Keeping watch. Economic success has given China greater weight, but not nearly enough to tip the balance
The Economist [2013], “Keeping watch. Economic success has given China greater weight, but not nearly enough to tip the balance", The Economist, London, 21 de noviembre, http://www.economist.com/news/special-report/21590099-economic-success-h...
China se ha enriquecido más rápidamente que cualquier otro país en la historia. Su cuota de producción a nivel mundial en 1980 era 2.2%, en 10 años será la mayor economía del mundo, con una participación del 20% aproximadamente. Recorre el mundo en busca de materias primas y entrega a cambio manufacturas. Su diplomacia está basada en un aparentemente interminable flujo de contratos de miles de millones de dólares. En una encuesta de Pew Research, en 23 de 39 países, la gente piensa que China relevará a Estados Unidos como la potencia dominante.
China exige respeto incrementando su poder de armamento, pero es peligroso competir con Estados Unidos en ese tema, como prueba está la ruina financiera de la Unión Soviética. China ha dedicado sus recursos a dos misiones: a tener capacidad de tomar la isla de Taiwán por la fuerza y negar el acceso a los buques de guerra estadounidenses a sus aguas costeras. Este país se ha convertido en sospechoso de conspiraciones, robar secretos, sabotear a la economía mundial, atacar a Taiwán y hasta comprar África, sin embargo, la pregunta importante es ¿cómo China podría convertir su milagro económico en un poder geopolítico?
Los chinos han inculcado un espíritu nacionalista, además están influenciados por un nuevo conjunto de intereses de política exterior, que incluye empresas, instituciones financieras, departamentos del gobierno, prensa y los activistas de internet.
Romper con el sistema americano es tema aun limitado para China. Al hablar de geopolítica se debe ir más allá de sólo un incremento en la producción, se debe tener en cuenta la tecnología, el capital humano y financiero, etc., rubros donde Estados Unidos sobrepasa a China. También se debe hablar de la dependencia de importaciones de petróleo, que provienen del estrecho de Malaca y Ormuz, ambos bajo control estadounidense. El poder militar, económico y diplomático de China aún no es suficiente para desafiar la primacía de Estados Unidos. Si se añade el gasto militar de los aliados más cercanos de Estados Unidos al suyo, China tiene aún más distancia. China también debe atacar el problema de la riqueza, pues los niveles de vida de su población son relativamente bajos.
Un aspecto importante es el acercamiento con la Rusia de Putin, juntas las dos potencias han logrado bloquear a Estados Unidos en Naciones Unidas en temas como las sanciones contra Irán y la intervención en Siria.
El desafío de China no es por la primacía sino de carácter regional: nexos de Estados Unidos con los países que la rodean, Taiwan y las disputas territoriales en el Mar del Sur de China, así como de carácter procedimental acerca del funcionamiento del sistema y qué tanto China puede aprovecharlo.
China es sólo el más grande ejemplo de los que le disputan el poder a Estados Unidos, rondan también India, Turquía, Brasil e Indonesia.
Tabla que muestra que Estados Unidos tiene 60 de los 150 países con mayor población como aliados, y alrededor de 40 que tienen inclinación positiva hacia él. Gráficas sobre la repartición del PIB entre Estados Unidos, Europa y China
La competencia por la hegemonía va más allá de lo meramente económico, la cual requiere de otras estrategias geopolíticas, tecnológicas, nacionalistas, así como la independencia energética. China no tiene aún los elementos para desafiar la primacía estadounidense y tiene diversos desafíos internos y de política internacional por resolver antes de poder situarse como alternativa al hegemón estadounidense.