The shifting geopolitics of water in the Anthropocene

Cita: 

Clarke Sather, Afton, et. al. [2017], “The shifting geopolitics of water in the Anthropocene”, Geopolitics, 22(2): 332-359

Fuente: 
Artículo científico
Fecha de publicación: 
2017
Tema: 
Los cambios de la geopolítica del agua en la era del Antropoceno
Idea principal: 
  • Afton Clarke-Sather, profesor del Departamento de Geografía de la Universidad de Delaware.
  • Britt Crow-Miller, profesor de la Universidad Estatal de Arizona.
  • Jeffrey M. Banister, profesor de la Escuela de Geografía y Desarrollo de la Universidad de Arizona.
  • Kimberley Anh Thomas, adscrito al Departamento de ciencias ambientales y de la tierra de la Universidad de Pennsylvania.
  • Emma S. Norman, jefa del Departamento de Ciencia Ambiental Nativa del Northwest Indian College, Washington.
  • Scott R. Stephenson, profesor del Departamento de Geografía de la Universidad de Connecticut.

El texto incluye una reflexión general, así como cuatro artículos que a través de diversos casos de estudio y desde diversas perspectivas, abordan la geopolítica del agua en la era del Antropoceno.

Introducción

En la reflexión introductoria, Afton Clarke-Sather y Britt Crow-Miller señalan algunos de los retos de la geopolítica del agua. De acuerdo con ambos autores, la geopolítica se ha encaminado generalmente a analizar la naturaleza transfronteriza del agua, los modos en que desafía las nociones tradicionales de territorio, así como los conflictos y la cooperación en sistemas fluviales compartidos. Sin embargo, el impacto sin precedentes de la acción humana en el ambiente hace necesario pensar una geopolítica del Antropoceno como nuevo marco epistemológico, en el que, siguiendo a Jamie Lorimer, la naturaleza no puede concebirse separada de la humanidad. Este enfoque traslada el análisis de sistemas hidráulicos estables a la comprensión de sistemas hidráulicos inestables y profundamente influenciados por el ser humano.

Según Clarke-Sather y Crow-Miller las razones para pensar la geopolítica del agua en la era del Antropoceno son: el carácter insustituible del recurso para la vida humana y sus funciones ecosistémicas; las características del agua como flujo y las formas en que esto constriñe la acción de diversos actores políticos que buscan acceder y controlar el recurso; las tensiones que se generarán a raíz del aumento de regiones con estrés hídrico y de la expansión global de las megaciudades; y el cambio climático como expresión más clara de la nueva era del Antropoceno con efectos vinculados al agua: sequías, inundaciones y derretimiento del hielo en el Ártico.

Los autores trazan cinco puntos a ser considerados por la agenda de investigación de la geopolítica del agua en la era del Antropoceno:

  1. El agua en sus diversos estados y materialidades (p.ej. agua salada y dulce) y sus imbricaciones con otros recursos y actores políticos.
  2. Los actores (estatales y no estatales) y las escalas (locales, regionales, nacionales) que se disputan el recurso e intervienen en la definición de la geopolítica del agua.
  3. La maleabilidad de las leyes en la cambiante geopolítica del agua.
  4. Las formas en que el Antropoceno está transformando los modos de concebir al agua.
  5. La responsabilidad diferenciada de quienes han contribuido más a la degradación ambiental.

Visions of water and Anthropocene

En este apartado Jeffrey M. Baninster señala que el discurso del Antropoceno es reduccionista pues desdibuja las diferencias socio-espaciales y temporales que generaron y dan forma a un planeta hostil a la vida. Según el autor, la imagen de un ambiente global y homogeneizado, limita nuestra capacidad de pensar alternativas a la forma dominante estadocentrica, tecnificada y apolítica de atender y ver los problemas del agua.

De acuerdo con Baninster la forma de representar a los recursos hídricos crea un tipo específico de política, en ese sentido cuestiona críticamente ¿cómo el Antropoceno, siendo una abstracción a macroescala, puede relacionarse con la práctica socio-espacial y con la implementación de políticas; cómo se pueden ver las desigualdades sociales si partimos de la generalización de la humanidad?

