China siendo el mayor importador de basura del mundo, comenzó el año 2018 con la noticia de que dejaría de importar cualquier plástico reciclado y papel sin clasificar y que reduciría de forma importante las importaciones de cartón. Afectando fuertemente al comercio mundial de basura, pues China importaba gran parte de la basura del mundo. Pero especialmente a Estados Unidos que es el mayor exportador de basura, y a las empresas en occidente en donde permanecen ahora grandes cantidades de basura en espera de ser compradas.

Con esta detención de importaciones China terminó con la última parte del sistema ¨recolectar, clasificar y exportar¨ (The economist, 2018), al que se había acostumbrado el mundo occidental y en el que había confiado por mucho tiempo, y que resolvía muchos de sus problemas. Pues no tenía que preocuparse por donde colocar ese excedente ni lidiar con los altos costos de mano de obra necesarios para hacer frente a esa basura. Y aunque los vertederos e incineradores se hacen cargo de una parte de esa basura, su capacidad es insuficiente y su construcción es costosa por lo que no son algo viable. Mientras que los rellenos sanitarios son cada vez más regulados en cuanto a la cantidad de basura para verter.

Esta suspensión no solo afecta al comercio de desechos. Pues productos como el acero y el aluminio ya se han visto afectados por los aranceles estadounidenses a la importación de estos productos, llevando a los socios comerciales a imponer también aranceles en represaria. Lo que indica que, si esto se transforma formalmente en una guerra comercial, el comercio de muchos otros productos aparte de la basura se vería seriamente afectado.

Pero para China esta represaria va más allá de una disputa comercial, pues es una forma de ir en contra de las empresas contaminantes, una idea defendida por el presidente chino Xi Jinping, que pretende eliminar todos los residuos sólidos que son los principales generadores de peligros ambientales. Provocando que muchos países dejen de tener un lugar a donde enviar sus desechos. A pesar de la suspensión total del comercio de basura en todo el mundo, expertos y activistas, opinan que es una forma de que los países dependientes de China para colocar sus desechos ahora tengan que buscar una solución al problema, forzándolos también a generar el cambio a largo plazo.

China al igual que en otras áreas comerciales ha terminado por dominar el comercio mundial de basura, pues siempre ha mostrado un gran interés por todo tipo de recursos, incluidos los de doble uso que le son útiles para mantener en auge su economía. De tal manera, que sus importaciones de recursos representaban la cuarta parte del total mundial. Y tan solo antes de que detuviera las importaciones, más de la mitad del total de plástico, papel y cartón usados en el mundo eran enviados a China. Lo que era posible, gracias al volumen de productos trasladados en buques por empresas navieras a Norte América, los que posteriormente enviaban de regreso a China llenos de basura a precios muy bajos.

Pero ahora con esa prohibición esas empresas y el mismo país chino podrían sufrir las consecuencias, las primeras porque el envío masivo de basura para reciclar era una forma de compensar los ingresos bajos que les generaba su actividad normal, y el segundo estaría sacrificando su base industrial, pues depende en gran medida de los materiales reciclados. Por lo que ahora muchas empresas chinas de reciclaje temen por su futuro que parece incierto.

Sin embargo, no todo pinta tan mal de acuerdo con un experto de gestión de residuos de la universidad de Tsinghua en Beijín que considera, que son buenas noticias para el reciclado doméstico de todo el mundo, pero especialmente para China, porque ya no será tan dependiente de las importaciones y la motivará a adaptarse mejor a su condición.

También ha sido una razón para dar apertura a nuevos mercados, especialmente en Estados Unidos, en donde se comenzaron a crear desde 2017 empresas en línea, donde interactúan compradores y vendedores de distintos materiales reciclados en diferentes países. Ahora existen varios a nivel estatal, y en países como Turquía y Vietnam. Estas empresas han permitido a las empresas estadounidenses poder intercambiar más fácilmente sus sobrantes y todos sus subproductos, aprovechando al máximo sus recursos disponibles. En conclusión, esta decisión ha sido benéfica para todos por dos razones, la primera porque el mercado de basura ha comenzado a regularse. Y la segunda porque ha dejado ver las deficiencias actuales de la industria de desechos a nivel mundial.