El 11 de julio un barco del Ejército Popular de Liberación (el brazo armado de la República Popular China) partió hacia Yibuti (en inglés, Djibouti, un pequeño país ubicado en el cuerno de África), donde se establecerá la primera base militar de China en el exterior desde la guerra de Corea.

Esta nueva base militar constituye una "astuta primera incursión" de China en el exterior, pues ha sido ubicada en un país donde representará la menor amenaza posible de confrontación con los países que podrían sentirse agredidos con esta acción: Estados Unidos e India.

Estados Unidos tiene también una gran base aérea y una base naval en Yibuti, desde donde conduce operaciones contra el terrorismo y vigila el tráfico de drogas, armas y personas en la región; India, por su parte, no podrá sostener que la nueva base militar China representa una amenaza importante de ampliación del poder de este país en el Océano Índico, al que considera como suyo.

La base militar que China ha establecido tendrá principalmente una función logística para el escuadrón naval chino que ha navegado esas aguas desde hace un tiempo, escoltando a embarcaciones comerciales. "No obstante, el izamiento de una bandera roja sobre el suelo africano será la señal más visible hasta ahora de la creciente asertividad de China en un continente que alguna vez fue el patio de juegos [playground] de los poderes soviéticos y occidentales".

El establecimiento de una base militar en territorio africano es sólo una cara de la estrategia china. La otra cara es un "amplio esfuerzo orientado a incrementar el 'poder suave' de China en África y a promover el llamado 'modelo chino' de desarrollo conducido por el estado y autoritario, como opuesto a los esfuerzos occidentales para difundir el capitalismo democrático liberal". Esto se lleva a cabo mediante programas de entrenamiento político donde los miembros de los gobiernos, partidos y sindicatos son llevados a China a conocer por medio de los miembros del Partido Comunista cómo se hacen las cosas ahí. Los intentos de China de difundir su visión del mundo han tenido distintos niveles de éxito en diferentes países. Etiopía y Sudáfrica son los aprendices más aventajados. En Sudáfrica, por ejemplo, más de la mitad de los miembros del comité ejecutivo del partido gobernante Congreso Nacional Africano han asistido a escuelas en China, país al que consideran la "estrella polar que los guía". Otro importante instrumento a través del cual China amplía su influencia en África es la ayuda al desarrollo. De acuerdo con AidData, los países que votan con China en la Asamblea General de Naciones Unidas obtienen una cantidad de dinero significativamente mayor para su desarrollo que aquellos que no lo hacen.

Pero hay formas más sutiles mediante las cuales China amplía su influencia en el continente africano. Por ejemplo, en 2014 el número de estudiantes africanos en China rebasó el de los que estaban en Estados Unidos o Gran Bretaña, que habían sido destinos típicos de los africanos angloparlantes (Francia sigue siendo, no obstante, el principal destino para los estudiantes africanos). Este cambio se debe a que China ha dado decenas de miles de becas a estudiantes africanos para que vayan a sus universidades. Esfuerzos como este parecen estar destinados a mejorar la imagen de China en el exterior. Y están siendo exitosos. Un ejemplo de ello es que una encuesta reciente mostró que "63% de las personas en 36 países africanos consideró que China es una influencia positiva. Sin embargo, encontró también que la gente en África aún piensa que el modelo de desarrollo de Estados Unidos es mejor que el de China". Esta percepción puede cambiar –y seguramente cambiará– con el tiempo, debido principalmente a que el principal involucramiento de China en África es económico y contribuye a crear empleos y a construir la infraestructura que es tan necesaria para el continente.

La amplitud y diversidad de los intereses económicos de China en el continente, así como sus enormes flujos de dinero y de trabajadores, han llevado a que muchos consideren que China se está convirtiendo en el socio económico más importante de África, si no es que su "nuevo amo colonial". Considerando cinco indicadores de la conexión económica de África con el mundo (comercio, acervos de inversión, crecimiento en la inversión, financiamiento de infraestructura y ayuda para el desarrollo) la consultora McKinsey concluye que "China está entre los principales cuatro socios en cada uno de estos. 'Ningún otro país iguala esta profundidad y amplitud de compromiso'".

No obstante, están también quienes son más escépticos respecto de la importancia real de China en África. Quienes defienden esta posición sostienen que la sobreestimación de la importancia china se basa en que se consideran las promesas de préstamos e inversión de China y no los flujos reales: de los préstamos estatales chinos anunciados hacia África, únicamente se han materializado poco más de la mitad. Por otra parte, se matiza el tamaño de la inversión de China en África, que representa sólo el 5% (tanto en flujos como en acervos), mientras que el tamaño de los acervos de inversión de Estados Unidos es del doble.

Ciertamente, los flujos de préstamos e inversión estatales de China han sido menores que los prometidos. Además, es poco probable que las grandes inversiones en infraestructura –que avanzan lentamente– permitan obtener ganancias e incluso recuperar el capital invertido. "En este aspecto China parece estar repitiendo muchos de los errores cometidos por los donadores e inversionistas occidentales en la década de 1970, cuando mucho dinero fluyó hacia grandes proyectos de infraestructura en África que nunca produjeron los beneficios económicos esperados".

Sin embargo, si se mira más allá de los préstamos estatales o las grandes compañías chinas de propiedad estatal, son claros los signos de un profundo involucramiento de China en África. Hay cerca de 10 mil compañías chinas en África, y el 90% de ellas son privadas. La mayor parte de ellas están obteniendo jugosas ganancias y planean seguir invirtiendo debido a las excepcionales oportunidades para hacer negocios que África les ofrece.