The sticky superpower

Cita: 

The Economist [2015], “The sticky superpower”, The Economist, London, 3 octubre, http://www.economist.com/econ2015

Fuente: 
The Economist
Fecha de publicación: 
Sábado, Octubre 3, 2015
Tema: 
Hegemonía mundial de Estados Unidos, origen y decadencia.
Idea principal: 

El pasado mes de junio de 2015, Jack Ma, fundador de Alibaba, empresa China de comercio electrónico, lanzó un mensaje al Club Económico de Nueva York, cuyos miembros incluyen a diversas luminarias de Manhattan y jefes de Wall Street. Su mensaje se centra en “ayudar” a pequeñas empresas estadounidenses a insertarse en el mercado chino. La sede del evento fue el hotel Waldrof Astoria inaugurado en medio de la crisis de 1930 y que sirvió como símbolo de confianza y coraje para toda la nación. Actualmente, es propiedad de una empresa china de seguros, a cargo del nieto de Deng Xiaoping. La combinación de estos eventos parece simbolizar un cambio en la hegemonía mundial.

Este reporte realiza un análisis de las palabras del Sr. Ma, que sugieren que Estados Unidos es una superpotencia pegajosa, cuya capacidad de influencia económica en diversos aspectos persistirá, aunque su hegemonía se encuentra en descenso. Además de cómo es que Estados unidos ejerce su poder sobre otras naciones.

El dominio de Estado Unidos nunca ha sido absoluto. Primero se encontraba en una “lucha” contra la Unión Soviética entre 1945 y 1991. A partir de la década de 1970 la Unión Europea representó un contrapeso al comercio estadounidense, más tarde, en 1980, Japón se volvió una amenaza tratando de formar la zona del Yen. Incluso después de la "imposición" de políticas neoliberales por parte de Estados Unidos, en el llamado Consenso de Washington a principios de los 90’s, muchos países ignoraron estas medidas, entre ellos, China.

Desde que Estados Unidos se tornó la economía de mayor influencia a nivel mundial, a principios del siglo XX, imponiéndose a Gran Bretaña, no había existido algún otro país que le representara una real amenaza, hasta ahora. En los últimos años China se encuentra en un constante y rápido crecimiento donde los pronósticos sugieren que en los próximos 5 – 15 años rebasará a Estados Unidos.

La experiencia del siglo XX muestra que los cambios ocurren rápidamente. De ser así, China se impondrá a Estados Unidos en un abrir y cerrar de ojos. Sin embargo, la estructura de la economía mundial es completamente diferente a aquellos inicios de siglo. Las economías se encuentran mayormente balanceadas entre sí en la actualidad. Estados Unidos era una economía mucho más poderosa que Gran Bretaña, pero China aún no es lo suficientemente como para ejercer un cambio rápido. Además, el comercio mundial actual es al menos cinco veces mayor de lo que era en 1970. La velocidad y complejidad de los flujos de capital sobrepasa cualquier cosa vista hasta el momento.

Una pieza clave es que Estados Unidos y Gran Bretaña se encontraba aliados. Lo que no sucede actualmente con China.

Estados Unidos ha perdido relevancia en sectores como la producción de acero, manufactura, comercio de mercancías y materias primas. Sin embargo, dado que la naturaleza del comercio ha cambiado, enfocándose en servicios electrónicos y bienes intangibles, Estados Unidos puede ejercer un control remoto en estos nuevos sectores. Es líder en investigación y desarrollo, tecnología y equipo, y consumo de marcas. Aunque con una clara caída de participación porcentual en la última década. La nación estadounidense aún sobresale en campos como el educativo, alimentos, medicina, y el cinematográfico. Facebook y Google tienen gran participación en negocios extranjeros. Cabe resaltar que sus instituciones financieras dominan el sistema monetario mundial e incluso han crecido en cuanto a su poder de presión sobre otras economías en los últimos años.

Estados Unidos puede ejercer su dominio en diversos países a través de sus instituciones financieras, como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. Por otra parte, la demanda externa de dólares le permite obtener crédito barato, algo que ninguna otra nación puede hacer. Ejerce control sobre el sistema de pagos de dólares en el centro del comercio mundial y del financiamiento. Estados hostiles, compañías e incluso personas, pueden ser alejados de este sistema, como Irán, políticos rusos y líderes de la FIFA.

Estados Unidos se ha mostrado como un buen líder en el pasado. Hoy parece ser que se encuentra vigente esa característica. La crisis financiera mostró que hace lo correcto, pero solo después de agotar todas sus alternativas. Entre ellas, obstruyendo los esfuerzos de China para establecer sus propias instituciones internacionales, imponer multas dramáticas a bancos extranjeros y excluirlos del sistema del dólar. Algo que no es nuevo.

El crecimiento de China se ha visto frenado por su reciente estancamiento lo que resulta una cierta ventaja para los políticos de Estados Unidos. Sin embargo, tienen que ser claros en sus estrategias de largo plazo pues su dominio en el PIB y comercio mundial se encuentra en decrecimiento.

Datos cruciales: 

Gráfica de los flujos de poder mundial. De acuerdo con esta, en 2020 China será la economía líder mundial, rebasando a Estados Unidos y continuará en ascenso.

Nexo con el tema que estudiamos: 

Posterior a la crisis de 2008, la hegemonía económica estadounidense ha declinado dando oportunidad a otros jugadores como China, quien ha sobresalido en cuanto a crecimiento económico. La cuestión es si existen verdaderas posibilidades para que la nación oriental sobrepase en aspectos más allá de lo económico a Estados Unidos, algunas líneas o ideas ya las marca el artículo, la estructura de la economía y política mundial no son las mismas que a inicios del siglo XX (cuando Estados Unidos se convirtió en la mayor potencia mundial), la competencia es tecnológica, militar, cultural, territorial, política y por su puesto económica, actualmente no basta con tener el mayor crecimiento del PIB a nivel mundial para denominarse como hegemón, se requiere de estrategias y relaciones de poder.