In heaven as it is on Earth. The new space race. Events in space reflect those back home
The Economist [2018], "In heaven as it is on Earth. The new space race. Events in space reflect those back home", The Economist, London, 18 de enero, https://www.economist.com/leaders/2018/01/18/the-new-space-race
Un cohete llamado Falcon Heavy de la marca SpaceX está por despegar de Cabo Cañaveral, en Florida en los próximos días. Su misión es poner un automóvil deportivo en órbita alrededor del sol. SpaceX, corporación de Elon Musk, tiene el objetivo explícito de permitir a las personas viajar y colonizar Marte. Antes de eso, el Falcon Heavy puede generar ganancias llevando satélites y turistas en viajes de "resortera" alrededor de la Luna.
Para la revista, el espacio refleja el equilibrio cambiante de poder en la Tierra. Desde el fin de la carrera espacial durante la guerra fría, el poder no solo ha cambiado entre países, sino también entre gobiernos e individuos.
La competencia internacional no está ausente del espacio exterior. China, por ejemplo, el año pasado (2017) reservó una extensión de desierto en el noroeste del país para ser utilizada como campo de entrenamiento para los lanzamientos a Marte. Al mismo tiempo está moviendo su principal puerto espacial del Norte al Sur del país, con el fin de aprovechar la velocidad extra de lanzamiento que existe más cerca del ecuador por el giro de la Tierra. Mientras tanto el presidente Donald Trump firmó una orden ordenando a la NASA, la agencia espacial estadounidense, que se prepare para el regreso de los astronautas estadounidenses a la Luna.
A diferencia de lo sucedido durante la guerra fría, la disputa por el espacio actual es de menor intensidad lo cual refleja la naturaleza de la rivalidad de las superpotencias en la Tierra. Al mismo tiempo refleja la difusión de la riqueza y la tecnología. El número de países con "viajes espaciales" ha aumentado desde la década de 1960, cuando solo contaban Estados Unidos y Unión Soviética. Ahora, además de China y Rusia, Europa, India y Japón también tienen programas espaciales que pueden llegar a la Luna y a otros cuerpos celestes con naves espaciales robotizadas.
La específico de la época presente es la capacidad de un individuo para ejecutar un programa espacial. Ahora existen varias corporaciones como SpaceX, Blue Origin (respaldado por Jeff Bezos de Amazon) y llamativa startup llamada Rocket Lab. El hecho de que una persona adinerada esté dispuesta a gastar su dinero en un proyecto espacial tan fantástico como ir a Marte es, sin embargo, una apuesta intrigante, y una buena medida de cuán ricas se han convertido algunas personas.
Por ahora, los programas espaciales privados del mundo, ya sean comerciales o con otros fines, son en su mayoría estadounidenses. Pero el modelo se está extendiendo. Incluso China se divierte con nuevas empresas de cohetes. La incipiente carrera hacia Marte incluirá empresas y países.
La disputa por el espacio lejos de haber culminado sigue siendo un tema vigente. Pero ahora se ha desplazado el papel estatal para representar meramente un espacio de apropiación de las grandes corporaciones privadas del siglo XXI. Expresión de la fuerte concentración de capital en la última parte del siglo XX. Conforme avanzan las tecnologías de exploración del espacio exterior, se proyectan nuevas posibilidades para la valorización de los capitales: turismo, colocación de satélites, búsqueda de minerales, agua, nuevos materiales, y sobre todo, ir abriendo posibilidades para la colonización. De ahí la importancia de esta actividad para la disputa hegemónica.