Baninster recupera tres casos que evidencian cómo la política oficial de “adaptación” de una región puede generar daños para otra. El caso de Ciudad de México donde los proyectos de infraestructura hídrica abastecen a ciertas zonas de relevancia económica mientras otras áreas son drenadas. El proyecto gubernamental en el estado de Sonora destinado a redireccionar gran parte del río Yaqui hacia la capital del estado a pesar de las protestas de las comunidades indígenas. El proyecto “Monterrey VI” acueducto que transferiría agua de la cuenca de Pánuco, en el estado costero de Veracruz, a la ciudad norteña de Monterrey.

Considerando estos casos, el autor concluye: “Nos quedamos con una imagen del entorno global que deja muy poco espacio para la diferencia, ya sea dentro de los estratos o entre ellos”.

Governing International Rivers in the Anthropocene

Las ciencias naturales están conformadas por múltiples conceptos que adquieren relevancia política y científica y que dotan de significado a ciertos eventos y objetos. En el caso del Antropoceno, el término destaca los impactos a largo plazo generados por la interferencia humana en los ciclos biogeoquímicos que afectan la viabilidad de sistemas socio-ecológicos. Considerando a los ríos internacionales como uno de estos sistemas socio-ecológicos, Kimberley Anh Thomas debate si el enfoque planetario del Antropoceno podrá lograr el ideal de cooperación hasta ahora no alcanzado por la Gestión Integrada de los Recursos Hídricos (IWRM por sus siglas en inglés), enfoque que ha dominado el discurso en las últimas décadas y que no ha logrado superar las asimetrías de poder en el que grandes estados ribereños como China, Egipto e India se rehúsan a cooperar en una gestión compartida del agua. Estas preocupaciones no son nuevas, diversos estudios han señalado el carácter transfronterizo de los problemas vinculados al agua, lo que ha llevado a plantear la necesidad de pensar una gobernanza global del recurso y enfatizar en la retroalimentación que existe entre los sistemas naturales y sociales. Para el autor la perspectiva del antropoceno podría contribuir a desafiar la distinción ontológica entre naturaleza y sociedad y a generar el “pensamiento global” necesario para obtener resultados equitativos y sustentables. No obstante, el autor también apunta los peligros y trampas que el uso de este término trae consigo:

  1. La construcción del “pensamiento global” y de los “principios universales” que demanda la aproximación desde el Antropoceno puede llevar a descontextualizar los problemas a atender.
  2. La variedad de agendas que están adaptando el término Antropoceno según sus objetivos.
  3. Al tratar a la humanidad como una fuerza monolítica, la noción del Antropoceno puede llevar a la trampa de que todos los humanos somos igualmente culpables de la extinción de especies, de las disrupciones climáticas y demás alteraciones al sistema planetario, desdibujando diferencias esenciales de responsabilidad, vulnerabilidad y capacidad de responder a disturbios socio-ecológicos. La necesidad de hacer explícita la responsabilidad diferenciada, deja ver las asimetrías de poder que también permean en la gobernanza de los recursos hídricos.
  4. “La noción de una ″geología de la humanidad″ efectivamente despolitiza lo que es inherentemente una actividad política” (pág. 344).

Frente a estas dificultades el autor propone que “los sistemas policéntricos de gobernabilidad transfronteriza del agua puedan ser reforzados por la integración con enfoques como la hidropolítica crítica y la hidro-hegemonía que elucidan, respectivamente, el “carácter multi-escalar y multi-actoral de la política del agua" así como las relaciones de poder asimétricas entre estados ribereños” (pág. 345). La principal dificultad que encuentra el autor en la noción del Antropoceno es su falta de atención a las diferencias sociales y espaciales.

Water, Fish and Power in the Salish Sea Basin: Indigenous Treaty Rights and Water Politics in the Anthropocene

Emma S. Norman aborda el tema del Antropoceno desde el punto de vista de las comunidades indígenas cuya cultura, visión del mundo y bienestar están muy vinculados a ecosistemas que han permanecido intactos.

Para muchas comunidades indígenas alrededor del mundo, el Antropoceno deriva de la expansión de los marcos coloniales y de fronteras fijadas políticamente, procesos que han llevado a sus territorios a reducirse a pequeñas porciones de lo que solían ser. Asimismo, las economías de subsistencia de los pueblos indígenas han visto mermado su acceso a recursos vitales como el agua y alimentos, tal es el caso de diversas especies de peces que se encuentran al borde de la extinción.

