal: 

David Wallace-Wells es un periodista estadounidense e historiador por la Universidad de Brown. Es columnista en la revista New York Magazine y escribe semanalmente para el New York Times Opinion Su principal línea de investigación es sobre el cambio climático, destacando su obra: “The Uninhabitable Earth”.


Reunir datos de las estaciones meteorológicas de todo el mundo a través de la medida del calentamiento global resulta un poco difícil. Sin embargo, algunos esfuerzos por integrar esto, apuntan a que 2023 fue el año más cálido de la historia, exponiendo que las cifras superan el margen además de una explicación de la ciencia climática.

Recientemente la organización Berkeley Earth publicó ciertos datos que pueden afirmar lo anteriormente planteado (dato crucial 1). Cabe resaltar que este planteamiento resulta diferente a lo que se ha dicho previamente en el Acuerdo de París y el informe especial del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) acerca de rebasar los 1.5 grados Celsius. El estudio de Berkeley Earth parte en estudiar el promedio de décadas y así analizarlas en retrospectiva, explicando este hecho como un cúmulo de promedios a largo plazo y no como una irregularidad de un año. En un futuro, el 2023 será recordado como un gran momento, según científicos prestigiosos.

A pesar de que el objetivo del 1.5 ºC es objeto de intensos debates, éste todavía figura como pilar en el debate mundial acerca del clima y los ciclos de descarbonización, no obstante, está la posibilidad de que en 2024 se retire esta discusión.

En ciertos espacios esta última decisión de quitar el objetivo parece ya discutida y aceptada, ya que se piensa era defectuoso. Estos grupos sostienen que, si bien la medida abreviada es útil para el aumento de la temperatura, no resulta conveniente en perturbaciones climáticas ya que los resultados y temperaturas varían en diferentes lugares. Asimismo, la relación entre la temperatura media global y la actividad humana no sería completamente confiable ya que ciertas emisiones producen una gama más alta a niveles de calentamiento que otras.

De igual manera, para otros, el objetivo tiene inconsistencias: cifras no actuales de seguridad climática que reducen la preocupación; la temperatura como punto de partida para determinar estudios parece insuficiente en un periodo histórico irregular; y previas estimaciones de presupuestos de carbono que nos dicen que está fuera de nuestro alcance aun con el Acuerdo de París. Desde ese entonces, las emisiones no han hecho más que crecer, pensando así en el objetivo 1.5 como un choque. Existen críticas de los defensores del clima sobre plantear objetivos realistas, ya que se requería un gran esfuerzo para el 2030 (dato crucial 2).

Esto resulta sensato, en tanto el clima ya no funciona con el objetivo y los humanos podrían seguir estos pasos. Si bien, durante una década, esta meta de 1.5 ha sido de gran ayuda en defensa del clima; desde la pérdidas, los logros, hasta las críticas en un inicio de su ambición, hay que rescatar que fue una de las políticas más relevantes en la política climática.

Durante 2015, en el Acuerdo de París, se añadió el objetivo con una anotación de limitar el calentamiento a 2 grados Celsius, esto a partir del peligro eminente que resultaba para algunas naciones e islas pequeñas superar los 1.5. Esta medida también ayudó a que se creara una línea base universal en la que se podría mediar el progreso global (frecuentemente deficiente) aun con el clima más apacible. Existen varios esfuerzos por este estudio: Naciones Unidas a través del Informe sobre la brecha de emisiones, el IPCC con el balance del estado de la descarbonización, Climate Action Tracker con su termómetro CATA y novedosas promesas de carbono con científicos y modeladores energéticos; todos sobre la línea base de 1.5 grados. Algunas de las conclusiones de estos análisis fue que la descarbonización marchaba lentamente, además de resaltar que esta medida fue aceptada y manejada por la comunidad climática para aplicarse a todo el mundo.

El problema recurrente en ciertos estados fue la brecha entre trayectorias energéticas y promesas climáticas, misma que se acentuó con el objetivo 1.5. Frente a esto, ambos lados de la política climática (izquierda y derecha) recurren a desechar promesas vacías ya que la lucha por el clima se ha visto sin importancia por líderes mundiales, y en consecuencia, las propuestas de los defensores del cambio climático no son consideradas por quienes pueden ejercitar el poder político.

Es necesario rescatar que el poder del discurso es importante en esta lucha, ya que ahí también se encuentra la política, y por lo tanto, las maneras de accionar: ambos factores que se atraen y arrastran constantemente. La geopolítica climática no se debe a una causa, y por eso hablar de todo el activismo que se desató a nivel mundial, es una explicación de las novedosas promesas climáticas que los países han ido creado en los últimos años, a sabiendas que estas son insuficientes.

El humor en el que se encuentran algunos defensores es de preocupación, ya que pensar en el comportamiento atípico de las temperaturas y lo poco productivos que han sido los objetivos, significa que se operó por mucho tiempo desde un entorno de resignación. La meta de 1.5 grados fue una medida ficticia aunque útil porque ayudó a desnormalizar el calentamiento global así como siquiera poder soñar con la reducción de emisiones desde París 2015 o con la consigna “1.5 para seguir vivos” en la COP15 2009.

Aunque muy en el fondo esta propuesta desde el inicio surgió del desaliento, fueron entonces sueños de los defensores del clima, mismos que consiguieron mucho en su exigencia al mundo por soñar lo mismo.

Datos cruciales: 
1. La temperatura media mundial sobrepasó la temperatura nivel preindustrial, al estar a más de 1.5 grados centígrados (2.7 grados Fahrenheit) cuando otros modelos estaban por debajo de esta medida.

2. Sin ayuda de las emisiones negativas, y aprovechando dos tercios de la oportunidad, en este momento se necesitarán pasar de 40 mil millones de toneladas emisiones anuales de dióxido de carbono a cero para 2030.

Nexo con el tema que estudiamos: 
En este texto, David Wallace nos brinda un análisis sobre la cuestión del objetivo 1.5 grados Celsius y los esfuerzos que se han hecho por la disminución o manejo de las temperaturas. Resulta desalentador leer que la discusión de los grados límites es cosa del pasado, a pesar de haber sido desde un inicio un paliativo hacia la crisis ambiental capitalista. La incertidumbre que embarga los círculos científicos hasta los espacios del día a día sobre el comportamiento del clima, hacen pensar que probablemente el 2023 no será el año más cálido en comparación con los años futuros.