Ecology and economics. How to preserve nature on a tight budget. Saving species cheaply and effectively

Cita: 

The Economist [2019], "Ecology and economics. How to preserve nature on a tight budget. Saving species cheaply and effectively", The Economist, London, 9 de febrero, https://www.economist.com/science-and-technology/2019/02/09/how-to-prese...

Fuente: 
The Economist
Fecha de publicación: 
Sábado, Febrero 9, 2019
Tema: 
Financiamiento y problemas de ecología global
Idea principal: 

Durante décadas, la tala pesada ha terminado con el hábitat del búho moteado del norte. Este hecho ha provocado que los números de esta ave disminuyan constantemente. Quedan menos de 2 500 pares, principalmente en Oregón, el norte de California y Washington. Como resultado, el búho manchado ha sido incluido en la Ley de especies en peligro de Estados Unidos. Los esfuerzos dirigidos para preservar a los búhos reciben una cantidad de 4.4 millones de dólares de los contribuyentes estadounidenses al año, a través de varios canales. Esta suma es casi el doble de lo que el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos (USFWS), una agencia federal, recomienda gastar en la especie. En 2016, Yes Gerber, de la Universidad Estatal de Arizona, descubrió que 139 de las 1.124 plantas y animales considerados en peligro recibieron un presupuesto superior al recomendado por la USFWS para su preservación. Así entonces, la conservación se convierte en un problema a partir de la desigualdad de fondos. Los búhos manchados reciben dinero mientras que los mejillones Scaleshell no lo hacen.

Con las tasas de extinción estimadas entre 100 y 1000 veces su nivel prehumano, y los cambios climáticos provocados por el hombre (que están forzando incluso aquellas partes de la superficie de la Tierra donde la humanidad ni siquiera ha estado) es necesario un enfoque racional para la conservación. Los conservacionistas afirman que ante la expansión del Homo Sapiens a través de la superficie de la Tierra es necesario cercar las áreas que la humanidad aún no ha pisado, como parte de un enfoque racional de la conservación. Este ha sido el aspecto central de las discusiones sobre el Convenio sobre la Diversidad Biológica. La intención de ampliar las áreas naturales protegidas ha provocado que las personas que viven en los países pobres sientan que son acorraladas. Algunos proyectos de conservación son justificados como fuentes de ingresos, al atraer turistas que gastan mucho dinero. No obstante, la mayoría son vistos como impedimentos para el desarrollo.

James Watson, científico de Wildlife Conservation Society (WCS), otra agrupación estadounidense, advierte que muchas áreas protegidas terrestres son lugares montañosos, desérticos o ambos, cercarlas podría representar un problema: expandirlas puede que no se traduzca en el ahorro de más especies. Muchas áreas terrestres protegidas son lugares montañosos, desérticos o ambos, y expandirlas puede no traducirse en la conservación de más especies. En 2009, Lucas Joppa y Alexander Pfaff, ecologistas de Duke, de la Universidad de Carolina del Norte, demostraron que las áreas protegidas ocupan desproporcionadamente tierras que podrían tener el mismo grado de conservación incluso si se las hubiera dejado sin protección. Lo opuesto a esto, como lo han demostrado el Dr. Joppa y Stuart Pimm, otro ecologista de Duke, es que incluso si se protegiera únicamente 17% de la superficie terrestre del mundo podría protegerse a aproximadamente 67% de las especies de plantas. En Estados Unidos, los montes Apalaches, que albergan los principales puntos conflictivos (hotspots*) de la biodiversidad, están sub-protegidos. En Brasil, el país con más especies del mundo, los principales hotspots no están en la vasta extensión de la cuenca de la selva del Amazonas, sino en pocas zonas remanentes de la selva tropical de la costa del Atlántico. Savingspecies, una organización benéfica fundada por el Dr. Pimm ha canalizado sus recursos en esta zona.

Un equipo de la Universidad de Queensland en Australia, ha utilizado un recurso matemático llamado teoría moderna de carteras** para seleccionar 50 arrecifes de coral de todo el mundo, colectivamente para su preservación. El Dr. Hoegh-Gudleberg y sus colegas seleccionaron los arrecifes que tienen diferentes exposiciones al aumento de la temperatura del agua, el daño de las olas de los ciclones. En junio de 2018, un informe de Conservation Letters, dio los resultados sobre los arrecifes, entre ellos se incluyeron algunos del norte de Sumatra y del sur del Mar Rojo que no habían sido registrados previamente en las pantallas de los radares conservacionistas.

