In the line of fire. The world is losing the war against climate change. Rising energy demand means use of fossil fuels is heading in the wrong direction.

Cita: 

The Economist [2018], "In the line of fire. The world is losing the war against climate change. Rising energy demand means use of fossil fuels is heading in the wrong direction", The Economist, London, 4 de agosto, https://www.economist.com/leaders/2018/08/02/the-world-is-losing-the-war...

Fuente: 
The Economist
Fecha de publicación: 
Sábado, Agosto 4, 2018
Tema: 
Retos y avances frente al calentamiento global
Idea principal: 

Este año, el calor del verano se ha intensificado en todo el hemisferio norte. En California se viven de los incendios forestales más grandes de su historia. En Grecia han muerto 91 personas por los más recientes incendios. Y en Japón van 125 muertes por una ola de calor que elevo la temperatura en Tokio a más de 40° centígrados por primera vez.

Estas catástrofes y los cambios erráticos del clima, que antes eran extraordinarias, se vuelven comunes conforme el planeta se calienta. Hecho que los científicos ya advertían cuando pronosticaban que el aumento de 1°C actual, viene desde el inicio de la era industrial. Un estudio apunta que, sin el calentamiento global inducido por los humanos, el verano europeo habría sido la mitad de intenso.

Después de tres años del compromiso internacional por mantener el calentamiento "muy por debajo" de 2°C en relación con los niveles preindustriales el panorama no es alentador. Las emisiones de gases de efecto invernadero volvieron a crecer, al igual que la inversión en petróleo y gas y la demanda de carbón. Por otra parte, los subsidios en energías solar o eólica han caído y las inversiones en esa industria están estancadas. Y la energía nuclear -otra alternativa- es costosa e impopular.

No obstante, sigue habiendo avances reconocibles. Las fuentes limpias y renovables de energía se han hecho más utilizadas conforme se vuelven más baratas y eficientes. La venta de autos eléctricos en todo el mundo superó1 millón de unidades el año pasado. Y en lugares soleados la energía renovable ya es más barata que el carbón.

En cuanto a la opinión pública también hay indicios de mejoramiento. Una encuesta del 2017 en 38 países señala que a 61% de la población le preocupa el cambio climático; solo el Estado Islámico es considerado una amenaza más grave. Los inversionistas occidentales están dispuestos a abandonar compañías que obtienen sus ganancias mediante la venta de petróleo y carbón. En Estados Unidos, alcaldes, gobernadores e incluso algunos republicanos se niegan a seguir a Donald Trump en su decisión de abandonar el Acuerdo de París. Y en China e India, las masivas poblaciones azotadas por la contaminación extrema comienzan a reclamar una electrificación de sus países que no dependa del carbón.

A pesar de que la descarbonización parece alcanzable existen factores que lo dificultan extraordinariamente. La primera razón es la creciente demanda de energía por parte de las economías en desarrollo (su consumo de energía aumentó 40% de 2006 a 2016), especialmente asiáticas, la cual se ha generado principalmente con carbón (el combustible fósil más contaminante). El uso del carbón creció a una tasa anual del 3.1%, el uso de gas natural -más limpio- creció 5.2% y el petróleo, 2.9%. Los combustibles fósiles son más fáciles de conectar a las redes existentes que las energías renovables dependientes del sol y el viento.

La segunda razón es la inercia de la economía y la política. Con sociedades basadas en el uso de combustibles fósiles, abandonar esas fuentes de energía es una tarea que puede durar siglos. En sociedades como India, el carbón no solo produce 80% de la electricidad total, sino que también es la principal actividad de algunos estados pobres del país.

Por último, el acero, el cemento, la agricultura, el transporte y otras actividades económicas representan más de la mitad de las emisiones mundiales de carbono, por lo que implican un problema mayor al uso de carbón en la generación energía, debido a los intereses que los sostienen.

Algunas señales de éxito pueden ser engañosas. Por ejemplo, la red donde se cargan los más de un millón de autos eléctricos en China consume dos tercios de su energía del carbón, e incluso puede generar más dióxido de carbono que modelos más eficientes en combustible que usan gasolina. Además, el uso de tecnologías que remueven carbono de la atmósfera para alcanzar la meta de los Acuerdos de París implica un enorme esfuerzo que no convoca a tanta gente.

Aun así, continúan los esfuerzos por alcanzar los objetivos de París. 70 países y regiones, que en conjunto generan una quinta parte del total de emisiones, han comenzado a poner precio a estas. Mientras, se desarrollan tecnologías como la producción de acero de cero carbono, o cemento de carbono negativo que absorbe más CO2 del que libera su producción. De igual forma, The Economist considera que esfuerzos como la "'geoingeniería solar' para reflejar luz solar de vuelta al espacio, deben ser redoblados".

Para tener un mayor éxito es fundamental el esfuerzo de los países desarrollados, los cuales se enriquecieron en el pasado con una industria con altas emisiones de carbono. Su responsabilidad debe ser doble ante los países no desarrollados, tanto en el apoyo a afrontar los problemas del cambio climático como en reducir las emisiones sin que a partir de eso se mantenga en pobreza al resto de países.

Si bien evitar el cambio climático podría tener costos financieros, también es posible un reimpulso económico similar al vivido en el siglo XX con el cambio al uso del petróleo y electricidad. De tal forma que se vuelve crucial el papel de los políticos para continuar con las reformas necesarias y evitando empeore la situación, pero también evitando dejar sobre los hombros de los más vulnerables las consecuencias.

Datos cruciales: 

1- La venta de autos eléctricos en todo el mundo superó la cantidad de 1 millón el año pasado.

2- Una encuesta del 2017 en 38 países señala que a 61% de la población le preocupa el cambio climático.

3- Las economías en desarrollo asiáticas aumentaron su demanda de energía 40% de 2006 a 2016. El uso del carbón creció a una tasa anual de 3.1%, el uso de gas natural más limpio creció 5.2% y el de petróleo 2.9%.

4- En India el carbón produce 80% de la electricidad total.

5- El acero, el cemento, la agricultura, el transporte y otras actividades económicas representan más de la mitad de las emisiones mundiales de carbono.

Nexo con el tema que estudiamos: 

El empeoramiento del calentamiento global tiene cada vez un mayor efecto en las vidas de la población, al nivel de que las muertes relacionadas van aumentando y haciendose más comunes. Pero es la población más vulnerable la que sufre esas consecuencias. Se observa las diferencias entre clases sociales con las catástrofes más frecuentes. Donde la población pobre tiene una capacidad menor de movilidad pero también de acceso a servicios básicos que pueden significar mucho ante un panorama de calor o frío excesivo.

El discurso se mantiene dirigiendo la responsabilidad a la totalidad de la población, aún cuando existen estudios que señalan con exactitud la relación entre ingresos y emisiones de carbono, o simplemente la diferencia entre empresas y "consumidores" o trabajadores, donde son las primeras en generar la gran mayoría de contaminación.