El 1 de noviembre de 2017 ejecutivos de Facebook, Google y Twitter testificaron ante the House Intelligence Commite acerca de cómo sus plataformas fueron utilizadas por el gobierno de Rusia durante las elecciones presidenciales de 2016. Los políticos de ambos partidos consideraron que dichas compañías de Internet podrían representar un peligro para la sociedad.

Los demócratas adquirieron una postura en contra al creer que Twitter, Google y Facebook, contribuyeron para que un republicano alcanzara la presidencia. Un artículo reciente the Computational Propaganda Project de la Universidad de Oxford descubrió que los usuarios de Twitter en los estados más inestables de Estados Unidos tuvieron la posibilidad de encontrarse con una noticia conspirativa previa al día de las elecciones y cambiar su opinión respecto a los candidatos. The Economist cree que las posibilidades de que se presente un candidato anti-tecnología por parte del partido Demócrata para 2020, son muy altas.

Los Republicanos, por su parte se han mostrado hostiles ante esta situación. El presidente Trump, ha lanzado tweets que desfavorecen a Amazon y otras plataformas de internet. El antiguo estratega de la administración, Stephen Bannon, apeló hacia una regulación de Google y Facebook. Mientras que los líderes de la tecnología han tenido diferencias con los republicanos respecto a las políticas migratorias.

Los senadores demócratas, Amy Klobuchar y Mark Warner, y un republicano, John McCain, formularon the Honest Ads Act. Esta ley pretende requerir los datos de quien pagó los anuncios políticos en línea. El objetivo es incrementar la transparencia en las campañas publicitarias de la política. Sin embargo, las compañías tecnológicas se han negado a ser tratadas como compañías de medios, rechazan cualquier intentó de legislación y regulación. Dicho esto, el Congreso debería exigir una auditoria exhaustiva de todos los spots políticos en las redes sociales con el fin de identificar las posibles compras del gobierno de Rusia.

En Europa, los monopolios tecnológicos se enfrentan a medidas legislativas y de regulación. Blair Levin, un ex funcionario the Federal Communications Commission, dice que una reducción de impuestos beneficiaría a las empresas para facilitar la repatriación de ganancias.
A partir de esto, las empresas tecnológicas intentaron adherirse a la esfera política y social. No obstante la organización de campañas e inversiones que demostraron su efectividad, compitió directamente con empresas industriales que producen una mayor cantidad de empleos que las empresas tecnológicas, y ha acentuado su enfrentamiento con los partidos políticos.

The Economist considera que la regulación de empresas tecnológicas no ha sido del todo estricta, esto se debe a la gran variedad de productos y entretenimiento que ofrecen son aprobados por la sociedad. Esta aceptación es un factor que no menoscaba la función cotidiana de dichas empresas. No obstante, la posible violación y obtención de datos personales de estas plataformas determinaría una ofensiva legislativa que intente terminar con los monopolios tecnológicos.