Las grandes organizaciones conservaciones de la naturaleza del mundo están haciendo un seguimiento exhaustivo de qué es lo que funciona y a qué precio. Conservation International (CI), una organización benéfica de vida silvestre con sede en Virginia, mantiene una hoja de cálculo con casi 200 proyectos actuales y pasados sobre temas que van desde las tasas de deforestación y conteos de especies, así como variables que abordan el tamaño de la subvención y la calidad de la gestión. En 2017, Michael Mascia, científico jefe de CI, publicó un artículo sobre la materia en la revista Nature; en ese artículo él y sus colegas encontraron grandes disparidades en el número de personal y habilidades en aproximadamente 62 santuarios marinos en 24 países. Aunque las poblaciones de peces de estos santuarios se recuperaron 70% después de su establecimiento, los que están en las reservas mejores administradas lo hicieron tres veces más rápido que los que están en peor administración. Según el Dr. Mascia y su equipo de trabajo, al crear más reservas sin invertir adecuadamente en los medios para administrarlas, “es probable que conduzca a resultados de conservación sub-óptimos”. Otro hallazgo común, que es contradictorio para quienes adoptan el enfoque de “cercarlo todo”, es que una economía mixta de conservación y explotación puede funcionar.

Esto concuerda con la observación del Dr. Pfaffs de la reserva Chico Mendes en Brasil, que se encuentra en las profundidades de la cuenca del Amazonas, donde se permite la agricultura. Las partes no observadas de esta región experimentan tasas de deforestación considerablemente más altas, pero sin ningún aumento concomitante en la productividad económica. En esta área, entonces, tener las reglas correctas parece beneficiar la biodiversidad sin restringir la economía. Es cierto que las áreas totalmente protegidas ven menos deforestación que la reserva, pero éstas, como lo muestra el Dr. Pfaff, son áreas donde no se esperaría mucho corte de árboles en primer lugar.

Los grupos conservacionistas también pueden recurrir a un creciente cuerpo de investigación académica sobre la "administración efectiva de especies particulares”. Durante demasiado tiempo, dice William Sutherland, de la Universidad de Cambridge, los conservacionistas han confiado en los sentimientos viscerales. En 2004, Sutherland lanzó un repositorio en línea de bibliografía relevante llamada Evidencia de Conservación. En la actualidad este repositorio contiene más de 5 400 resúmenes de intervenciones documentadas. Estos están clasificados por su eficacia, certeza y daños. Una docena de empleados del Dr. Sutherland y 250 colaboradores han examinado aproximadamente 230 publicaciones ecológicas para actualizaciones, consultan revistas en idiomas extranjeros, donde es más probable que aparezcan resultados negativos rechazados por publicaciones más prestigiosas en inglés. La versión en el libro de su compendio, "Lo que funciona en la conservación", tiene 662 páginas de extensión y ha sido descargado 35 000 veces. El siguiente paso, dice el Dr. Sutherland, consiste en tener en cuenta los costos. Para ello, los costos laborales varían mucho: los consultores económicos son más caros que los voluntarios. Los estándares de información financiera en el negocio de la conservación son un trabajo en progreso.

Por otra parte, está la tierra. Su precio aumenta con la demanda: rancheros, mineros, promotores de propiedades y otros desean explotar la tierra en vez de preservarla, esto podría interpretarse en el sentido de que los conservacionistas deberían tener en cuenta parcelas costosas, no baratas donde los precios representen una menor amenaza.

Esto ha despertado el debate sobre en qué lugares se debe poner mayor atención y en qué lugares se puede salvar especies. Tales argumentos involucran el concepto de triaje, que ha dividido a los ecólogos desde al menos 1976, cuando Thomas Lovejoy, ahora en la Universidad George Mason, publicó un artículo titulado "Debemos decidir qué especies vivirán para siempre". Triaje es un término tomado de los hospitales de las Fuerzas Aliadas en la primera guerra mundial, que clasificó a los heridos en tres grupos: aquellos que estaban demasiado heridos para ser salvados, aquellos que probablemente se recuperarían por sí solos y aquellos para quienes los médicos podrían hacer una diferencia. "Cuando el número de especies en peligro de extinción era menor, no parecía necesario elegir entre tratar de salvar el pájaro carpintero de marfil o la enorme grulla", escribió el Dr. Lovejoy. "Con listas cada vez más extensas de especies en peligro de extinción, esas opciones se ven forzadas".

