Joseph E. Stiglitz es un reputado economista, ganador del Premio Nobel de Economía (2001). Se licenció en el Massachusetts Institute of Technology (MIT, por su sigla en inglés) en 1967. Es precursor de la Economía de la Información, en donde se destaca por sus estudios sobre asimetría de la información.

En el tema de la regulación de los datos que circulan a través de internet, el actual gobierno de Estados Unidos intenta hacer frente a los intereses empresariales de las mega-tecnológicas a través de la regulación de sus actividades. Esto con el objetivo de proteger la privacidad de su población e impedir que se filtre información del gobierno a “países problemáticos”.

Durante la administración de Donald Trump, las mega-tecnológicas ganaron mucho terreno puesto que contaban con el respaldo del gobierno. Un respaldo que se tradujo en intentos por establecer las reglas del “comercio internacional digital” que contemplaba propuestas como la prohibición de restricciones a la transferencia transfronteriza de información hacia cualquier país (en cuyo diseño estuvo involucrada esta industria). Así, Trump intentó anexar sus propuestas durante la actualización del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), o valiéndose de instituciones como la Organización Internacional del Comercio (OMC). El propósito de las mega-tecnológicas es suprimir la intervención del gobierno en el tratamiento de los datos personales, amén del “libre flujo de datos” y la libertad de expresión.

Sin embargo, con la derrota de Trump en 2020 y el ascenso al poder de Joe Biden, los intentos de las mega-tecnológicas se frenaron. Así, en 2023, la administración Biden dispuesta a reafirmar la autoridad del gobierno sobre estas grandes plataformas, rechazó las propuestas de la era Trump por incompatibles con sus políticas. Es por lo que el autor indica que estas empresas se encuentran “enfurecidas”.

Finalmente, Stiglitz señala que tanto Estados Unidos como el resto del mundo, tienen que generar debates democráticos acerca de la regulación de las corporaciones tecno-digitales ya que hoy en día generan problemáticas como la polarización política, el debilitamiento de las democracias, la ansiedad y los discursos de odio.