En este sentido, la geopolítica del agua en el Antropoceno, debe considerar las disputas que existen entre los gobiernos, actores industriales y las comunidades indígenas.

El artículo recupera la experiencia exitosa de la nación Lummi, una comunidad pesquera ubicada en la cuenca marina de Salish en Estados Unidos que después de cuatro años de resistencia logró detener la construcción de una terminal portuaria de aguas profundas en el sitio sagrado Cherry Point.

El proyecto “Gateway Pacific Terminal” sería el más grande de su tipo en Estados Unidos y estaría destinado a la exportación de carbón hacia mercados como el de China. Las afectaciones del proyecto incluían la desacralización del territorio de la nación Lummi, así como posibles derrames de petróleo y daños para la reproducción del salmón.

A pesar de los intentos de negociación que intentó llevar a cabo la empresa, la comunidad optó por la conservación de sus tierras sagradas y la armonía ecológica de la cual forma parte. La nación Lummi no sólo estaba disputando sus derechos a pescar, a recolectar, al agua, también estaban cumpliendo con su responsabilidad de proteger su entorno.

La lucha de la comunidad Lummi muestra que no existe distinción entre el “ambiente” y los “humanos”, al tiempo que da cuenta de la importancia de nociones como la relacionalidad y la reciprocidad, posturas que en la era del Antropoceno podrían ser útiles.

The Geopolitics of an Ice-Free Artic

Scott R. Stephenson analiza las transformaciones geopolíticas que se derivarán del deshielo del Ártico y del surgimiento de nuevas rutas comerciales. Tal es el caso de la “ruta trans-polar” o “ruta del Polo Norte”, la cual va del Atlántico Norte al Estrecho de Bering a través del Océano Ártico central, pasando sobre o cerca del Polo Norte. La importancia geopolítica de esta ruta deriva de que es el paso más directo a través del Ártico y la ruta más corta posible entre Europa y Asia, lo cual permitiría ahorrar emisiones y combustibles. No obstante los beneficios de este “ahorro”, el autor señala los riesgos ambientales de usar esta ruta ante accidentes como derrames de petróleo.

El antropoceno y la transformación de hielo a agua, implicarán una reconfiguración de la gobernanza del Ártico y de la normatividad actual que posibilite la negociación entre los países interesados en transitar la ruta trans-polar. Tal es el caso de Rusia, país para el cual el hielo marino ha actuado como una barrera natural que ayuda a controlar la actividad a lo largo de su costa norte, sin embargo, la disminución de esta barrera durante periodos cada vez más prolongados plantea retos para su soberanía y su control sobre el espacio marino.

Datos cruciales: 

De acuerdo con Paul Crutzen, premio Nobel de química, sólo un cuarto de la población mundial es responsable de haber producido los efectos negativos que definen al Antropoceno (pág.343).

Trabajo de Fuentes: 

Lorimer, J. [2012], “Multinatural Geographies for the Anthropocene”, Progress in Human Geography, 36: 593

Nexo con el tema que estudiamos: 

La definición del antropoceno no es su asunto meramente estratigráfico, involucra relaciones de poder asimétricas según las cuales se configuran la geopolítica y la economía actual. En el caso del agua, recurso central para la reproducción de la vida humana y no humana, habrá que considerar:

  1. Las disputas entre gobiernos, corporaciones y comunidades por el uso y control del agua.
  2. Las oportunidades de negocio que, para algunos, ofrece la catástrofe climática. Por ejemplo, la apertura de nuevas rutas comerciales a consecuencia del deshielo del Ártico.
  3. La responsabilidad de la población que concentra la mayoría de los flujos financieros de energía y materia mundiales, en la alteración de los sistemas ecológicos planetarios.

La conceptualización de la destrucción del clima es parte de la disputa civilizatoria y tendrá una gran influencia sobre los escenarios de la bifurcación sistémica. Dentro de este amplio tema, la geopolítica del agua ocupa un lugar privilegiado en tanto esta riqueza deviene de más en más escasa. De ahí la importancia de diseñar un marco analítico adecuado sobre estos temas.