Disertación sobre la crisis total

Cita: 

Trejo, Alberto [2014], “Disertación sobre la crisis total”, Javier Contreras y María Griselda Günther (coordinadores), Laberintos de la racionalidad. ¿Crisis civilizatoria?, México, UAM-Xochimilco-Itaca, pp. 41-54

Fuente: 
Libro
Fecha de publicación: 
2014
Tema: 
La raíz de la racionalidad occidental y su superación
Idea principal: 

Alberto Trejo Amezcua es profesor del área Cultura y sociedad de la Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco, Ciudad de México.


En la búsqueda por cuestionar y superar la crisis total, el texto se divide en tres partes: 1) la autosustracción del hombre de la naturaleza como raíz del racionalismo occidental, 2) la construcción de la noción de progreso, y 3) la crítica al racionalismo occidental.

I

Alberto Trejo propone el concepto de crisis total para describir la crisis actual “no en oposición al término ‘crisis civilizatoria’, sino como una prolongación de éste, ya que dicho concepto hace más inteligible el fenómeno como la suma de múltiples crisis” (p. 41). Justamente por el carácter total de la crisis, “la recomposición de las tendencias del desarrollo económico” no es suficiente para entender ni para solucionar la crisis sino que requiere abandonar el racionalismo económico desde sus raíces (p. 42).

II

Trejo reconoce la masividad de los estudios que ubican en los inicios del siglo XVII la génesis del racionalismo occidental, sintetizado en la expresión cogito ergo sum, y cuyo desenvolvimiento derivaría en la crisis total que ahora vivimos. Sin embargo, a diferencia de otros autores, Alberto Trejo ubica este punto de partida en tiempos más lejanos y en variadas geografías. Para él, el fenómeno que fijó el rumbo de la humanidad es la autosustracción de la humanidad de la naturaleza, “una separación gradual en la que el hombre adoptó una postura de inferioridad frente a los elementos que lo originaron” (p. 43). Este fenómeno evolucionó hasta la destrucción del medio ambiente.

Para el autor, el fundamento de la separación entre el hombre y la naturaleza es “la transformación de la lucha inmediata por la supervivencia en una abundancia de bienes materiales”, condición ya presente en las civilizaciones antiguas. Los Jardines colgantes en Mesopotamia ilustran la existencia de una sociedad antigua que había superado las necesidades más básicas para construir obras arquitectónicas que ya no dependían de las condiciones ecológicas que la rodeaban. Al convertir a la naturaleza en algo externo que podía ser manipulado por el hombre, se gestó el antropocentrismo que está en la base de la crisis actual (p. 44).

III

Retomando a Isaiah Berlin, Trejo señala una de las características centrales del pensamiento occidental: su devoción por lo racional. Según esta condición existe un entendimiento ideal de la realidad, por lo que cualquier obstáculo puede ser enfrentado por la vía de la razón, misma que conducirá a una única y verdadera solución. Tres supuestos están detrás de esta creencia:

1. Toda pregunta, si es verdadera, tiene una respuesta única e inequívoca. Lo que tiene dos resultados inmediatos: 1) el resto de respuestas posibles son falsas, y 2) si no hay respuesta se debe a que la pregunta está mal formulada o es falsa (p. 45).

2. Todos los problemas humanos tienen soluciones cognoscibles. La falta de respuestas se explica por el insuficiente avance del conocimiento, pero dado que éste es lineal, ascendente y continuo, el futuro es una promesa de comprensión total (p. 46).

3. No existen contradicciones entre las soluciones verdaderas, lo que da forma a una red de conocimiento que enlaza respuestas verdaderas, es decir, el pensamiento occidental es un sistema coherente y sin contradicciones en perpetuo crecimiento que aspira a captar la totalidad de la realidad.

De la construcción de un pensamiento lineal, ascendente y continuo, se desprende la noción de progreso. Éste supone la instrumentalización de la racionalidad (ciencia y tecnología) para alcanzar un futuro mejor, lo que inmediatamente califica al pasado como inferior. La materialización de esta noción está en el uso que el capitalismo le da a la técnica científica, particularmente en la industria y la guerra a escala global (p. 47).

IV

En este apartado el autor demuestra que a pesar de su predominio, la racionalidad occidental no es la única. Al interior de occidente se han construido racionalidades alternativas, críticas, a la hegemónica. Isaiah Berlín propone tres momentos emblemáticos de esta resistencia:

1. Entre la muerte de Aristóteles y el nacimiento de la escuela estoica se dio una inversión de los valores tradicionales del pensamiento occidental.

2. La incompatibilidad de los valores políticos con la ética cristiana, señalada por Maquiavelo (p. 49).

3. El romanticismo alemán criticó el carácter “natural” atribuido por la racionalidad occidental a los valores que promueve y los calificó como construcciones humanas. Esta corriente coloca a la humanidad como causa y efecto de la realidad y no por encima, como pretende hacer la tradición del pensamiento occidental (p. 50).

Para Alberto Trejo, la resistencia al pensamiento occidental puede rastrearse no sólo en estos momentos sino a lo largo de su desenvolvimiento. Desde Erasmo de Rotterdam, Tomás Moro, hasta Marx y Walter Benjamin, la racionalidad ha enfrentado fuertes críticas y alternativas en su propio seno (p. 51).

V

Para Trejo, en el siglo XXI la crítica más aguda es la de Zygmunt Bauman. Bauman ha señalado la pérdida de soberanía de la sociedad frente al movimiento desenfrenado de los capitales, el aniquilamiento de un proyecto de vida autónomo y el desenvolvimiento de los sujetos en un sistema que los niega permanentemente (p. 52). Esta condición es global, por lo que cualquier solución que se defina a sí misma como radical, debe ser global.

Finalmente, Alberto Trejo propone la implementación de un nuevo marco normativo global y extrajurídico, una politeia mundial, construida con lo mejor de los valores liberales occidentales y lo más decantado de otras civilizaciones (multiculturalismo, diversidad, justicia, equidad, amistad) (p. 53).

Nexo con el tema que estudiamos: 

Este texto añade un elemento teórico fundamental para comprender la destrucción del clima: la separación entre el hombre y la naturaleza. Esta perspectiva abre el debate sobre las alternativas que se han construido frente al capitalismo puesto que, como demuestra Trejo, la explotación de la naturaleza no se explica sólo por su mercantilización, sino por la autosustracción de la humanidad de su entorno. Así, proyectos que no reconozcan esta premisa reproducirán, aunque en otra escala y de otra forma, el antropocentrismo que da lugar a la crisis ecológica actual.

Otro texto que aborda la crisis ecológica desde la racionalidad de occidente se puede encontrar en: http://let.iiec.unam.mx/node/1455