The long goodbye. For 50 years the story of oil has been one of matching supply with increasing demand

Cita: 

The Economist [2024], "The long goodbye. For 50 years the story of oil has been one of matching supply with increasing demand", The Economist, London, 16 de marzo, https://www.economist.com/special-report/2024/03/11/for-50-years-the-sto...

Fuente: 
The Economist
Fecha de publicación: 
Sábado, Marzo 16, 2024
Tema: 
La transición energética es obligatoria pero ¿qué dicen las fuerzas de mercado al respecto?
Idea principal: 
    En esta entrega The Economist analiza qué tanto afectará al mercado de petróleo la disminución de la demanda ante la emergencia climática y la transición energética (datos cruciales 1 y 2).

    Aunque las empresas petroleras (y los países que las albergan) en todo el mundo hablen sobre la necesidad de la transición energética, sus intereses empresariales siempre están por encima de tales intenciones. Esto resulta evidente en el historial de intentos por negar el cambio climático, que se suma a la laxitud con que se trata el tema en reuniones importantes como la Conferencia de las partes (COP, por su sigla en inglés), que se viene celebrando desde 1995. Se dice que si las autoridades internacionales no actuaron de manera enérgica desde el principio, fue porque los países productores de petróleo socavaron los intentos por establecer acuerdos y medidas vinculatorios .

    No obstante, la revista londinense remarca que la COP 28 de 2023 representa un punto de inflexión en el tema climático, puesto que se reconoció y se declaró que la demanda de petróleo y el uso de combustibles fósiles tiene que comenzar a disminuir si se quiere alcanzar el objetivo de cero emisiones para 2050. Aunque se trató más de una invitación que una obligación, en teoría se trata del “principio del fin”.

    Es verdad que entidades como la Organización de Países Exportadores de Petroleó (OPEP) aún tienen un camino por delante –pero limitado– en el tema de negocios con el petróleo. Tal es el caso de Emiratos Árabes Unidos que cuenta con grandes reservas fáciles de extraer y de tratar en el Golfo Pérsico (menos emisiones y petróleo barato), por lo que resulta factible al menos ser el último que quede en pie durante la transición energética. Ante una disminución en la demanda, primero se abandonarán a los productores de mayor costo.

    En relación con ello, también es importante considerar que para llevar a cabo una transición energética libre de petróleo, primero tiene que cambiar la base sobre la que se erige la oferta y la demanda de este combustible. El mundo ha mostrado lo frágil que es ante la volatilidad en el mercado de petróleo y los petrodólares desde 1970: los choques en la oferta se resienten tanto en países desarrollados y en vías de desarrollo con efectos económicos, políticos y geopolíticos que se traducen en escenarios inflacionarios y países endeudados (datos cruciales 3-6).

    50 años después

    La nota termina exaltando la necesidad de cambiar las dinámicas que se desarrollan dentro y fuera del mercado de petróleo, retomando las experiencias pasadas (sobre todo la que siguió al choque del petróleo en 1973 que colocó a la OPEP como un gran actor del mercado energético) y reconociendo los problemas del presente (el cambio climático y la dependencia de combustibles fósiles).

    Asimismo, también se reconoce que este cambio tiene un gran potencial para derivar en escenarios con alto riesgo ante fuerzas de mercado que aún no encuentran un nuevo suministro energético.

Datos cruciales: 

    1) Emiratos Árabes Unidos produce cerca de 3 millones de barriles de petróleo (bdp) por día, en tanto el productor estatal, Abu Dhabi National Oil Company (ADNOC), espera aumentar su capacidad de producción a 5 millones de bpd para 2030.

    2) De acuerdo con la Agencia Internacional de Energía (AIE), en 2023, se produjeron 101.8 millones de bpd en el mundo. Se estima que las emisiones de dióxido de carbono procedentes del petróleo ese año alcanzaron 12.1 mil millones de toneladas, según el consorcio académico Global Carbon Project (32% de todas las emisiones industriales).

    3) En octubre de 1973, debido al apoyo de Estados Unidos a Israel en la guerra de Yom Kippur, las naciones del Golfo Pérsico de la Organización de países exportadores de petróleo (OPEP) impusieron un embargo sobre las ventas a Estados Unidos y sus aliados. Antes de ese embargo, un barril de petróleo costaba cerca de 3 dólares y se caracterizaba por su estabilidad. El precio se volvió muy volátil (para marzo de 1974 ya se había disparado el precio a 13 dólares).

    4) La gráfica 1 muestra la volatilidad del precio del petróleo a partir de los años setenta del siglo XX, destacando la cuantía de afectación ante eventos de carácter geopolítico y fenómenos de cisne negro (acontecimientos inusuales que tienen gran impacto en la economía).

    5) La gráfica 2 indica la producción y consumo mundial de petróleo desde 1972. Destaca la dependencia de Estados Unidos del energético respecto de los países productores (OPEP).

    6) El Fondo Monetario Internacional (FMI) calcula que la deuda externa de 100 países en desarrollo aumentó 150% entre 1973 y 1977, por la cantidad de petrodólares que se invirtieron en bancos internacionales y que se cristalizaron en préstamos a países en desarrollo que, posteriormente, se encontraron con el choque de 1979 y un pronunciado aumento de las tasas de interés, desencadenando la crisis de deuda del Tercer Mundo de los años ochenta del siglo XX (“la década perdida del desarrollo internacional”).

Nexo con el tema que estudiamos: 

    Como vocero del sistema capitalista, The Economist adhiere al retardismo y toma por buenas las simples declaraciones de intención por parte de los productores de energías fósiles y las instancias globales como las COP. Hay que destacar que hasta ahora no hay medidas reales y suficientes para reducir la extracción y el consumo de combustibles fósiles compatibles con el mantenimiento de los límites del planeta.

    Resalta que no hay un escenario positivo si no hay un sustituto de las energías fósiles que satisfaga tanto por el lado económico como por el lado ambiental. Es precisamente este punto en el que hay que profundizar más porque lejos de depender del energético, no existe un punto de ruptura entre lo económico y lo ambiental, es decir, siempre tienen que ir de la mano.

    En tal aspecto, no debería tratarse a las fuerzas de mercado como una deidad omnipotente y desconocida, puesto que tiene nombre y apellido. Puede que se cite a la OPEP como la responsable de la volatilidad en el mercado de petróleo pero al final del día ¿quién produce? ¿para qué produce? ¿cómo produce? y ¿para quién produce? Es claro que las empresas petroleras son las responsables directas de los aumentos y subidas del precio de este combustible, pero otra parte importante también la representan las empresas involucradas en los mercados bursátiles que buena parte de su actividad está basada en la especulación, así como las corporaciones que compran los combustibles fósiles ¿Dónde yacen entonces esas "fuerzas de mercado"?

    Romper con estas prácticas o seguirlas perpetuando también es clave para determinar hacia dónde avanza la sociedad: más de lo mismo o generar una transición no solo energética.