Es poco probable que las empresas, los políticos y los filántropos aporten todo el efectivo que los conservacionistas consideran necesario para salvar a todas las especies. Frente a los recursos limitados, los grupos de conservación no tienen más opción que participar en el triaje, aunque sea poco deseable para ellos. Al final, los cálculos económicos no resolverán tales dilemas éticos más de lo que explican porqué el público estadounidense prefiere búhos manchados a mejillones. Pero no desaparecerán las consideraciones económicas. Las personas que no quieren hablar de "retorno de la inversión" o "análisis de costo-beneficio" necesitan madurar, concluye The Economist.


*Hotspots: Dos son los criterios que hacen de un lugar un “hotspot” de biodiversidad: gran riqueza de especies y gran amenaza para la región. Pero para ser clasificado como “hotspot”, un lugar debe albergar más del 0.5% (es decir, 1.500) de las especies vegetales vasculares del mundo en calidad de “endémicas”. Fuente: https://sostenibilidad.semana.com/medio-ambiente/articulo/hotspots-de-bi...

**La teoría de la cartera moderna (MPT) es una teoría sobre cómo los inversionistas adversos al riesgo pueden construir carteras para optimizar o maximizar el rendimiento esperado en función de un nivel dado de riesgo de mercado, enfatizando que el riesgo es una parte inherente de una mayor recompensa. De acuerdo con la teoría, es posible construir una "frontera eficiente" de carteras óptimas que ofrezcan el máximo retorno esperado posible para un nivel dado de riesgo. Fuente: https://www.investopedia.com/terms/m/modernportfoliotheory.asp

Datos cruciales: 

1.El superávit totalizó 150 millones de dólares al año, más de un cuarto de los gastos en el área. Si este presupuesto fuera reasignado, significaría el financiamiento de casi 900 planes actualmente sin fondos.

2.The Nature Conservancy, una gran organización benéfica estadounidense, afirma que, alrededor del 70% de las especies de mejillones de América del Norte están extintas o en peligro. Eso se compara con el 15% de las aves.

3.El anexo del Convenio sobre la Diversidad Biológica exige que 17% de la superficie terrestre del mundo y 10% de la columna de agua del océano estén protegidos para 2020. Actualmente, esas cifras son 15 % y 6%. Los activistas quieren que el próximo conjunto de objetivos, ahora en discusión, apunte al 30% para 2030, e incluso al 50% para 2050. Este último objetivo, estiman los biogeógrafos, preservaría el 85% de la riqueza de la vida a largo plazo correr.

4.En 2018, Tompkins Conservation, un fabricante de kits para exteriores, incorporó propiedades baratas en Chile y Argentina, junto a áreas más grandes de terrenos públicos en desuso, con el objetivo de donarlos al estado a condición de que parcelas privadas y públicas adyacentes se unan en parques nacionales únicos. el gobierno de Chile creó dos híbridos, ambos en Patagonia, con un área total de 40 000 km {+2}, a pesar del tamaño de los Países Bajos. Para Tompkins, que contribuyó con 4 000 km {+2}, fue un retorno de la inversión diez veces mayor.

5.Las estimaciones de cuánto gasta el mundo en la conservación varían entre aproximadamente 4 mil millones de dólares y 10 mil millones al año. Implementar incluso objetivos no actuales, por no hablar de "la naturaleza necesita la mitad", costaría más de 70 mil millones de dólares.

Nexo con el tema que estudiamos: 

La desigualdad geográfica es un factor que determina el desarrollo del capitalismo. Las consecuencias ambientales exhiben la crisis que representa este sistema económico, mismo que ha tratado de encontrar los mecanismos políticos y económicos para solucionar el problema. En efecto, las degradaciones ambientales a nivel mundial son parte de la crisis del capitalismo y consecuencia de la explotación de recursos naturales y es a través de Organizaciones No Gubernamentales que intentan canalizar recursos y financiamientos que permitan contrarrestar el impacto.