Chemical paralysis. Why controlling chemical weapons is so hard. The agency that fights them can act only if countries let it

Cita: 

The Economist [2018], "Chemical paralysis. Why controlling chemical weapons is so hard. The agency that fights them can act only if countries let it", The Economist, London, 24 de marzo, https://www.economist.com/news/europe/21739184-agency-fights-them-can-ac...

Fuente: 
The Economist
Fecha de publicación: 
Jueves, Marzo 22, 2018
Tema: 
La regulación del uso de armas químicas
Idea principal: 

La Organización para la Prohibición de las Armas Químicas [1] tiene sus oficinas centrales en La Haya, Países Bajos. Durante los últimos años, su labor ha girado en torno a la destrucción de armas químicas en Libia, Irak y Siria. En 2013 fue laureada con el Premio Nobel de la Paz por su trabajo de destrucción de armas durante la Guerra en Siria. Sin embargo, el uso de un “gas nervioso” en el intento de asesinato de un ex espía ruso, en Reino Unido, durante marzo de 2018, la ha llevado a dificultades.

La misión de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas es velar por la Convención de Armas Químicas de 1993, la cual prohíbe la posesión de armas químicas. Sin embargo, no es un organismo con independencia de aplicación. En teoría, un país parte puede exigir la inspección de otro signatario si sospecha que existe almacenamiento de armas químicas, pero esto nunca ha sucedido; sólo se convoca al organismo cuando un país acepta limitar sus existencias.

El mayor logro de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas fue durante la Guerra en Siria, después de que en 2013, Rusia persuadió a su aliado en Medio Oriente para que se adhiriera a la convención y eliminará sus reservas de armas químicas, con el fin de defenderse de la amenaza que representaba Estados Unidos. Las armas fueron entregadas, transportadas bajo supervisión rusa y china a barcos noruegos y daneses y destruidas dentro de un buque estadounidense. Sin embargo, como menciona, Derek Chollet, la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas es tan poderosa como los países lo permiten, no tiene capacidad independiente.

En 2015 cuando los ataques químicos se reactivaron en la Guerra en Siria, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas aprobó investigaciones conjuntas para saber quién tenía la culpa. Rusia cuestionó los resultados de los investigadores, que culpaban al gobierno sirio y cuando se llamó a renovación de investigaciones, Rusia ejerció el derecho de veto. Las misiones de investigación continuaron, pero sin el permiso para investigar quién es el culpable.

En marzo de 2018, Reino Unido pidió el envío de investigadores para confirmar el uso del gas nervioso ruso “Novichok”, en el envenenamiento del ex espía ruso Serguei Skripal. The Economist considera que las furiosas negaciones del uso del Novichok por parte de Rusia son parecidas al escenario post-conclusiones de los investigadores en Siria. Rusia no puede bloquear por sí misma la asistencia de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas; para ello necesitaría el apoyo de dos terceras partes de los 41 miembros congreso ejecutivo, pero aunque los miembros puedan decir cuál fue el agente químico usado, no podrán resolver la pregunta más importante: ¿quién lo hizo?


[1] Organismo internacional fundado en 1997. Los estados parte de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas representan el 98% de la población mundial y el 98% de la industria química, según su página oficial.

Datos cruciales: 

1. El uso de armas químicas ha sido ilegal desde la Convención de La Haya de 1899, sin embargo durante la Primera Guerra Mundial fueron usadas por los ejércitos de Reino Unido y Alemania.

2. Actualmente la Convención de Armas Químicas de 1993 es el instrumento jurídico internacional para la regulación del uso de este tipo de armas no convencionales.

3. En Siria existen investigaciones sobre los ataques químicos pero no se permite llevar a cabo investigaciones para encontrar un culpable.

Nexo con el tema que estudiamos: 

La regulación de las armas químicas y los organismos a quienes compete este trabajo necesitan complejizar sus funciones y las preguntas de investigación, para no terminar siendo un agente con poca capacidad independiente y que termine haciendo funciones instrumentales al servicio de las presiones de Rusia, Estados Unidos o países de Europa Occidental.

No sólo es necesario saber ¿quién fue el culpable?, otras preguntas necesarias para el caso son ¿qué empresa(s) producen las armas químicas? ¿quién las compra? ¿existen intermediarios en la venta de estas armas? Es necesario pensar en una regulación que no sólo investigue Estados, ya que el escenario internacional no sólo es un escenario donde los actores son entes estatales.

Una vía alterna, probablemente más efectiva, para regular/prohibir el uso de armas químicas consiste no en investigar los crímenes una vez cometidos (una táctica que brinda "soluciones al final del tubo de escape", con escasa efectividad y con posibilidades muy limitadas para fincar responsabilidades a quienes presumiblemente las utilizaron) sino en prohibir que empresas fabriquen y comercialicen estas armas.